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María Dolores Acón (Zaragoza, 1959) estaba viviendo un «sueño», según sus propias palabras. Poner el broche a su carrera profesional dirigiendo el gran hospital de Cantabria, convertida en la primera mujer gerente de la historia de Valdecilla, que ya va camino de su centenario. El ... plan era jubilarse aquí, pero no le ha dado tiempo. Un tropiezo mayúsculo le ha obligado a dimitir «por el bien de la organización». Sus propias palabras se le volvieron como un bumerán y destrozaron «el regalo» que le había hecho el consejero César Pascual, cuando la eligió hace poco más de un año para el cargo. Las dijo en el congreso de gestores organizado la semana pasada por Redacción Médica, donde coincidió con Miguel Rodríguez, exconsejero socialista de Sanidad en Cantabria durante los años de la pandemia. En su intervención, la médico habló de listas de espera y de su utilización como «arma arrojadiza» entre partidos políticos. Y como si fuera una premonición, ahí mismo empezó su cuenta atrás como flamante directora de Valdecilla.
Sin ser consciente de la repercusión de sus reflexiones, en las que cuestionó la fiabilidad de los datos, advirtió de intereses profesionales y sindicales, como ingredientes de la «perversión» de la listas, e incluso mencionó la existencia de «agendas ocultas», se metió en un callejón sin salida. O renunciaba al cargo o lo decidían por ella desde la sede de Federico Vial. No quedaba otra.
Eligió lo primero, «con tristeza y dolor de corazón», agradeciendo «la confianza» depositada en ella por el Gobierno de Cantabria y lamentando que se «malintepretaran» sus palabras, «sacadas de contexto de un foro técnico» en el que se sintió «libre» para exponer su opinión. Así se defendió desde que empezó la oleada de críticas junto a los fragmentos del vídeo de su ponencia. Como experta en gestión, el pasado febrero había recogido el 'Premio Sanitarias al liderazgo de la mujer en el sector de la Salud', iniciativa impulsada por Redacción Médica, organizadora de su último debate como gerente.
En lo que dura un fin de semana, la bola se fue haciendo más grande hasta explotar el martes, 19 de noviembre, justo el día que Valdecilla era reconocido, por primera vez, como el mejor hospital de alta complejidad de España en el certamen de los premios (Best in Class), los de mayor prestigio del ámbito sanitario. Iba a ser la guinda de un mes marcado por otros galardones previos, recogidos por la propia Acón, que esta vez no sólo se quedó sin protagonizar la fotografía del hito sino que acabó siendo la comidilla de la ceremonia. Y el tema de conversación de todo un hospital impactado por el brusco desenlace. El primer mandato femenino al frente de la Gerencia de Valdecilla pasará a la historia también por ser el más corto, salvando el antecedente del nefrólogo César Llamazares, en 1983, que solo pudo dirigir el hospital unos meses porque murió ese mismo año en accidente de avión.
No es la primera salida sonada que protagoniza la doctora Acón de un equipo directivo. Ya lo fue cuando cesó en el hospital Son Espases de Palma de Mallorca en 2017, entre críticas a su gestión. Parte de los profesionales que le acompañaron en aquella etapa habían compartido con ella su ilusionante regreso al Servicio Cántabro de Salud. Así, Yolanda Montenegro, que también trabajó a su lado cuando dirigió el Hospital de Laredo (2011-2015), es hoy la gerente de Sierrallana-Tres Mares; Luis Mariano López es el actual director de Enfermería de Valdecilla (como lo fue en Palma), y María Jesús Hernández-Coronado, que fue subdirectora médica de Son Espases, está desde abril al frente del Hospital Virtual Valdecilla. «Una elige a quienes quiere que le acompañen en este viaje», apuntó la propia Acón.
Y fuera de ese viaje se quedó en agosto la directora médica Rosana García, que ya ocupaba ese puesto durante la Gerencia de Rafael Tejido. Lejos de ser un relevo discreto, desembocó en un conflicto interno que acabó con la dimisión en bloque de los tres subdirectores médicos. Hasta ahora, ese había sido el momento más tenso del mandato de Acón, junto con la amenaza de rebelión de todos los jefes de servicio cuando vieron que la propuesta de traslados inicial ponía en riesgo la especialización del hospital. Un fuego que Sanidad apagó antes de que estallara del todo. «Yo avisé de que iba a pasar eso y no me hicieron caso», aseguraba Rosana García, «muy dolida por el trato recibido».
Ahora es precisamente su sustituto, Ramón Herrería, llegado en septiembre a Valdecilla –donde hizo el MIR– desde el Hospital Santa Marina de Vizcaya, quien se ha convertido en gerente en funciones (con Miguel Ángel Soria como subgerente) hasta que Pascual encuentre a un candidato idóneo para lo que resta de legislatura. Por ahora no hay sucesor en cartera. Se ha abierto el proceso de búsqueda, que se suma a los del gerente y el director médico de Atención Primaria, que están vacantes desde hace dos meses.
Antes del batacazo, Acón, que ya estaba pensando incluso en los preparativos de la celebración de los cien años de Valdecilla, valoraba que el hospital estaba atravesando «un momento dulce y esperanzador», con servicios bien dimensionados y bien gestionados, un equipo humano altamente cualificado, una infraestructura de vanguardia, una renovación tecnológica histórica –sus últimas inauguraciones fueron la nueva Unidad de Rayos y el quirófano híbrido de Cirugía Cardiovascular– y obras de mejora en curso, como la de nueva Unidad de Endoscopias o las instalaciones donde se reubicará la Unidad de Salud Mental, hasta ahora en el edificio externo conocido como 'El Chalecito', en Cazoña.
Tampoco perdía de vista el gran reto que tenía por delante con la instalación de la protonterapia, que requiere la construcción de un búnker de grandes dimensiones en pleno corazón del hospital para alojar la máquina que traerá a Valdecilla la radioterapia más eficaz contra los tumores más escondidos. Ahora será su sucesor quien tendrá que preocuparse de los inconvenientes de una obra de esa envergadura dentro de un hospital que es referente nacional y que está trabajando a pleno rendimiento, precisamente, para que Cantabria se descuelgue del récord de sus listas de espera.
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