Una treintena de empresas y colectivos se une para impulsar el desarrollo eólico en Cantabria

En la presentación de Vientos de futuro en Cantabria participó ayer el consejero de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, Javier López Marcano, quien afirmó que el Gobierno prevé aprobar alguno de los proyectos de polígonos eólicos en tramitación antes de que termine la legislatura, el próximo mes de mayo, con el parque de El Escudo entre los más avanzados.

Según explicó Marcano, que se refirió a la región como un «desierto eólico», actualmente hay 28 proyectos de este tipo en tramitación, que se suman a los cinco cuya aprobación depende del Estado. Subrayó que esto no quiere decir que todos ellos vayan a salir adelante, ya que es posible que algunos no superen esta fase, que se solapen con otros proyectos o que incluso se retiren antes de que concluya. En todo caso, evitó precisar cuáles son los que cuentan con más posibilidades de obtener luz verde. «Será el que cumpla todos los requerimientos», zanjó.

Resaltó, en cualquier caso, el compromiso del Ejecutivo cántabro con el desarrollo eólico, que se contempla en el Plan de Desarrollo Energético -ya en fase de estudio ambiental-, y que prevé la instalación de molinos para la producción de 700 megawatios.

El portavoz de la campaña Vientos de futuro, Carlos Martí, consideró que existe entre la población general un «gran desconocimiento» de la energía eólica, y de la importancia del papel social y económico que puede desempeñar. La plataforma, explicó, intentará abrir un debate que mejore su conocimiento y pueda crear «un nuevo relato» de esta energía.

Recordó, asimismo, que Cantabria puede jugar un importante papel en la consecución de las metas establecidas para el país por el Plan Nacional de Energía y Clima, con horizonte en 2030, que pretende a su vez dar respuesta al objetivo europeo de lograr la «neutralidad climática» en 2050.

Por su parte, Agustín Valcarce, presidente de la Asociación Eólica de Cantabria, se refirió a las dificultades de desarrollo de la energía eólica en la región -«el balance de los últimos veinte años es un parque en Soba y un molino experimental»-, y lamentó que la actual tramitación de una treintena de proyectos «se ha querido vender como una avalancha», cuando la Administración cántabra es «tan cumplidora y rigurosa»: el consejero volvió a insistir en que solo un 3% del territorio cántabro es apto para la instalación de molinos (un 94% está excluido de este desarrollo, y en el 3% restante está condicionado a los proyectos).

Valcarce dibujó un panorama general de «emergencia climática», en una «época convulsa» en la que los precios del gas están disparados y España, como el resto de Europa, está sometida a «cierto chantaje» por parte de países productores como Argelia y Rusia. «La gente demanda soluciones», subrayó, y la alternativa eólica ofrece energía «limpia y barata». «En Cantabria queda muchísimo por hacer y no podemos ser ajenos a lo que sucede en el país y en el mundo», indicó.

Por su parte, Rubén Diego, presidente de Impulso Renovable, aseguró que Cantabria es una región «con un potencial tremendo» y puntualizó que la energía eólica «no solo contribuye a la independencia energética, sino también al desarrollo de otros sectores».