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Hace justo un mes, Portugal se adentró en una nueva ola de coronavirus de la mano de la subvariante de Ómicron BA.5, que es incluso más contagiosa que sus cuatro 'hermanas' y tiene la capacidad de reinfectar a quienes hayan pasado la enfermedad ... de forma reciente. Y ese mismo linaje se está imponiendo con rapidez en Cantabria, desplazando a la variante sigilosa (BA.2), que es la que ha protagonizado la séptima onda de la pandemia; y que a su vez comió el terreno a la original (BA.1), que estalló a final de año con un contagio masivo por su escape de inmunidad.
Desde la Dirección General de Salud Pública reconocen que «el descenso de la curva se está frenando». La incidencia a siete días, situada ayer en 308 casos por 100.000 habitantes, ya está por encima de la mitad de la de catorce días (567), lo que avanza la tendencia ascendente que llegaría en los próximos días; y eso que los datos de nuevos positivos recabados el fin de semana siempre son inferiores al resto de las jornadas por la menor proporción de pruebas realizadas. De hecho, el sábado únicamente se notificaron 38 contagios en mayores de 60 años, que son los que se registran de forma oficial.
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Observado el avance de BA.5, que a finales de mayo representaba apenas un 4% de los contagios y ahora supone ya el 50%, el equipo de Reinhard Wallmann ya advierte de que, sin tardar, «puede volver a incrementarse la cifra de contagios, siguiendo el patrón que ha tenido Portugal».
Desde el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) ya apuntaron la semana pasada que BA.4 y BA.5 se convertirán en «dominantes» en toda la Unión Europea, lo que dará lugar a un aumento de casos en un breve espacio de tiempo. Además de España, países como Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Italia, Dinamarca, Irlanda, Suecia o Países Bajos están experimentando una mayor proporción de infecciones de estas dos subvariantes de Ómicron, mucho más transmisibles. La ventaja, que hace que su expansión no se traduzca en mayor presión hospitalaria, es que, en términos generales, generan cuadros de menor gravedad. Aún así, sigue ingresando en la UCI covid de Valdecilla prácticamente un paciente nuevo cada día, aunque ahora las estancias suelen ser más cortas que en olas previas, lo que aumenta la rotación de camas y hace que no se incremente el acumulado -la ocupación en UCI en estos momentos es del 2,8%-.
No obstante, pese a que el virus ha perdido virulencia y a la indudable protección que aporta la vacuna, la población más longeva sigue siendo especialmente vulnerable. Y el balance de víctimas acumulado desde la llegada de Ómicron, en el que predominan sobre todo los mayores de 80 años, es la prueba. Desde enero hasta ahora han fallecido por covid (o con covid, porque hasta la semana pasada no se hacía esa distinción) 275 personas en Cantabria, más que en la primera ola, que fue la más dura de la pandemia. Según el último informe de Sanidad, ayer constaban 32 pacientes ingresados por covid (no se incluyen los hospitalizados por otras causas que también son positivos), de ellos cinco en la UCI.
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