Tres vigilantes heridos al intentar retener a dos grafiteros en los talleres de Renfe en Santander

La enésima incursión de los grafiteros en instalaciones ferroviarias ocurrió el pasado sábado, 30 de marzo, a las seis de la tarde. En esos momentos, en el interior de la nave de los talleres de la antigua Feve había un solo guardia de seguridad que, en cuanto los vio en acción, dio la voz de alarma en el centro de control y se organizó un operativo. Fueron movilizados otros seis vigilantes y se dio aviso al Cuerpo Nacional de Policía, que envió a una patrulla, para tratar de frenar la acción de estos vándalos, que iban encapuchados, con bragas de cuello tapándose el rostro, guantes de látex azules y pañuelos anudados a las muñecas.

Cinco de estos guardias se quedaron en el exterior del taller, cubriendo las posibles vías de escape, y otros cuatro efectivos entraron dentro. Uno de los grafiteros -Yomis- consiguió escapar por un portón, saltar por una pared y bajar por un poste de catenaria, un punto por el que ya se esperaba que podrían huir, por lo que un hombre de seguridad había quedado allí para evitar su fuga. Pero este joven saltó sobre él, «pateándome en el pecho», según ha contado a este periódico. Otro compañero de este guardia, que tenía a Yomis sujeto, acudió en su ayuda y se formó «un rifi-rafe, con el chico dando patadas y puñetazos», ha explicado la víctima, uno de los responsables del equipo de vigilantes, que señala que al ir a defenderle el otro agente de seguridad también acabó lesionado, en un «violento forcejeo» ocurrido en medio de las vías, que obligó a cortar el tráfico ferroviario durante aproximadamente un cuarto de hora y que generó bastante expectación, entre viandantes que pudieron verlo todo desde el puente de la carretera del apeadero de Valdecilla y Candina, y desde la valla del parque de La Marga. A pesar de los intentos de Yomis por escapar, acabó engrilletado por estos dos vigilantes, que lo pusieron a disposición de la Policía.

Mientras, 'Pollo' era retenido dentro del taller, pero también reaccionó de manera agresiva y un tercer efectivo sufrió lesiones, aunque no fue tan violento como su compañero, explica el agente de seguridad, «porque se cortó al estar los policías nacionales allí, porque nosotros no tenemos la consideración de autoridad y la gente no nos obedece». Al final, tres agentes de seguridad resultaron heridos: uno policontusionado, otro con contractura lumbar y el tercero (el que participó en el dispositivo desarrollado dentro del taller) sufrió la rotura del tendón de Aquiles, y fueron atendidos de urgencia en el hospital Mompía. Los tres siguen de baja laboral y han presentado denuncia por estos hechos.

En estas instalaciones de Renfe quedó la prueba del 'delito': un vagón con un costado entero pintado (un garabato gris de 12 metros de largo y 1,20 de alto) y por el otro lado, embadurnado hasta la mitad (pintada verde de cinco metros de largo y 1 metro de alto), un grafiti a medio terminar que iba a llevar la firma de 'Yomis' o 'SMC' -es el mismo individuo, David G.F.-, junto con su compañero A.M.T.

El primero, que ahora tiene 23 años, lleva desde que es menor de edad siendo la pesadilla de la compañía ferroviaria y, de hecho, en 2017 fue condenado a pagar a Renfe una multa de 60.000 euros por un reguero de pintadas realizadas desde tres años antes, en vagones e instalaciones de todo tipo y por toda Cantabria, desde Santander hasta Reinosa, Ampuero o Renedo, pasando por Astillero o Heras. Esta vez acudió con 'Pollo', A.M.T., de 19 años de edad.

La Policía Nacional ha confirmado que estos dos individuos fueron identificados y las diligencias fueron remitidas al juzgado, pero no fueron detenidos. Pintar un grafiti en bienes públicos o privados dejó de ser delito en 2015 tras la reforma del Código Penal que despenalizó las faltas, como la de deslucimiento de bienes muebles. De ahí que la condena de Yomis de 2017 se produjera en el ámbito civil, donde la perjudicada -Renfe- únicamente pudo exigir una indemnización por los daños causados por las pintadas.