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Al tiro, Jack Sparrow

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LEYENDAS DE AQUÍ ·

Johnny Depp nunca estuvo en Mazcuerras, pero la leyenda le compró una casa en el pueblo en 2008

Aser Falagán

Santander

Sábado, 9 de enero 2021

La competición se disputará bajo la modalidad de concurso. Primera mano. Tiro: 18 metros. Raya al alta a la mano. Al tiro, Jack Sparrow». Estas palabras nunca se pronunciaron. Al menos todas juntas y en ese orden, pero en ese universo difuso que se construye a golpe de imaginación pudieron llegar a articularse.

En ocasiones las leyendas urbanas nacen como una explicación mítica o gamberra; en otras tienen un poso de realidad pervertido con el paso del tiempo. Otras veces el error está en la interpretación; una descodificación aberrante, que diría Umberto Eco, que interpreta como realidad una ficción. Y otras surgen de una forma fortuita; sin que se pueda intuir siquiera alguna pista sobre su nacimiento, y se diluyen de igual modo. Sin dejar apenas rastro de su alocado paso.

Eso fue lo que ocurrió en 2008, cuando de pronto, de la noche a la mañana, corrió el rumor de que Johnny Depp andaba por Mazcuerras. De vacaciones, al principio. Después ya se especulaba con que se había comprado una casa y que incluso le acompañaba Vanessa Paradis, que tampoco era plan de irse solo a conocer mundo. Todo en un mundo paralelo en el que internet difundía el rumor de que el actor estaba en Cantabria, más en concreto en la Luzmela que imaginó Concha Espina, mientras en el pueblo nadie sabía nada. El alcalde alucinaba, como todos. Además, ¿dónde iba a vivir? Porque mansiones de lujo, lo que se dice mansiones de lujo para actores excéntricos, no había.

La leyenda sedifundió en 2008 con la misma rapidez con que se diluyó después en la nada

Todo muy curioso, porque suele el proceso suele funcionar a la inversa. Generalmente, cuando se pregunta sobre una leyenda local, por más disparatada y descollante que parezca, la respuesta suele ser: «Claro, si lo sabe todo el pueblo». En este caso, quien lo sabía era de oídas, porque se le preguntara a la caza de los testigos que, naturalmente, no había.

No en este caso. Sparrow sabe esconderse bien, pero el imaginario colectivo digital convirtió durante un breve espacio de tiempo al actor en un vecino más de Mazcuerras, donde habría comprado una espaciosa pero discreta casa en la que huir de la frivolidad de Hollywood mientras la que en aquella época era su mujer cultivaba zanahorias en un pequeño huerto protegido de las miradas furtivas por los árboles que rodeaban la finca. Sí zanahorias. Quién sabe por qué, pero concretamente zanahorias.

Llegó a circular la versión de que había comprado con su mujer, Vanessa Paradis, una casa en el pueblo

Todo muy molón si no fuera porque nadie en Mazcuerras había visto ni a Depp ni a los Oompa Loompa de la fábrica de chocolate. Ni siquiera un tatuaje con una difuminada dedicatoria a Winona Ryder o a Mazcuerras. Para fortuna de todos los peluqueros de la zona, aquello fue solo una leyenda urbana que pese a su espectacularmente breve vida responde perfectamente al género. Si acaso, por ponerle algún pero, quizá sería más correcto considerarla leyenda online por aquello de que aquella vez no nació del boca-oído interpersonal, como suele ser habitual y resulta incluso más sencillo en un núcleo que apenas alcanza los dos millares de habitantes si se suman todos sus barrios. Pero no: como Hemingway en la mayor parte de los lugares que lucen un cartel sobre su presencia en el lugar, Johnny Depp nunca estuvo allí.

Nadie sabe situar el origen más allá de los rumores de diverso tipo que llegaron a circular por la red

O tal vez todo ocurriera en realidad y el pueblo en pleno haya firmado un pacto de silencio para no delatar a su ilustre paisano. Puede que se haya adaptado tanto que ya sea uno más del pueblo. Que colabore en la siega con sus manos-tijeras, adaptadas a manos-dalle, y que tome blancos junto a la bolera. Puede que incluso se eche unas bolas y durante los concursos se acerque al locutor con su particular contoneo, le mire con ojos exorbitados, arquee el cuello y le corrija mientras quiebra la muñeca : «¡Capitán!… Jack Sparrow».

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