El turismo rural exige garantías jurídicas si se da el caso de un cliente con Covid-19

La mayoría abrirá con la llegada de julio, pero un buen número de establecimientos empezará a rodar en la segunda quincena del mes anterior. Es la previsión que manejan en la Asociación de Turismo Rural para sus trescientos asociados. Con vistas a esos días y a un verano en el que creen que serán «un balón de oxígeno» han elaborado un Plan Estratégico que hoy registrarán en la Consejería. Medidas de seguridad y promoción son dos de sus líneas. «La obsesión es transmitir que somos un destino seguro y que de verdad lo seamos». Pero tal vez la más llamativa es la tercera: «Seguridad jurídica en las reservas y estancias ante una situación de Covid-19».

A falta de legislación y de instrucciones concretas por parte de la Administración, los servicios jurídicos de la Asociación recomiendan informar a los clientes de dos puntos en las condiciones de reserva. Resumidos, que si las autoridades cierran los establecimientos (una cuarentena o un nuevo estado de alarma) se devolverá el dinero, pero no habrá «derecho a indemnización o reclamación». Eso, y que si hay sospechas de un cliente con síntomas alojado «se dará cuenta a la autoridad sanitaria para que proceda en consecuencia, debiéndose abandonar, en todo caso, el establecimiento». Es decir, que ellos -la casa rural- no tengan que hacerse cargo del paciente porque nadie les dé una solución.

«A medida que avanzan las fases de 'desescalada', el turismo rural y de naturaleza coge fuerza». Lo pone en las primeras líneas del Plan y la tendencia lo confirma. «Desde esta semana se está moviendo la ocupación y el interés por venir», resume Jesús Blanco, presidente de la Asociación. Creen que van a trabajar. Sobre todo, a partir de la segunda quincena de julio. De hecho, en el documento citan al «reconocido economista Mario Weitz»: «En cuanto a Cantabria, señala que la caída de su PIB estará al mismo nivel que la española (en torno al 8 o 9%), si bien tiene la ventaja de un turismo rural y unas playas que pueden contribuir a paliar este año la mala marcha de la economía».

Es una introducción. A partir de ahí, concretan. Ellos «aconsejan la implantación de las medidas sanitarias propuestas por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE)». La Asociación, en este caso, facilitará a los establecimientos que puedan implantar esas medidas. Hoy mismo arrancan un curso de formación, han puesto en marcha una plataforma digital y, a través de acuerdos con empresas, se ofrecen como central de compras unificada para adquirir lo necesario. El objetivo es reducir gestiones y gastos y «garantizar que todos los productos que se adquieren son homologados». En este sentido, van a reclamar al Gobierno de Cantabria «una línea de ayudas que permita costear los gastos de implantación de las normas sanitarias, que pasarán en la mayoría de los casos de los 2.000 euros». «Otras comunidades limítrofes ya las están dando», reclama Blanco.

La Asociación, además, ha diseñado un distintivo de «alojamiento responsable y seguro», que será gratuito, y para el que se pedirá firmar una «declaración responsable» de haber implementado las medidas del ICTE. Es, más que otra cosa, un compromiso. Pero, en paralelo, se ha firmado un convenio de colaboración con una empresa auditora del ICTE para abaratar sus precios a los empresarios «que decidan auditarse y conseguir el Certificado de Turismo Seguro».

El segundo punto del Plan es el de la seguridad jurídica. «¿Qué hacemos si hay un problema en nuestra casa? ¿Si surge un caso?», se pregunta Blanco, que entiende que es crucial que esté aclarado. La única consigna que han recibido es la de «contactar de inmediato con el teléfono habilitado por la comunidad». ¿Y después? «Consideramos que antes de abrir deberíamos tener claras las consecuencias que acarrea un caso Covid». Por eso, lo de introducir -e informar- de esas dos condiciones. Que si hay un cierre obligado se cancelan las reservas y se devuelve el dinero, pero sin reclamaciones adicionales. Y que, «en caso de existir sospechas sobre la posible infección por Covid 19 de un cliente alojado», más allá de no pasar cargos «por los días de estancia no disfrutados», el paciente no se quedará en el establecimiento.

El último de los apartados hace referencia a la promoción. La crisis obliga a cambiar el paso. Lo previsto ya no vale y las acciones a largo plazo se concentrarán ahora en el segundo semestre del año. Para ello lanzarán una campaña que utilizará la marca creada por la Dirección General de Turismo 'Cantabria, sin ir más lejos'. Destino cercano y seguro, familiar, espacios abiertos... Lo que creen que más 'venderá' en este contexto. Y, de cara a salvar el verano, centrarse también en un cliente «de 20 a 35 años, individual, en parejas o grupos de amigos de clase media, sobre todo mirando a Madrid, País Vasco y Castilla-León».

De hecho, ya en junio, y ante la inminente apertura, lanzarán dos vídeos e incidirán a los asociados en que ofrezcan paquetes. Alojamiento y experiencias. Irán de la mano de la promesa del Gobierno en cuanto a entradas gratuitas a los atractivos turísticos en el primer mes de movilidad geográfica. «Aunque estamos pendientes de que lo concreten, porque no nos lo han concretado».