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Nueve familias cántabras que mantienen el legado DM
Tras los pasos de mi padre

Tras los pasos de mi padre

Relevo generacional. El Diario reúne en este reportaje a una representación de familias que han continuado con orgullo el legado de sus progenitores; sirvan sus reconocimientos de homenajes para el 19 de marzo

Laura Masegosa

Santander

Domingo, 17 de marzo 2024, 07:29

La Conchita

Familia Casuso: «Somos la cuarta generación al frente de este negocio»

Marián, Pedro, María Eugenia y Ana. DM

Ana y Marian Casuso son las sucesoras de la tienda de textiles La Conchita, fundada en el año 1908. Las dos hermanas forman parte de la cuarta generación al frente del negocio. Un relevo que antes protagonizó su padre, Pedro Jaime Casuso, que, aunque ya está jubilado, «está más dentro que fuera». Marian estudió el Grado Superior de Administrativo y decidió hacer las prácticas en el negocio familiar. La experiencia de trabajo cara al público le encantó y su padre le dio «carta ancha». Su hermana Ana entró a formar parte del negocio con tan solo 16 años. Para ambas, su padre ha sido su maestro. Le definen como un hombre «con grandes valores y con gran capacidad para transmitirlos». Además, aseguran que es un cabeza de familia de las generaciones de antes: «Solo se dedicaba a trabajar y, por suerte, nunca nos ha faltado de nada».

Grupo Vidal de la Peña

Familia Vidal de la Peña: «Trabajar los tres juntos es un privilegio»

Lorenzo Vidal de la Peña y sus hijos Lara y Lorenzo. DM

Lorenzo y Lara también forman parte de la cuarta generación de la empresa que constituyó su bisabuelo y que hoy en día está presidida por su padre, Lorenzo Vidal de la Peña. Los hermanos reconocen que su vinculación no fue algo vocacional, pero ahora están «muy metidos» en el grupo. Él lleva la parte de las motos y el desarrollo de negocio, y ella es una de las responsables de Marketing. A pesar de que su padre es quien está al mando, Lorenzo hijo asegura que tiene total independencia en sus gestiones «y eso hace que no haya tensiones personales».«Trabajar con la familia no siempre es fácil», reconocen. Los tres mantienen una relación «buenísima» y aseguran que «trabajar juntos es un privilegio». Los hijos de Lorenzo Vidal de la Peña le califican como una persona muy carismática, flexible y que sabe escuchar. «Es mi mejor amigo y, aunque a veces es difícil no hablar de temas de trabajo, me encanta pasar tiempo con él fuera de la empresa».

Artistas

Familia Sobrado: «No hablamos de arte porque es muy difícil dar consejos»

Padre e hija junto a una de sus obras. Daniel Pedriza

Véronique Sobrado es hija del reconocido pintor cántabro Pedro Sobrado. Aunque empezó a dedicarse al mundo de la pintura tarde, siempre le encantó el arte. «En mi familia la cuestión artística es algo normal y siempre he ido a exposiciones y museos. Era una cosa natural». Véronique dice que su padre siempre ha sido una referencia para ella. Aunque tienen un carácter muy parecido, lo cierto es que en el lienzo emplean técnicas muy diferentes. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para exponer juntos en alguna que otra ocasión. Además, afirma que en casa nunca hablan de arte «porque es una disciplina que no entiende de consejos». Lo que sí hace es consultar con su padre decisiones que tiene que tomar, «pero como lo haría cualquier hija». Define a su padre como una persona de pocas palabras pero «muy honesto y perseverante».

Diferente

Familia del Cerro: «Mi padre fue un visionario en el sector gourmet»

Virginia, Pilar y Juan del Cerro. DM

De opositar para Guardia Civil a trabajar en el negocio familiar. Es el caso de Pilar del Cerro que, junto a su hermana Virginia, están al frente de la tienda gourmet Diferente. Ambas forman el tándem perfecto. Virginia estudió Turismo y dentro de la empresa realiza las gestiones administrativas. Pilar, por su parte, lleva todo lo relacionado con los productos, los clientes y las ventas. Pero ambas están especializadas en el mundo de las catas. «Apostamos por el negocio familiar porque lo hemos vivido desde crías», confiesan. Su padre, Juan del Cerro, sigue pasando mucho por allí a pesar de estar jubilado. «Mi padre fue un visionario del sector», según sus hijas, que también le describen como un hombre muy trabajador, querido por sus clientes y muy tenaz. «Le he visto defender cosas que nadie daba un duro por ellas y aun así las ha sacado adelante», añaden. Su relación laboral siempre ha sido «estupenda», pero cuando se junta la familia para comer –todos los sábados– evitan hablar de trabajo porque si no sería «insostenible».

Bar Gelín

Familia Castanedo: «Todavía va mesa por mesa interesándose por los clientes»

Ángel Castanedo y sus hijos, Julia y Ángel, en el Bar Gelín. DM

Ángel Castanedo es el alma del Restaurante Gelín. Aunque ya está jubilado sigue siendo una pieza fundamental en el negocio. Él era un joven futbolista profesional cuando empezó a ayudar a su madre en el bar, un establecimiento de barrio, en Nueva Montaña, que poco a poco fue creciendo, hasta la gran reforma de 1981. Con el tiempo, Ángel se quedó al frente del restaurante que ahora regentan sus hijos, Ángel y Julia. «Es un mundo duro, pero al haberlo mamado desde pequeños se ve de otra manera». Coinciden en que su padre es un «trabajador incansable» y «muy perfeccionista». El encargado de comprobar que todo está bien. «Vive encima del bar y todos los días se pasea de mesa en mesa para preguntar a los clientes si les ha gustado la comida». «Es su vida», cuenta Ángel hijo. Aunque lo suyo también es vocacional. Estudió hostelería y después turismo para entrar en el negocio familiar. Además, es un gran amante del mundo de los vinos, algo que se refleja en la gran bodega del Restaurante Gelín.

Los Reginas

Familia Bedia: «Para él es un orgullo que yo continúe con su legado»

Para él es un orgullo que yo continúe con su legado. DM

Los comienzos de Los Reginas, las famosas embarcaciones que recorren la bahía de Santander, no fueron fáciles. Rafael Bedia empezó a trabajar en la empresa familiar cuando atravesaban dificultades económicas –en aquellos inicios ni siquiera percibía un salario–. Por eso, su hija María, que decidió seguir sus pasos, sabe que «el mayor orgullo para mi padre es que pueda continuar con el trabajo que ha venido realizando toda su vida y dejarme este legado que ha estado cosechando y sacando adelante con mucho esfuerzo desde que era un adolescente». Rafael todavía no se ha jubilado, pero ya empieza a delegar responsabilidades. Aunque su hija reconoce que le consulta todo. «Valoro mucho su opinión y sobre todo su experiencia. Es una persona muy trabajadora, muy racional en cuanto a toma de decisiones, muy confiable con la gente, muy leal en cuanto a amistades y comprometido con el trabajo», destaca.

Casa Quevedo

Familia Inguanzo: «A mi padre le encanta hablar con los turistas y guiarles»

Alfredo y Antonio Inguanzo en el obrador Casa Quevedo. DM

Trabajo en equipo. Es lo que siempre ha definido a la familia Inguanzo, que regenta el obrador Casa Quevedo en Santillana del Mar. Alfredo y José Antonio son quienes a día de hoy están al frente del negocio. Aunque su andadura comenzó hace muchos años. Su madre, Leonor, era quien atendía en la tienda y Antonio, su padre, se encargaba de las vacas –que lo compaginaba con su trabajo en la fábrica– para ofrecer a los clientes el tradicional vaso de leche con bizcocho, sobao o quesada. «Con 17 años acompañaba a mi padre y muchas veces ayudaba también en el obrador. Después todo fue rodado. Es lo que hemos vivido siempre», cuenta Alfredo. Lo que más destaca de su padre es «lo trabajador y buena persona que es». Ahora, la labor de Antonio es hablar con los turistas y enseñarles el obrador. «Le encanta», confiesa.

Ginecólogos

Familia Erasun: «He aprendido mucho de él, pero también me ha corregido»

Fernando Erasun, junto a su hijo Diego. DM

«Mi padre me aconsejó estudiar otra cosa porque decía que los años de Medicina eran muy duros y no iba a tener mucha recompensa», confiesa el ginecólogo Diego Erasun. ¿El resultado? Oídos sordos. «El ejemplo del buen hacer, del cariño y de la dedicación que viví siempre en casa se transmitió más fuerte que sus palabras». A día de hoy, Fernando Erasun, jubilado del servicio de Ginecología en la antigua Residencia Cantabria, donde fue un referente, y su hijo comparten consulta en la calle Castilla de Santander. Diego compagina su actividad privada con el trabajo dentro del Servicio Cántabro de Salud. «He aprendido mucho de mi padre y también me ha corregido en ocasiones, pero es muy reconfortante tener un compañero, amigo y padre a la vez con el que compartir experiencias». Según Diego, su padre siempre ha sido «el que aportaba la serenidad» en casa. «Es un hombre muy sabio y muy comprometido»..

Profesores

Familia Sánchez: «Está jubilado pero continúa pensando como un docente»

José Antonio y Elena Sánchez en un aula. DM

Elena Sánchez estudió Periodismo, pero acabó opositando para profesora. Lo lleva en la sangre. Sus padres también son maestros. José Antonio Sánchez Raba ya está jubilado pero dedicó 44 años de su vida a enseñar en el Colegio Cisneros, 35 de ellos como director del centro. Ahora, Elena es profesora de Lengua y Literatura en el IES Villajunco. «Lo he vivido desde pequeña. Mi padre me acompañaba al colegio todos los días y la educación siempre ha estado muy presente en mi casa». Al principio tenía dudas, pero cuando comenzó las prácticas se dio cuenta de que era lo suyo. «A mi padre siempre le he consultado todo. Es la persona más buena que conozco. Cree en lo que hace y llega hasta el final. El sistema educativo es muy difícil de cambiar y él lo sigue intentado aun estando jubilado. Le admiro muchísimo y aprendo todos los días de él».

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