El tramo entre Treto y Vizcaya del tren a Bilbao costaría 900 millones e iría en un 81% bajo suelo

Según ha podido saber este periódico, el informe elaborado por la sociedad pública Suelo Industrial de Cantabria (Sicán) estima que la actuación tendría un coste aproximado de 900 millones de euros. Eso sí, con ese dinero se podría llevar a cabo únicamente el tramo entre Treto y la localidad de El Haya justo en el límite con Vizcaya. Corresponde a la parte más cara y compleja del proyecto debido a la orografía y a que no es posible aprovechar la infraestructura actuales de FEVE. Son exactamente 26,927 kilómetros de vía, de los cuales casi el 81% transcurre bajo tierra.

Eso se traduce en la creación de seis nuevos túneles, pero también de un gran puente sobre la ría del Asón, dos viaductos y cinco pasos elevados. A eso hay que sumar dos estaciones en el entorno de Laredo y Castro y un apeadero en Guriezo. En el resto de la parte cántabra -de Santander a Treto- sí podría utilizarse la vía actual, aunque habría que realizar un «acondicionamiento a los parámetros de la nueva velocidad de diseño». En tierras vizcaínas se estima que tan sólo quedarían unos cinco kilómetros antes de llegar a la 'Y' vasca y de ahí al puerto de Bilbao.

Desde la Consejería de Industria que dirige Francisco Martín reconocen que se trata de una obra «compleja, pero tampoco es algo extraordinario». Así, afirman que en estos momentos Fomento está levantando líneas de AVE -esta propuesta es de vía doble de ancho europeo, pero está un escalón por debajo de la alta velocidad- que presentan dificultades incluso superiores, por lo que si el Estado guarda en el cajón este tren será «únicamente por un asunto de voluntad política».

El informe de Sicán parte de una premisa que Revilla también calificó como imprescindible durante su intervención la pasada semana en el Foro Económico de El Diario Montañés: que transcurra no por el interior, sino por la costa, para que dé servicio a las principales localidades de la zona oriental de Cantabria y asumir, así, una parte importante del tráfico rodado que existe ahora en la A-8, unos 50.000 vehículos diarios. Los dos puntos de referencia principales son Laredo/Colindres y Castro Urdiales, pero con algún 'pero': las alternativas estudiadas para llevar las estaciones a sendos cascos urbanos han quedado descartadas por las dificultades técnicas y el alto impacto ambiental.

En el caso de la villa pejina se barajaron dos escenarios. El primero se concretaba en crear una parada en la zona que el actual Plan General de Laredo tiene reservada para la instalación de un polígono industrial, pero fue descartada porque tanto las diversas entradas hasta este punto como las salidas suponían la creación de una «barrera física con el municipio de Colindres». Y la propuesta definitiva habla, precisamente, de llevar la estación a Colindres, a un lugar situado entre el cruce de la ría y el enlace de la autovía A-8 con la N-629.

De nuevo, para avanzar hasta Castro Urdiales, se valoraron varios trazados distintos. Todos ellos dejan de lado el trazado actual de FEVE, que pierde de vista al mar y se introduce por Limpias, Ampuero, Rasines y Ramales de la Victoria antes de llegar a Carranza, ya en tierras vascas. Eso no sirve. Además, Sicán desprecia la que denomina 'Variante Sur de Colindres' por su impacto ambiental: implicaría una mayor afección a la zona de marisma y requeriría la construcción de un túnel de más longitud.

En cambio, se prioriza el trazado que se introduce en túnel hasta el extremo sur del valle de Liendo donde vuelve a salir a la superficie cerca de la línea actual de la autovía, antes de entrar en otro túnel hasta llegar al valle del Agüera, posibilitando así un apeadero que daría servicio a la zona de Guriezo. Una vez cruzada la ría, el trazado vuelve a introducirse en el macizo montañoso dirigiéndose a Castro Urdiales.

«No hemos hecho una simple raya en los planos. Se ha estudiado todo a conciencia y creemos que esta es la mejor opción», defienden los redactores del estudio, aunque recuerdan que en cualquier caso la última palabra, si el proyecto llega a buen puerto, la tendrá el Ministerio de Fomento.

Ya en Castro, la configuración urbana del municipio da como conclusión que el «único punto» posible para ubicar la estación es la zona de Sámano, ya que todas las variantes del trazado que se han tenido en cuenta confluyen en esta pedanía.

Para llegar a este lugar se habrán dejado atrás cinco puentes y viaductos y tres túneles, pero aún faltaría la construcción de otras seis estructuras para alcanzar El Haya. A partir de aquí, Sicán concreta que se completaría con cinco kilómetros para alcanzar la 'Y' vasca y que esta parte del trazado no se ha sometido a estudio porque sería asumida por el Euskadi -en principio no lo pagaría el Ministerio de Fomento-, que según el PRC también está comprometido con el proyecto. Por ese motivo, el redactor del informe ni siquiera ha entrado a valorar ninguna alternativa en tierras vizcaínas.