El surrealista juicio de Podemos: declara por error una mujer con la misma identidad que una testigo

«¿Usted ha trabajado en Podemos con José Ramón Blanco y Verónica?», preguntó el fiscal. «No», respondió la mujer a través de una videoconferencia. «¿Ha tenido usted relación laboral o personal con ellos?». «No». Ante el desconcierto de los presentes en la vista, la jueza ha tomado la palabra: «¿Usted sabe por qué está aquí, por que se la ha llamado?». «No», contestó la mujer. «¿No conoce a estas personas?». «No».

«¿Pero usted ha formado parte del Grupo Parlamentario Podemos en el que estaban estas personas?», insistió el fiscal. «No». «¿Es usted Belén Millán Pérez?». «Sí». «¿Y ha declarado ya en estas diligencias en fase de instrucción?». «No».

Tras esta batería de respuestas la jueza ha preguntado a los asistentes si alguien reconocía a la testigo. A lo que la denunciante ha señalado que le sonaba la voz pero no apreciaba muy bien la imagen. Entonces ha solicitado el número del DNI a la mujer y le ha preguntado dónde reside. «En Monachil, Granada. «¿A qué se dedica usted?», preguntó la jueza. «Trabajo en un aparcamiento». «¿Y anteriormente?». «Antes no he trabajado, y hace muchos años lo hice vendiendo electrodomésticos». «¿Usted ha estado en Cantabria?», interpeló la magistrada. «Hace 20 años estuve de vacaciones», contestó la mujer. «¿Entonces estará sorprendida por estar hoy aquí?», planteó la jueza. «Mucho, es la tercera vez que vengo a hacer una videoconferencia. Las dos veces anteriores no funcionó y ahora…. Estoy haciendo 70 kilómetros desde mi casa. «¿Y no ha dicho usted en el juzgado de que no tenía nada que ver con este caso?». «No me han dado información nunca. No me han dicho para qué era». Ante una primera sospecha de que la mujer estuviera faltando a la verdad, la jueza le ha lanzado una última pregunta. «¿Sabe usted que está bajo juramento no?». «Si», contestó antes de finalizar su declaración.

En ese momento, la magistrada ha suspendido cinco minutos la vista para certificar si el número de DNI de esta mujer coincidía con el de la testigo que ya había comparecido previamente, tanto en la fase de instrucción como en el primer juicio que fue anulado por la Audiencia Provincial al poner en duda la imparcialidad del juez. Al no coincidir, y tras la insistencia de la defensa en que la testigo correcta declarase de nuevo, la jueza ha decidido suspender el juicio hasta que se la localice. «El problema es que la verdadera testigo no tenía un domicilio fijo y se ha producido un error al citar a esta mujer», explicó la magistrada, al tiempo que Ordoñez lamentaba entre lágrimas que la vista no hubiese concluido este jueves como estaba previsto. «Esto es una agonía», aseguró.

Antes de la kafkiana declaración, comparecieron dos testigos. Una de ellas fue Lidia Alegría, portavoz de Podemos Santander y expareja sentimental de José Ramón Blanco, que en su momento denunció internamente al acusado por «maltrato psicológico». Esta testigo apuntó confirmó la versión de la denunciante. «La decía que era una enemiga, la peor persona del mundo, la mayor arpía, le decía que por su culpa se había muerto su abuela...». Tras relatar su mala experiencia con Blanco, la jueza le ha preguntado directamente por qué no le había denunciado por violencia de género. «En ese momento mucha gente me cuestionó y no tenía fuerzas para hacerlo, a pesar de tener pruebas. Necesité ayuda psicológica, perdí peso, estaba mal... A día de hoy sí lo habría hecho».