Trece nuevas familias cántabras se ofrecen para el programa de acogida de menores

El programa contaba hasta ahora con 33 familias, pero la aparición de casos nuevos está obligando al Icass a buscar nuevos núcleos familiares con los que trabajar para dar acogimiento a los menores que por diferentes circunstancias no pueden convivir con su familia de manera permanente o temporal. «Contar con la posibilidad de enviar a un niño con un hogar, y no a un centro de acogida, es la clave para la felicidad del menor», asegura Arce, que no obstante es prudente pese a la buena acogida que ha tenido el llamamiento.

«Ahora lo que hay que hacer es comenzar la etapa de información. Se celebran diferentes reuniones en las que se habla con las familias y se les cuenta lo que va a venir, en qué va a consistir el acogimiento. Es un momento crítico en el que a veces pesa la responsabilidad y hay quien se echa para atrás», cuenta. También puede suceder que la familia no cumpla los requisitos que el Icass exige para que pueda ser un hogar de acogida.

Lo importante es que siga habiendo llamadas. «Y también más correos, porque hemos recibido cinco mails con las propuestas de participación en la acogida». «Todas las peticiones que lleguen serán bienvenidas porque nunca sabes la necesidad que va a haber, y siempre es bueno tener posibilidades», avanza la responsable de Infancia.

La respuesta de estas trece familias ha sido acogida también con júbilo por parte de la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad del Gobierno de Cantabria, Begoña Gómez del Río. «Estamos encantados. A todas estas familias se les informará de cómo funciona el programa y será lógico que algunas decidan no seguir, pero lo más importante es que ya conocen el proceso y han dado el paso», asegura.

Para la consejera, lo importante es abrir la puerta. «Quizá ahora no les encaja en sus circunstancias, pero en un futuro...». Ella aboga por crear una cultura del acogimiento en Cantabria. «Queremos llegar especialmente a las familias de mediana edad, que tengan a sus hijos en la universidad y puedan estar abiertos a acoger», asegura.