El último repostaje de 2022

«Estamos un poco saturados, la verdad, pero ya estamos acostumbrados. Se ha notado un incremento, un pico de trabajo como si fuera verano».

La escena este sábado era bastante similar en cualquier punto de Santander: sin grandes colas de automóviles, pero con un trajín constante de coches. Parece que la gente no ha esperado a última hora para llenar el depósito, algo que a partir de mañana costará diez o doce euros más, en cuanto desaparezca la bonificación de veinte céntimos por litro que mantenía el Gobierno. Solo se mantendrá esa ayuda para los profesionales del transporte.

«Yo estoy a tope desde las ocho menos cuarto de la mañana, tanto ayer como hoy», aseguraba Pedro Vargas mientras iba de un surtidor a otro en la gasolinera de Puertochico. «Todo el mundo está aprovechando el descuento, y me parece lógico. Pero tendríamos que salir todos a la calle a decir que ya basta de que se rían de nosotros».

Recordó que, en su caso, Repsol mantendrá una rebaja de diez céntimos en el precio del combustible para quienes utilicen su aplicación de pago, Waylet. Otras distribuidoras han optado por la misma estrategia para fidelizar a su clientela, como Cepsa, Galp o Shell.

¿Qué ocurrirá con los precios de la gasolina y el gasoil a partir del 1 de enero? Sin ser adivino, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Cantabria, Jorge de Benito, pronostica una subida, que se sumará a los veinte céntimos más por litro que habrá que pagar desde el arranque de 2023: la llegada, en algún momento, del frío invernal, incrementará la demanda de gasóleo por las calefacciones. Y, ya en un contexto mundial, la recuperación de la actividad económica en China, aletargada por la pandemia, se traducirá en un aumento del consumo. Además, De Benito adelantó que el nuevo año traerá nuevas exigencias medioambientales para los combustibles, que deberán llevar aditivos menos contaminantes pero que contribuirán a encarecer el producto.

En la gasolinera de Easygas, en la Avenida de Parayas, siempre hay movimiento, pero hoy los cinco empleados del turno casi no daban abasto. «Estamos a tope», reconocía José Manuel Bengoechea. Estamos así desde las seis y media, sin parar».

Mientras, Luis Tarrío descargaba su camión cisterna en los depósitos de la estación. «Estamos trayendo el doble de combustible de lo normal. Está la gente desesperada», bromeaba. «Para mí es bueno que se compre tanto, y me parece que hacen bien: si se pueden ahorrar algo, claro que sí, porque se acaba la bonificación».

En la gasolinera de Nueva Montaña, Sandra Campo repostaba combustible. «Lo lleno hoy para ahorrar», confirmaba. Otra conductora, María Ángeles Ruiz, admitía que en su caso estaba ahí por pura casualidad. «Tenía que venir a hacer unas compras a El Corte Inglés y he aprovechado para llenar el tanque. Si te digo la verdad, no sé ni lo que me cuesta: te marca una cosa, te cobran otra... Después dicen que algunas gasolineras van a seguir haciendo rebajas... A mí lo que me parece es que nos cobran lo que quieren».