Turismo gastó 70.000 euros en la fiesta de Alto Campoo en Escenario Santander

La intención de Cantur era doble. Premiar a los casi 8.000 abonados que la última temporada pasaron por taquilla y celebrar un gran evento que sirviera de pistoletazo de salida a la nueva campaña de abonos que comenzaba al día siguiente. El plato estrella era la actuación del grupo madrileño Sidecars, que durante una hora y cuarto desplegó su repertorio. Se trataba, como la propia Cantur publicitó, de un concierto «exclusivo». Para ello dio la oportunidad a los 7.904 abonados de participar en un sorteo para acceder a la actuación. En total, sacó 1.026 entradas: 800 para Escenario Santander y 226 para el Teatro de Reinosa, desde donde también se pudo seguir en directo el concierto a través de una pantalla gigante.

El televisivo Quico Taronjí, recién nombrado Orujero Mayor de Potes, fue el maestro de ceremonias. Apenas estuvo veinte minutos sobre el escenario. Lo que tardó en saludar, conectar con Reinosa con la directora de Alto Campoo, Cristina López Vayas, y dar paso al consejero de Turismo, Luis Martínez Abad, que fue el que cerró el acto con su discurso antes de que tocaran Sidecars.

Como regalo de bienvenida, todos los asistentes a Escenario Santander recibieron un tique válido por una consumición gratis (cerveza, vino, agua, refresco...) y al salir les entregaron una bolsa de tela que contenía una pequeña muestra de crema solar, una funda de plástico azul para guardar objetos y unas gafas de sol. De la seguridad de la fiesta se encargaron cuatro vigilantes privados en Santander y otros dos en Reinosa.

Mientras la fiesta se desarrollaba en el interior, en el exterior de Escenario Santander los trabajadores de Cantur se concentraron para protestar por lo que consideran «la primera gran privatización del Gobierno del Partido Popular», al haber adjudicado a una empresa privada catalana –Snö Hotels– la gestión del hotel La Corza Blanca y los otros dos servicios de restauración de la estación invernal (la cafetería del Edificio Multiusos y la de El Chivo), que hasta ahora habían venido desempeñando ellos. Como medida de protesta, cortaron al tráfico la S-20 y, aunque intentaron acercarse hasta la entrada principal del recinto, a la que se accede por el interior del parque de Las Llamas, laPolicía Nacional se lo impidió. No se registró ningún altercado, más allá de las molestias generadas a los conductores que durante una hora no pudieron circular por el vial. Por eso, dentro de la plantilla de Cantur sentaron tan mal las palabras posteriores del consejero en la fiesta. «Siento si los actos violentos de unos pocos os han podido incomodar», se disculpó ante el casi millar de asistentes.