De Tinduf a Cantabria para vivir un verano en paz

Es el segundo verano consecutivo que Galia va a pasar en Cantabria con la familia Hevia Ruiz. En su casa de Entrambasaguas le han preparado una habitación propia, pero lo más seguro que esta niña «responsable, prudente y súper educada» de 9 años decida dormir con Ángela, su hermana mayor de acogida, tal y como hizo el año pasado. Galia se acaba de bajar del autobús tras completar el último tramo del viaje que le ha traído desde Smara, cerca de Tinduf, hasta Heras, y ya está prendida de la mano de Ángela, sonriendo tímidamente cuando se le preguntan su nombre o su edad, o si está cansada o tiene sed. Tiene que estarlo porque lleva más de 24 horas de travesía, pero Galia bebe un poco de agua, le coge de nuevo la mano a Ángela y se va con ella por las instalaciones del Centro Integrado de FP La Granja (en Heras, Medio Cudeyo), el punto fijado por la ONG Cantabria por el Sahara para que familias y niños se encontrasen este domingo y diesen por iniciadas sus 'Vacaciones en Paz'.

Sesenta niños y niñas saharauis se bajaron del autobús en Heras y otros veinte lo hicieron en Santander, donde les esperaban las familias de Alouda, la otra ONG que gestiona este programa estival en la comunidad. En total, 80 menores saharauis a partir de 8 años pasarán los meses de julio y agosto en Cantabria, lejos de los 50 grados de temperatura que se alcanzan en el desierto argelino y con posibilidad, entre otras cosas, de someterse a un reconocimiento médico. En el caso de Cantabria por el Sahara, la ONG ha programado además un montón de actividades durante el verano para los menores y sus familias de acogida. El año pasado, los Hevia Ruiz se apuntaron a visitas a Cabárcerno o Laredo. «Fuera del calendario de la ONG, hacemos lo que cualquier familia normal: vamos a la playa, de viaje, a una barbacoa...», enumera Vanessa.

Ella, su marido Jaime, sus hijos Ángela y Jaime Jr., y su madre María José García esperaban este domingo a Galia en Heras muy emocionados, evocando anécdotas o repasando planes para el nuevo verano. En las amplias instalaciones educativas, que cuentan con espacios verdes, establos o viveros, aguardaban igualmente el resto de familias y los voluntarios de Cantabria por el Sahara, que daban los últimos 'toques' a las habitaciones de la residencia que también tiene este centro de FP. Porque 14 de los 60 niños acogidos por esta ONG, todos con distintos grados de discapacidad, pasarán el verano en ese espacio cedido por la Consejería de Educación, FP y Universidades, cuyo titular, Sergio Silva, comprobaba este domingo el resultado in situ.

«Es la primera vez que lo hacemos y para el centro ha sido toda una experiencia». Tanto es así, que dos alumnas –de FP básica y del ciclo de Jardinería– y un profesor participarán como voluntarios. De hecho, cada niño tiene uno asignado, que le ayudará con la higiene, las comidas y el resto de rutinas diarias. También tienen asegurados los paseos al aire libre, actividades con los animales de los establos –cumpliéndose así uno de los sueños del pequeño Salama, cuyo animal favorito es la vaca– o las visitas a la piscina municipal. El Ayuntamiento de Medio Cudeyo también está implicado en el programa con esta y otras medidas, como la provisión del cátering de estos 16 menores, según confirmó Víctor Callejo, primer teniente de alcalde, también este domingo en el centro.

Con cierto retraso sobre la hora prevista y no sin contratiempos en el mismo aeropuerto de Tinduf, los niños llegaron a Heras. Rápidamente, Vanessa y los suyos localizaron a Galia. Primero se saludaron en la distancia y luego se achucharon en persona.

Si el año pasado, la niña «flipó» con las montañas, con el mar y con el grifo del baño, Vanessa confía en que este año tenga experiencias nuevas. «Le encantan el baile y la música. Mi hija y yo bailamos en una escuela de Astillero y a ella le gusta mucho», dice y a continuación hace como que taconea delante de Galia. Sin soltar la mano de su hermana de acogida, la niña la mira divertida. «Yo creo que, al final, somos nosotros los que aprendemos de ella».

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