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A Miguel Ángel Revilla, que cada día imparte doctrina moral por las redes sociales en torno a los escándalos de corrupción del PP en toda España, lo peor que le puede suceder es que al Gobierno que preside le salpiquen asuntos tan espinosos como ... los que han trascendido en torno al Servicio Cántabro de Salud (SCS). Lo raro es que hayan tardado tanto en llegar a la opinión pública, después de dos años de rumores sobre las prácticas sospechosas introducidas por los directivos y asesores aterrizados en la sanidad cántabra procedentes del País Vasco. Ahora, en pleno año preelectoral, la polémica hace todavía más daño.
Revilla está desde el martes remontado e intratable, hasta para sus más cercanos colaboradores. No tiene nada de extraño. Aunque el problema se haya incubado en la parcela socialista del Ejecutivo, es el presidente y líder del PRC la diana principal de la ofensiva política desencadenada por el PP, con amplio despliegue documental de las anomalías detectadas en el SCS, y secundada por los demás partidos de la oposición, Podemos y Ciudadanos.
Como precedente, la discusión en el Parlamento sobre el 'caso Ruiz Sisniega'. Todos los grupos opositores han señalado a Revilla como máximo responsable, por omisión o desconocimiento, de que el exgerente de la Fundación Marqués de Valdecilla compatibilizara irregularmente su sueldo de alto cargo con una pensión por incapacidad permanente. O sea, que llueve sobre mojado en la sanidad cántabra. Definitivamente, la consejera Luisa Real no le da más que disgustos a Revilla y al PRC, que ya fueron muy críticos con su actuación en aquella controversia política y mediática del año pasado entre el Gobierno regional y el PP por la acreditación ante el Estado de las facturas por los gastos del nuevo Hospital Valdecilla.
En el SCS ha estallado un terremoto político que puede tener peligrosas réplicas, a medida que el PP aporte nuevos datos, la Fiscalía investigue y el debate político eleve su temperatura. De momento, Revilla amenaza con cortar cabezas, el nuevo PSOE de Pablo Zuloaga le pone sordina al asunto y el sector crítico afín a la vicepresidenta Díaz Tezanos celebra los tropiezos de la Consejería que dirige Real por si les puede sacar partido. Queda por ver si el oscuro episodio terminará por afectar a la estabilidad del pacto PRC/PSOE. Esta eventualidad siempre es factible cuando la cita con las urnas se aproxima y los dos socios sienten la necesidad de marcar distancias.
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