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Nacho González Ucelay
Santander
Jueves, 9 de diciembre 2021
Una treintena de personas ha respondido este jueves a la llamada realizada por la Plataforma Cantabria por lo Público para protestar, pancarta en mano, «por la degradación del sistema de transporte público ferroviario» en las comunidades autónomas cuya gestión depende de la empresa Renfe –la ... antigua FEVE– y exigir medidas que corrijan «el evidente declive de un servicio que se hunde».
Convocado a las seis de una tarde fresca, lluviosa y ventosa, demasiado desapacible para andar concentrándose a la intemperie, de ahí la baja asistencia, el acto pretendía poner de manifiesto el descontento de los usuarios con un servicio, Cercanías, que está incorporando a sus trenes un nuevo sistema de seguridad –el ASFA digital– que está causando notables retrasos en el servicio que se presta.
De acuerdo con los sindicatos, ese nuevo sistema de seguridad, cuya utilidad no se cuestiona, «va a provocar en la línea entre Santander y Cabezón de la Sal una ralentización de al menos quince minutos por trayecto» con el consiguiente perjuicio para los pasajeros.
El impacto en la línea entre Santander y Liérganes, avisan, «va a ser todavía mayor». Esto, claro, ha generado hondo malestar entre los usuarios, ya de por sí «muy descontentos» con el servicio.
Según explicó ayer el portavoz de la plataforma, Luis Cuena, «el problema con el que nos encontramos viene originado por la implantación de ese nuevo sistema de seguridad en los trenes», germen de las ralentizaciones que ya se padecen.
Luis Cuena | Cantabria por lo público
Teresa Rábago | Usuaria de Cercanías
A su juicio, «hay sistemas de seguridad menos sofisticados y que están más en consonancia con la infraestructura que tenemos». Se refería al sistema analógico, el prevalente hasta ahora, «e, incluso, dentro de las opciones digitales que existen, a algún tipo de ASFA algo más sencillo, menos sofisticado pero adaptado a la infraestructura que tenemos, que es muy mala».
De no atenderse sus demandas, esto es, de continuar Renfe adelante con la implantación del ASFA digital en las máquinas, «esto se traducirá en retrasos en los trayectos que efectúan los trenes e, incluso, en la supresión de algunos servicios por la carencia de unidades».
Así, Cuena explicó que él mismo realizó hace unos días el trayecto Santander-Cabezón de la Sal, del que no se llevó precisamente la mejor impresión. «Hasta Puente San Miguel, perfecto. A partir de Puente San Miguel, la velocidad era lentísima, lentísima, hasta el punto de llegar con veinte minutos de retraso sobre el horario previsto. Solo en ese tramo, que es donde la infraestructura está en peores condiciones; entre Puente San Miguel y Cabezón de la Sal».
Entre la treintena de personas que secundaron la concentración había algunos usuarios habituales de los trenes de Cercanías, que, por lo que contaban, más bien parecían de Lejanías. «Esto es la gota que ha colmado el vaso», se quejaba tras la pancarta Teresa Rábago.
«La semana pasada salió un tren desde Puente San Miguel a las siete y veinticinco de la mañana y llegó a Santander a las diez menos cuarto de la mañana». Dos horas y veinte minutos de reloj. En bicicleta hubiera invertido menos tiempo.
«Eso, el lunes». El martes, «estuvimos parados dos horas en Bezana», añade Rábago indignada. «Yo creo que algo tenemos que hacer porque esto no es normal. Día sí, día también, llegamos tarde a nuestros puestos de trabajo y cualquier día nos van a echar», teme la usuaria, que recuerda que «llegar tarde tres días puede ser causa de despido en la empresa». Para no correr ningún riesgo, «para venir a trabajar relajada», dice, «yo tengo que coger dos trenes anteriores al que en realidad debería de coger».
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