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La iconografía inconfundible del pintor más representativo de la España negra, José Gutiérrez Solana, está vinculada a la familia Botín desde que Emilio Botín-Sanz de Sautuola y López adquiriera una obra del pintor en los sesenta, 'El bibliófilo '(1933). En el presente las obras ... de Gutiérrez Solana –una parte estrella de la Coleccción del Santander– se reparten entre la sede de la entidad en el Paseo de Pereda (el ala oeste del edificio donde se halla la zona noble de salones y dependencias que serán retocadas en esta inminente reforma) y, la mayor parte de las piezas, en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte. El pasado otoño la entidad creó para los Gutiérrez Solana un espacio propio en la Colección dentro del citado espacio madrileño. Emilio Botín incorporó desde los setenta nuevos Solana a los fondos de la Colección de Arte, ajena por completo a la Fundación Botín y a los fondos que se exhiben ahora parcial y temporalmente en el Centro de Renzo Piano.
Son 29 óleos y dos dibujos los Solana que posee la colección particular más importante del pintor. Una docena de esas piezas ocupan desde 2017 el citado espacio propio dentro del montaje de la Colección Santander en las salas de Boadilla del Monte. En Santander, en 2011, con motivo del 125 aniversario del nacimiento del pintor la entidad abrió las puertas de su colección privada para descubrir los temas imprescindibles en el universo solanesco, caso del sexo, los toros, la fiesta, lo tragicómico, la exaltación de la muerte, la marinería o los indianos. El escritor y crítico Juan Manuel Bonet, hoy director del Instituto Cervantes, descubrió entonces las lecturas posibles del testimonio de la obra de Solana al público. El antiguo hotel, que acabaría uniéndose por el puente de la calle Martillo para transformarse en el emblema arquitectónico del Paseo Pereda, ha guardado en sus espaciosos salones esta única colección del mejor Solana.
La Colección, considerada un claro exponente de la supervivencia del mejor espíritu del coleccionismo artístico, es un reflejo de «la sensibilidad hacia el mundo del arte y la labor de mecenazgo cultural de las entidades financieras que en algún momento estuvieron en la órbita del actual Banco Santander». Su pluralidad de orígenes –el principal de ellos fue el correspondiente a los fondos del antiguo Banco Hispano Americano–, se ha plasmado en las más de 1.000 obras que están catalogadas: desde pintura española de finales de la Edad Media hasta hoy, con importante presencia de la pintura flamenca, holandesa, italiana y francesa de los siglos XVI y XVII; así como obras de otros géneros artísticos como dibujo, escultura y artes decorativas. Hay además un apartado valioso de numismática. Todo ello hace de ella una de las mejores y más completas colecciones privadas de nuestro país. Paisajes, retratos, escenas religiosas, mitología y alegorías, el propio Solana y Josep María Sert, destacan entre los fondos.
La Colección exhibe en Madrid en la actualidad 172 obras escogidas de entre un total de 800 sometidas a permanente estudio y revisión.
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