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Si se cumple eso de que 'a la tercera va la vencida', el Gobierno de Cantabria adjudicará por fin a principios del año el último tramo la nueva carretera autonómica que servirá para conectar las autovías S-10 y S-30 a lo largo ... de los municipios de Camargo, El Astillero y Villaescusa. La Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente anunció ayer que ha vuelto a proceder a su licitación, con un presupuesto de 17,3 millones de euros y un plazo de ejecución de 30 meses. Esta parte de la obra es la que discurre entre el polígono de Morero y el intercambiador de Liaño. Los dos tramos previos ya están en servicio.
Se trata de uno de esos proyectos que parece destinado a no terminar de materializarse nunca porque en octubre del pasado año se tuvo que disolver la primera adjudicación de la obra debido a que la concesionaria, Unión Temporal de Empresas (UTE) Ascán-Dragados, decidió no seguir adelante justificando el encarecimiento de los materiales. Se puso en marcha entonces de nuevo todo el proceso administrativo para sacarlo otra vez a licitación por 14,1 millones de euros a principios de 2023, todavía con el regionalista José Luis Gochicoa al frente de Obras Públicas, pero este quedó desierto. Entonces, el bipartito no dio explicaciones sobre por qué la actuación no había suscitado el interés de las empresas y se limitó a señalar que desde ese mismo momento se ponían manos a la obra para replantear la documentación técnica y económica.
La consecuencia no ha sido solo el retraso en la puesta en servicio de esta nueva infraestructura, también un encarecimiento importante de la actuación. De esta forma, al aumento inicial en el coste del 45% hay que sumar con esta tercera licitación otro 22% más. Ahora, la consejería que dirige Roberto Media, después de reformular el proyecto, la ha vuelto a licitar en la Plataforma de Contratación del Sector Público, que habilita a las empresas interesadas para que presenten sus ofertas hasta el próximo 10 de enero de 2024.
El consejero valoró ayer el esfuerzo que ha realizado su departamento «para retomar la construcción de una actuación muy necesaria para impulsar la potente actividad industrial de esta zona, agilizar el tráfico pesado y facilitar la conexión entre los núcleos por los que discurren estas dos vías de alta capacidad». El nuevo tramo tiene una longitud de 650 metros y completa la construcción del nuevo eje de conexión entre las autovías S-10 y S-30, tras dos fases anteriores.
El proyecto prevé la ejecución de todas las intervenciones necesarias para la construcción del nuevo vial (terraplenes, drenajes, aceras, estructuras, señalización, reposición de servicios y restauración ambiental) e incluye la construcción de un viaducto sobre la ría de Solía. Este último es el punto más relevante del proyecto, ya que este paso contará con una longitud total de 427 metros -dos tercios de todo el trazado-, correspondientes al nuevo paso sobre el puerto más su extensión sobre el llano formado por los antiguos depósitos de desechos mineros.
La primera de las tres fases en ejecutarse fue el enlace de la autovía S-10 con La Cerrada-Crucero de Boo de Guarnizo inaugurado en 2013 y la segunda corresponde a la conexión entre el Crucero y el polígono de Morero, que entró en servicio en 2019. En ellos se invirtió ya un montante de casi 13 millones de euros y forma parte de un ambicioso proyecto que facilitará el tránsito entre los diferentes núcleos de la Bahía de Santander con un camino más corto y directo y mejorando los accesos a los municipios.
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