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El Sardinero, completamente vacío estos días.

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El Sardinero, completamente vacío estos días. Roberto Ruiz

El turismo se hace cruces en Semana Santa

Con el primer gran ingreso del año perdido, el sector mira con pavor al verano

Álvaro Machín

Santander

Lunes, 6 de abril 2020, 07:06

Es probable que, en casa, donde un martes es igual que un sábado, ni siquiera se haya dado cuenta. Ayer fue Domingo de Ramos, lo que supuso el inicio de la Semana Santa y, en otras circunstancias, días en los que muchos andarían cargando con una maleta. Para hacerse una idea, cifras. Cantabria, el año pasado, alcanzó una ocupación del 93% en las fechas centrales de este periodo. Por Cabárceno, por ejemplo, pasaron 38.000 personas. Por El Soplao, más de 12.000. Es más, tal día como el lunes que viene –no hoy, el próximo– atracó en Santander el 'AidaSol' con 2.527 turistas. La previsión para este año es más fácil que nunca. Cero en los 2.224 establecimientos turísticos –alojamientos– dados de alta en la región. Son 80.681 plazas y estarán vacías. Cero en todo. Cero ingresos. Por eso, el sector turístico se hace cruces. Por eso y porque nadie sabe cuándo y cómo se va a salir de esta (que es lo más grave). «Mira, me dijo un hotelero días antes del cierre que cambiaba de opinión tres veces al día. ¿Plazos? Yo también cambio de opinión tres veces al día. Vamos en una colchoneta por una cascada. El panorama es desolador». Eso lo dice Ángel Cuevas, presidente de los hosteleros cántabros.

Por empezar con la Semana Santa, Cuevas dice que para ellos son unos quince días de trabajo por los calendarios distintos a la hora de organizar las vacaciones en las comunidades autónomas. Para este año, tirando de almanaque, supondría movimiento del 3 al 18 de abril (unos días más que otros, claro). Entre el «10 y el 12% de la facturación del año». Además, «viniendo del invierno, suele ser un balón de oxígeno para cubrir gastos, pagar los atrasos que acumulas». Jesús Blanco, de la Asociación de Turismo Rural, explica que para ellos supone «los ingresos del primer cuatrimestre, el ingreso fuerte de la primavera previo a la temporada alta». Teniendo en cuenta, además, que muchas casas rurales cierran en invierno. Por eso, estos días suelen ser «una puesta al día, la gasolina para arrancar el año».

«¿Plazos? Cambio de opinión tres veces al día. Es como ir con una colchoneta por una cascada»

ángel cuevas | asociación de hostelería

Semana Santa perdida. ¿Y el verano? «No le damos por perdido –apunta Cuevas–, pero vemos muchas cosas negativas. Hay factores que son esenciales. Hasta cuándo dura el confinamiento, ver qué pasa con el calendario escolar (porque el 80-90% de lo que hacemos en Cantabria depende de eso) y ver cómo se sale económicamente». Con un añadido. Con la «gran hotelería» (Canarias, Baleares, Levante...) abocada a un año negro sin extranjeros, cuando la situación se calme «tocarán otros terrenos». «El nuestro», concreta el presidente de los hosteleros cántabros. Turismo nacional, bajada de precios y menor rentabilidad. «Esto –concluye– no va a ser apretar un interruptor y que salga. No vamos a salir, ni con mucho, con el rendimiento que teníamos justo antes».

Roberto Ruiz
Imagen principal - El turismo se hace cruces en Semana Santa
Imagen secundaria 1 - El turismo se hace cruces en Semana Santa
Imagen secundaria 2 - El turismo se hace cruces en Semana Santa

El horizonte

Todos son conscientes, de hecho, de que el sector va a estar en los últimos puestos de la lista a la hora de recuperarse. «Somos el último eslabón», reconoce Eva Bartolomé, la directora general de Turismo. «Para que la gente viaje necesita dinero y confianza. Las dos cosas». Ambas están en entredicho. Esas cuestiones son las que pesan en el pronóstico de Blanco. «Con la Semana Santa perdida, hasta siendo optimistas creo que el verano también se nos va a ir. No sabemos cómo va a responder la gente. Quiero pensar que tendrán ganas de salir o que los que han perdido sus viajes y vacaciones quieran recuperarlo. En todo caso, cuanto más tiempo esté paralizada la economía, más dura será la crisis y la recuperación. Con este panorama, el 2020 será un año perdido, el 2021 serviría para empezar a recuperar y el 2022 sería el de la vuelta a las condiciones en las que estábamos. Yo lo veo todo más negro desde el lunes pasado (el endurecimiento de las medidas). El desgaste laboral es tremendo».

«Cuando pase el estado de alarma en una peluquería o en un taller puede haber fila, pero quién se va a plantear hacer un viaje»

eduardo garcía | asociación agencias de viajes

Devoluciones

Las agencias de viaje no pintan un panorama mejor. Todo lo contrario. «Tenemos venta cero desde quince días antes del estado de alarma (a muchos destinos ya no se podía viajar) y, además, estamos devolviendo prácticamente todas las ventas vacacionales que hicimos desde diciembre y, por responsabilidad, cancelando también reservas a futuro», resume Eduardo García, de la Asociación de Agencias de Viajes y Operadores de Turismo de Cantabria. Saca los datos de su propio negocio (Santander). Marzo se fue con una caída del 82% (lo poco que hicieron fue a través de billetes de avión para repatriados) y abril se irá con un 100%. Y no es sólo perder la Semana Santa (para ellos, con lo que arrastra de reservas de finales de enero a mediados de abril, un 30% del año), es también mucho de lo ya hecho y casi todo de lo que viene por delante. «Puede que una peluquería o un taller tengan fila cuando acabe el confinamiento. Y un porcentaje de negocios tendrán caja, en mayor o menor medida, desde el primer día en que abran. Pero, ¿quién se va a plantear hacer un viaje después del estado de alarma? De entrada, porque no se podrá ir a muchas partes en principio. Incluso, no permitirán desde el primer día volar a los españoles. Será una incorporación lenta. Va a tardar por lo menos seis meses en poder empezar a recuperarse», apunta.

Roberto Ruiz

La siguiente pregunta con este panorama es obligada para Ángel Cuevas.

–¿Y ya tiene constancia de posibles cierres?

–Pues con nombres y apellidos no, pero no hace falta ser un gurú para saberlo.

«Estás metido en un ERTE, tienes los gastos de luz, de agua, del género perdido, la renta, las hipotecas... Dios mío. Se van a quedar colegas por el camino. El que no tenga pulmón se queda y se va a quedar hostelería», adelanta. Blanco tampoco tiene por ahora nombres y apellidos en el turismo rural, pero también entiende que les costará abrir y que «en unos meses», viendo lo que hay y lo que les llega, «habrá cierres». «Yo hace quince días ya tenía constancia de que cerraban dos agencias y estoy seguro de que van a ser más. Unas no vuelven a abrir y otras lo harán sólo para atender a los clientes pendientes y no dejarles tirados», concreta García.

«El 2020 será un año perdido, el 2021 para empezar a recuperar y el 2022 para volvera donde estábamos»

jesús blanco | asociación de turismo rural

«Estaremos condicionados al momento en que empecemos a bajar la cuesta empinada. Si el confinamiento fue progresivo, también lo será el proceso contrario. Será como una moviola, al revés. Y eso, a junio mínimo», analiza Bartolomé, que entiende que la recuperación estará vinculada «al músculo financiero de los países para sostener a los que no tienen ingresos». «Van a tener que recurrir a todas ayudas habidas y por haber y todo eso tendrá que entrar en funcionamiento para que esto no sea una hecatombe. No sé realmente qué consecuencias puede tener esto si no es sosteniéndolo con todas las ayudas posibles». El ejemplo lo tienen en casa: Cantur se plantea aplicar a gran parte de sus cerca de cuatrocientos trabajadores el permiso retribuido recuperable tras dejar de ingresar tres millones de euros.

«Somos unos de los sectores que más vamos a tardar. Para que la gente viaje necesita dinero y confianza»

eva bartolomé | Directora general de Turismo

Reclamaciones y papeleo

Y, a día de hoy, desde el propio sector, desde dentro, tampoco pueden hacer mucho, más allá de ver los números rojos desde casa. «Primero estuvimos en una fase de 'shock' centrada en lo sanitario. Pero después viene lo económico. Estamos pendientes de todo tipo de ayudas de los gobiernos, de los ERTE, del cheque de resistencia... Todo lleva mucho papeleo y estamos centrados en eso», dicen desde el turismo rural, que preparan un plan de choque de promoción que esté listo para cuando se pueda salir. Los hosteleros, por su parte, pidieron a los ayuntamientos exenciones en vez de aplazamientos de los pagos. «Nosotros estamos diciendo al Gobierno de España que no nos vale un ERTE hasta el día siguiente del estado de alarma. Y con Comercio y Sodercán estamos trabajando para no quedarnos fuera de las ayudas a los autónomos siendo igual de autónomos que los demás. Se ha dejado fuera a los guías, los organizadores de congresos, el turismo activo y a nosotros», reclaman las agencias de viaje (están en consultas jurídicas y Turismo se lo ha hecho llegar a la Secretaría de Estado). «Lo que necesitamos –insiste el presidente de la asociación regional de agencias y operadores– es ayuda inmediata, no en octubre. Dinero de no devolver para, teniendo venta cero, acercarnos todo lo que se pueda, al menos, al gasto cero».

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