El turismo británico se aleja de Cantabria

Una de las consecuencias de la crisis sanitaria del coronavirus se refleja desde hace meses en las reservas de turistas internacionales para este verano, que son más bien anecdóticas. Si hasta el momento los visitantes extranjeros apenas se han dejado caer por Cantabria, la cuarentena obligatoria impuesta por el primer ministro británico, Boris Johnson, para cualquier persona que pise Reino Unido procedente de España, ha provocado que las pocas visitas programadas empiecen ya a cancelarse. Los vecinos ingleses prefieren no venir a España si a la vuelta deberán permanecer en casa aislados 14 días. En algunos hoteles el efecto de la medida fue inmediato. En otros no tanto porque ni siquiera tienen reservas de ingleses. La sensación general del sector turístico es que si ya había pocas intenciones de venir, esto termina de alejar de Cantabria al turismo británico.

La nueva obligación ahoga casi por completo las expectativas de recibir la llegada de estos turistas que para la comunidad autónoma tienen «una importancia altísima», resume Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de la región. En concreto «casi uno de cada cuatro turistas extranjeros es inglés». Algo que seguro no ocurrirá en 2020. Aunque algunos hosteleros todavía mantienen la esperanza en que el mazazo no afecte a las reservas de otoño. Pero ahora mismo nadie da nada por sentado. Roberto Castilla, director adjunto de Britanny Ferries, define la imposición de la cuarentena como un «golpe duro» porque significa «volver al punto de partida de nuevo», retroceder en el avance que poco a poco registraba el sector. Es una decisión que, además, se tomó sin previo aviso y «nos ha cogido por sorpresa», añade. La empresa mueve anualmente en torno a dos millones y medio de pasajeros de los cuales casi el 95% son británicos. Pero este verano el panorama se resume en dos opciones: que muchos turistas cancelen durante estas semanas o que los miles de británicos que «se encuentran ya en territorio español, anticipen su regreso». Esa es la previsión, aunque aún no han notado un número de cancelaciones «significativo».

Quienes sí han empezado a recibir llamadas para anular las vacaciones son muchos hosteleros. La noticia de la cuarentena calló como un jarro de agua fría. «Estamos notando cancelaciones ya». ¿Cuántas? «No tengo una cifra, pero muchas», reconoce Cuevas. Las pocas llamadas que entraban con reservas, se traducen ahora en anulaciones. Sobre todo en hoteles ubicados en «sitios clave Santillana del Mar y Picos de Europa», entre otras zonas.

En el Hotel Infantado, en Potes, sí tienen números significativos que reflejan cómo la política británica afecta directamente al turismo en Cantabria. «La reacción fue instantánea, el domingo pasado ya nos llamaban mucho para cancelar reservas. Igual se cayeron unas 15», explica Isabel Fombellida, encargada de la recepción. Es más, se dieron cuenta de qué algo ocurría en Reino Unido por el comportamiento de los clientes.

En la zona tienen muy presente la importancia de este turista. «De mayo a junio, la ocupación que tenemos entre semana es casi el 80% británico», dice. Y la tendencia continúa en julio y agosto. Muchos son clientes fijos que llevan años visitando la región. Sin embargo ahora, «la mayoría lo que está haciendo es pasar las reservas al año que viene». Es decir, prácticamente desde principios de agosto hasta septiembre, está todo ya cancelado. En mayo ya decidieron atrasar sus reservas a septiembre y ahora las pasan directamente al próximo verano. «Así que adiós 2020», resume. Aunque nadie sabe qué va a ocurrir con las reservas de septiembre, «tengo la certeza de que las retrasarán», insiste Fombellida.

Antes de que arrancara el verano, el sector turístico ya sabía que los números no iban a ser comparables con ningún otro. Por dar alguna cifra. Solo el año pasado visitaron la comunidad autónoma 62.567 turistas procedentes de Reino Unido, según los datos provisionales publicados por el Icane. Es decir, el 15% del total de visitantes extranjeros del año pasado. Solo superados por los franceses, 157.287.

Además, el turismo británico no sólo viene en temporada alta –es decir durante los meses de verano– también reserva para otras fechas como otoño y primavera. «Es muy importante para Cantabria fuera de la estación tan alta. En septiembre y octubre suponen una diferencia muy grande», explica Teresa Rivas, propietaria delHotel del Oso, en Cosgaya. Y no hay duda, «se le echa de menos». Si ya tenían pocas reservas, «lo de la cuarentena fue la guinda», añade Rivas. Por el momento está todo «muy parado». En su caso, en un mes de septiembre, el turismo inglés puede significar «entre un 30 o 40%» de la ocupación. «En verano hay visitantes, pero nos viene la gran mayoría fuera de la temporada alta. Y ahora el riesgo es que eso no ocurra», resume el presidente de los hosteleros. Coincide Francisco Fuentes, del hotel la Casona Revolgo, en Santillana del Mar. «En verano es testimonial, habrá que esperar porque ahora trabajamos a corto plazo», explica. El panorama cambia día a día y resulta complicado aventurarse. Aunque alguna cancelación ya ha caído, concretamente el viernes unos ingleses anularon su reserva para octubre. Estos visitantes salvan los meses menos populares.

La caída también afecta a la llegada de visitantes vía aérea. A las reservas de billetes de vuelos les afecta la pandemia y ahora la cuarentena impuesta por Reino Unido. La suma de las dos se traduce en números. En julio del 2019 la ruta de Londres del aeropuerto Seve-Ballesteros tuvo 7.314 pasajeros repartidos en un total de 44 vuelos. El mismo mes del 2020 se resume en 28 operaciones (16 menos que el año pasado) y con una ocupación media que rondará el 60%. Es decir, se perderán unos 4.100 pasajeros. Aunque estos últimos datos pueden variar con las reservas de última hora.

El sector turístico desconoce cuánto tiempo se alargará la aplicación de la medida. No obstante, la duda ahora es si «va a calar el mensaje negativo». Ese que lanza la idea de que España no es un país seguro y va a repercutir en la llegada de turistas durante todo el año. «Habrá un porcentaje importante que pensará: 'vamos a aparcar el viaje a España por este año'», opina Cuevas. Y esas mismas dudas las tienen en los campings porque el turista inglés no sólo elige los hoteles para su estancia, también se desplaza en autocaravana y reserva en este tipo de instalaciones.

A día de hoy la cuarentena les afecta menos porque, directamente, «no hay turistas ingleses», admite Eneko Valle, presidente de la Asociación de Campings de Cantabria. Para el sector son importantes porque «tienen cultura de camping, se mueven en autocaravana y suelen pasar largos periodos de tiempo viajando». Tal es su presencia que «hay momentos en los que solo tenemos ingleses», señala Pablo Alonso, propietario del Caravaning Oyambre. «Ahora no lo vamos a notar. Mi duda es cómo será el otoño. No sé si aparecerán los turistas porque te salvan la segunda quincena de septiembre y el mes de octubre», resume.