Ucrania requiere ahora material sanitario, comida enlatada y generadores eléctricos

Tkachuk detalla que, a pesar de que Ucrania «siempre ha sido el granero de Europa y producíamos mucha carne, al quedar todo paralizado, las reservas prácticamente se han consumido y no quiero pensar de cara al próximo año, que no habrá nada plantado ni ninguna explotación agrícola funcionando». Por ello, afirma que los alimentos que se envíen «deben de ser enlatados, para que no se pierdan y que no vayan en cristal, porque con un viaje de 4.000 kilómetros, más los trasvases de un transporte a otro, no es lo más apropiado».

La falta de electricidad en muchas de las localidades ucranianas hace «que sea prioritario comida que no haga falta cocinar». Esta misma falta de energía provoca que «los grupos electrógenos sean muy demandados».

Y, por supuesto, todo lo que tenga que ver con material sanitario, «desde vendas a desinfectantes, material quirúrgico o para tratar las quemaduras, que son de las heridas más extendidas».

En cuanto a los productos higiénicos, Tkachuk apunta que, tras la última remesa enviada, «no sabes cómo estaban de agradecidos por haber recibido pañales para adultos. La mayoría de la gente piensa en los bebés, que por supuesto que es esencial, pero hay muchas personas mayores que no se han querido mover de sus lugares de residencia y que los necesitan».

La demanda de ropa también ha variado. «Nos sigue llegando a Cajo mucha ropa de segunda mano, que ya no podemos enviar, porque hay que lavarla previamente y su transporte cuesta mucho dinero. Lo que sí que necesitamos son prendas térmicas, calcetines y calzoncillos. Piensa que no hay agua con qué lavar...», enumera la portavoz de la asociación Oberig.

En muchos lugares por los que han pasado los rusos o que han sido bombardeados «han comenzado a desescombrar y esto requiere que los hombres vayan vestidos adecuadamente. Así que todos los guantes, rodilleras, monos de trabajo y artículos similares son bienvenidos», aclara.

Agrega Tkachuk que «todo el material que nosotros enviamos, va directamente a la zona del conflicto, no se queda en la frontera. A través de una red de distribución, la carga de los camiones que parten desde Santander llega siempre al lugar donde más necesidad hay. Cada vez que es descargado un camión, nos llega un informe con toda la ruta».

No quiere olvidarse de agradecer «la solidaridad cántabra: «Son muchísimos los ayuntamientos, asociaciones, empresas y particulares que continuamente se ponen en contacto con nosotros para entregarnos material recopilado o preguntarnos de qué manera pueden ayudar». También llaman preguntado por refugiados a los que acoger. «Es alucinante la generosidad de tanta gente», insiste la portavoz que, a este respecto, indica que todo aquel que acoja a alguna familia ucraniana «puede recurrir a nosotros, además de a otras instituciones, como Cruz Roja o la Policía, para seguir los trámites necesarios para poner todo en orden». Añade que a través de la asociación «y de empresas que se han puesto en contacto con nosotros, podemos proporcionar traductores, asistencia psicológica, odontológica, de fisioterapia...».

Relata Tkachuk que también les llegan ofertas de empleo. «El problema es el idioma, pero hay oficios como el de informático, donde se habla un lenguaje universal y el inglés, que puede contar con candidatos ucranianos. También ha demostrado interés una empresa de limpieza y la Asociación de Hostelería va a dar cursos de formación ante la demanda de personal que tienen», explica.