El transporte escolar para FP y Bachillerato se extiende este curso a otros 12 municipios

Cantabria, como el resto de comunidades autónomas, no tiene obligación legal de sufragar el traslado de este segundo grupo de estudiantes, pero en 2021 comenzó a hacerlo. No a todos. La exconsejera regionalista Marina Lombó, que fue la que puso en marcha esta experiencia, tomó la decisión de empezar por los municipios rurales. Ese primer año se beneficiaron los jóvenes de los 38 ayuntamientos que figuran en la lista de los que se encuentran en riesgo de despoblación, que pudieron coger el autobús para viajar cada día desde su pueblo al instituto. Desde entonces, cada año la lista ha ido creciendo y durante el curso 2023-2024 se añadirán otras doce localidades más.

Tal y como indica Silva en la respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada Teresa Noceda (PRC), se trata de Comillas, Ribamontán al Monte, Ribamontán al Mar, Liérganes, Campoo de Enmedio, Meruelo, Val de San Vicente, Penagos, Bárcena de Cicero, Alfoz de Lloredo y Santillana del Mar, además de dos pedanías de Cabezón de la Sal (Casar de Periedo y Cabrojo).

El servicio se extiende, pero a partir de este mes de septiembre aún quedarán 28 municipios en los que los estudiantes de enseñanzas no obligatorias tendrán que apañárselas para acudir a su instituto por sus propios medios. Los municipios de mayor tamaño –casi todos de más de 5.000 habitantes– y también los que concentran más población en edad escolar. Recientemente lamentaban en este periódico el problema que supone para las familias los afectados de Liencres, pero también ocurre en Renedo o Entrambasaguas, donde muchos chavales no tienen cómo ir a su instituto de referencia en Santander y Solares.

«No pedimos que sea gratuito como ocurre con el resto de líneas, pero sí al menos que a estos chicos se les dé una opción. Que la Consejería ponga los medios, pero parece que no entra en sus planes», lamenta Patricia Rueda, portavoz del colectivo que reúne a los afectados. También pide que se adapten las líneas regulares –las no escolares– que van de los pueblos a las cabeceras de comarca para que coincidan mejor con los horarios de los institutos. Así no habría alumnos que «todos los días se pierden la primera hora». Educación ha elaborado un plan de mejora a medio plazo que permitiría que en el año 2026 la comunidad autónoma absorba la «práctica totalidad».