El turbulento primer año de Bedia en Hostelería

Aunque aún no ha cumplido su primer año como presidente, Bedia no es un recién llegado al colectivo. Además de dueño de varios negocios hosteleros en la zona de Somo, ha sido miembro de la Junta ininterrumpidamente desde el año 2002, cuando llegó al órgano de gobierno de la mano de Miguel Mirones. Desde entonces ha visto pasar por el despacho principal de Las Carolinas a otros empresarios impulsados por Mirones, como Emérito Astuy y Ángel Cuevas. Hasta que le llegó su turno a comienzos de este año.

Cuando el propietario de Hoteles de Cantabria, Felipe Ortiz, anunció su intención de optar a la Presidencia de Hostelería, un grupo de empresarios tocó a rebato y convocó una reunión de urgencia en Puente Viesgo, a la que asistieron Bedia y los cuatro expresidentes que le acompañan en la fotografía. El resultado fue que Ortiz renunció a presentarse pocos días después y Bedia ganó las elecciones por incomparecencia de rivales.

Pero el nuevo presidente se percató muy rápido de que la historia de la Asociación de Hostelería de Cantabria no se puede entender de forma aislada, sino vinculada a las pugnas en otras instituciones empresariales de la región, como ya sucedió en el pasado con la CEOE y Mirones. En 2006, el presidente nacional de los balnearios compaginó los cargos en Las Carolinas y en la patronal cántabra, de donde se marchó en 2011 tras la acusación de irregularidades hecha por el entonces secretario general. Años más tarde, en 2019, respaldó la candidatura de Emérito Astuy -que le había sucedido en 2008 en Hostelería- para hacerse con el control de la patronal, pero no pudo imponerse al actual presidente, Enrique Conde.

Precisamente, la primera vez que la Junta directiva de Bedia se enfrentó a él fue el pasado junio por un asunto relacionado también con la CEOE. La patronal presentó una candidatura a la Cámara de Comercio de Santander en la que estaba incluido el presidente de los hosteleros. Cuando la Junta se enteró, lo echó para atrás y Bedia tuvo que rectificar y salir de la lista encabezada por Antonio Cornadó.

Pese a que han pasado quince años desde que Mirones abandonó el cargo en Hostelería, y de que sus sucesores siempre han formado parte de su entorno, en la Junta actual ya hay voces en contra de su papel en la toma de decisiones. Hasta el punto de que algunos miembros del equipo actual afearon que estuviera sentado en la Junta de esta semana, cuando se comunicó la destitución de Bárbara Gutiérrez, sin ser miembro de ella.

El próximo capítulo de esta crisis interna abierta en la Asociación de Hostelería se escribirá mañana, viernes, cuando está convocada una reunión de la Junta Permanente, presumiblemente tensa, para tratar el despido unilateral de Bárbara Gutiérrez. Este periódico se puso en contacto con la ya exdirectora, que prefirió no hacer declaraciones al haber puesto su despido en manos de un abogado.

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