Secciones
Servicios
Destacamos
Puede que sea elección propia: vivir en soledad es una opción cada vez más buscada por los jóvenes. O puede que los acontecimientos vitales lleven a esta situación. Tome quien tome la decisión, ya sea la persona o el destino, la realidad es que cada ... vez hay más hogares unipersonales en Cantabria, pero dependiendo de a qué puerta se llame la historia que se esconde es muy distinta.
El que menos Villaescusa (18,7%) es el municipio donde menos hogares unipersonales se registran en Cantabria
Soledad «Lo contrario a la soledad no deseada es la felicidad», señala Fernando Villoria, de la Asociación Contra la Soledad No Deseada
Personas mayores Los mayores de 65 años representan casi la mitad de quienes viven solos en la región, y suponen casi 30.000 personas
El 34% de hogares en la región están habitados por una sola persona, con un porcentaje que no deja de crecer año a año. En solo un lustro ha crecido un 6%, y los nuevos modos de vida llevarán a que esta proporción vaya a más. 48 de los 60 habitantes de Tresviso viven solos. Allí, la media de edad es de 67 años, la más alta de Cantabria. Y la mitad de su población tiene 65 años o más, el doble que la media regional. Son, precisamente, las zonas de Liébana y Campoo donde más personas viven solas: se sitúan en torno al 50%, aunque no en todas se encuentra una población envejecida.
En esa situación se encuentran Valderredible, con más del 60% de hogares unipersonales, Polaciones, con el 56%, Valdeprado del Río, con el 55,6 y San Roque de Riomiera, donde supera por poco el 50%. Aquí, la proporción de personas mayores de 65 años se encuentra en torno a la media regional. E, incluso, en algunas localidades como Las Rozas de Valdearroyo, la media de edad de sus habitantes está en la cifra general de Cantabria, de 48 años, y la población mayor solo supone un 25% y aquí casi la mitad de quienes residen lo hacen solos.
Aunque vivir solo no tiene por qué derivar en soledad, existen entidades como Asociación Soledad No deseada que trabajan por que las personas, sobre todo mayores, no sientan esta situación sobrevenida como algo que impacte en su vida cotidiana. Fernando Villoria es presidente de la Asociación Contra la Soledad No Deseada en Cantabria y resume, a modo de acepción rápida, que «lo contrario a la soledad no deseada es la felicidad».
No todas las personas que viven solas son mayores, pero sí son un porcentaje importante. Según los últimos datos publicados por el INE, son casi 30.000 en la región y los mayores de 65 años representan un 43% de los cerca de 70.000 en total. Además, conlleva un componente de género importante, ya que más de la mitad de las mujeres que viven solas en Cantabria son mayores de 65 años. Entre los hombres mayores, por contra, la proporción baja al 27,9% del total de hombres que viven solos. Sin embargo, vivir en solitario no significa estar en soledad, ya que «hay muchísimas personas que eligen vivir solas, hacer su vida en solitario y son felices y viven genial».
Pero cuando confluye vivir en soledad con el sentimiento de soledad, Villoria advierte de que esto no afecta a todas las personas por igual, sino que depende de cómo se afronte esta realidad. Y también influye el proceso de socialización diferenciado que tienen hombres y mujeres a lo largo de su vida. «Las mujeres tienen una mejor predisposición, aunque son las más afectadas por la soledad, porque ellas establecen sus relaciones sociales en red, mientras que los hombres lo hacen en forma de escalera». Cuando se habla de sentimiento de soledad no deseada, además, hay dos puntos clave en la vida de toda persona, donde esto puede aparecer: «En la juventud, en torno a la adolescencia, cuando se dan en algunas personas procesos de bullying, no hay integración, y se encuentran solos, sin un entorno social, sin amigos y con aislamiento de núcleos», y cuando se envejece. La diferencia sustancial entre un momento y otro es que la soledad de la adolescencia sí se acaba y se revierte, «mientras que la que ocurre entre personas mayores no».
A pesar de que es más frecuente en personas mayores, no puede decirse que haya una correlación directa entre soledad y edad avanzada, pero sí que hay «elementos disruptores que aparecen y que te condicionan». Esto se da por la confluencia de muchos factores, entre ellos no solo la jubilación y la pérdida de una dinámica diaria, sino porque la pérdida «se convierte en algo habitual», ya que pierden amistades porque fallecen, porque quedan viudos y porque existen otros factores que van dejando a estas personas solas.
Además, advierte de los efectos que tiene la soledad: «Está comprobado científicamente que la soledad no deseada incrementa las tasas de mortalidad y morbilidad, y las personas solas hacen más uso de los servicios de salud». Por este motivo, llama la atención de quienes gestionan los recursos públicos, porque es un problema del hoy, que requiere soluciones y, además inversión. «No es algo nuevo», señala, y muestra investigaciones que relacionan la soledad y los niveles de salud general que están datados en los años 80, cuando ya se comenzó a hablar de sus efectos a medio y largo plazo.
En el otro lado de la tabla se encuentran los municipios con menos hogares unipersonales. Aquí destaca Villaescusa, el municipio con menos proporción de hogares unipersonales (18,7%), seguido de Santa Cruz de Bezana (20,8%), Reocín(22,1) y Medio Cudeyo (22,3). Aquí tampoco hay una correlación directa con la edad: a hogares con más personas residiendo en ellos, la población no es más joven.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.