La tormenta deja un reguero de incidencias en Cantabria

Hay un término que describe ese olor característico que se produce cuando caen las primeras gotas de lluvia sobre suelos secos. Se llama petricor. Y ayer, a las 18.30 horas, en Cantabria ya se podía sentir y barruntar lo que estaba por venir, como los 52 litros acumulados por metro cuadrado en Soba. No es el único dato llamativo que deja el resumen meteorológico de este miércoles: Valderredible alcanzó los 37,6 grados de temperatura a las 16.50 horas.

La tormenta eléctrica, que no es la primera del verano en Cantabria, a pesar de ser muy cálido y seco, dejó ayer 2.312 descargas eléctricas, tanto de rayos que van de nube a tierra (386) como de nube a nube (1.926). «Son muchos, es un buen episodio, pero no es excepcional», señala José Voces, delegado suplente de la Agencia Estatal de Meteorología en Cantabria.

En el gráfico que ha facilitado la Aemet a El Diario Montañés se pueden apreciar tres tipos de rayos, siendo el de color naranja el más tempranero (caído entre las seis y las doce de la mañana); el rojo vivo como el color de la famosa caja de bombones (entre las doce y las seis de la tarde); y el granate (descargados de seis a doce de la noche).

Pero esos son los datos que aparecen en las fichas de la Agencia Estatal de Meteorología; sobre el terreno, la tormenta dejó un reguero de incidencias. Por un lado, «noche complicada» en el aeropuerto Seve Ballesteros. Binter Canarias desvió a Santander, a las 20.00 horas, el vuelo entre Gran Canaria y Asturias con la esperanza de poder despegar minutos más tarde. Pero la tormenta también llegó a Cantabria, así que fueron pasando las horas y la tripulación no vio el momento de salir. Finalmente, a la una de la madrugada el avión despegó vacío hacia Gran Canaria. «El aparato en un primer momento tenía previsto salir desde la cabecera 29 (ría), pero tuvo que recorrer toda la pista y salió desde la cabecera 11 por el mal tiempo», señalan desde la Asociación Amigos de Parayas.

El viento y la lluvia pillaron en medio de lo que se había planteado como una tranquila travesía por la Bahía de Brazomar, en Castro Urdiales, a un grupo de seis personas que se encontraba realizando paddle y que fueron desplazadas por las fuertes rachas de viento a la zona conocida como Pocillo Los Frailes, de donde no podían regresar. Los seis jóvenes, y las tres tablas de paddle surf que portaban, fueron recogidos y trasladados al puerto por la DYA. «Responsabilidad, la mar no es un juego», escribe el servicio de emergencias en un tuit.

Los servicios de emergencias del 112 del Gobierno de Cantabria realizaron 11 salidas relacionadas con la tormenta, la mayor parte por problemas relacionados con agua almacenada en la calzada en Bezana, Cartes, Torrelavega, San Vicente y Suances. En esta última localidad también se registraron inundaciones en locales.

Además, en Los Corrales de Buelna, a las seis de la mañana, se ha inundado (había unos 20 centímetros de agua) el túnel que hay cerca de la estación de Renfe. «Estaban atascadas las arquetas, pero a estas horas ya están todas las incidencias solucionadas y no hay problemas de circulación», tal y como informan fuentes del Gobierno de Cantabria.

La salida más llamativa tuvo como destino también Los Corrales de Buelna, donde la tormenta tiró parte del escenario que estaba montado para las Guerras Cántabras, a pesar de que las rachas, tanto las registradas ayer como las de esta noche, no han superado los 36 kilómetros por hora.

El presidente de la Asociación Guerras Cántabras, Óscar del Val, ha afirmado que mañana se mantienen los actos de inauguración de la fiesta como se había programado porque se espera que esté todo ya reparado.

La lluvia, el granizo en Santander a las siete y media de la tarde y los rayos que iluminaron el cielo oscuro en Cantabria, han sido objeto de multitud de vídeos que circulan ya por las redes sociales.

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