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Trinidad

Olga Agüero

Santander

Viernes, 5 de octubre 2018, 09:04

El Cabildo espera, hace una década, aquellas urgentes promesas de regeneración hechas cuando murieron tres vecinos. Para disimular la vergüenza de una tragedia anunciada ... se creó una comisión. Se estrenaron losetas y papeleras. Los artistas pintaron algunas paredes. Un sábado, arquitectos y poetas se abrazaron simbólicamente al barrio. Se anunció una regeneración urbana, social y económica. Inmaculada trinidad. Un vía crucis de siglas –ARU, ARCU, ARI, ARRU y PEPRI– estériles y caducas. Pronto las luces se enfocaron al éxtasis del Centro Botín. A pocos metros de la fantasía rota del 'Anillo cultural', el Cabildo siguió siendo perímetro invisible. En diciembre se consuman once años de decepción y olvido. Ahora se reivindican otras causas. Las autoridades defienden la Magdalena, y nosotros defendemos la Magdalena de las autoridades.

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