Los últimos pasos del Jubileo se dan en Potes

Tras el espectáculo de luz de la noche del viernes en San Vicente, el kilómetro cero de las etapas del Camino, toda la actividad festiva del fin de semana se concentró ya en Liébana. Tardó en notarse bullicio en una jornada con más calor y menos afluencia de lo esperado. Hasta que arrancó ese desfile por las calles del pueblo a las once de la mañana la villa no se desperezó. Vecinos y visitantes se 'despertaron' al ritmo de los gaiteros. Los primeros de una comitiva de cerca de 300 personas –había casi tantas participando en el desfile como en la acera– en la que también tuvieron hueco los peregrinos de otros colectivos de Amigos del Camino de Santiago procedentes de Puente La Reina (Navarra), Sevilla, Málaga, Jaca (Huesca), Tarrasa (Barcelona), Jávea (Alicante)... Todos con la camiseta con el lema 'Eres Camino', la misma que lucían integrantes de la Asociación Arrastrasillas, invitados junto a las cofradías gastronómicas de Cantabria. Las 14 que existen, juntas hasta la plaza de Jesús de Monasterio.

Un pasacalles muy vistoso, pero demasiado lento –una hora para hacer menos de medio kilómetro– a juicio de los coches que esperaban a que se reabriera el tráfico para cruzar el pueblo y seguir su camino. Algunos de los que no contaban con este contratiempo se quedaron sin la reserva para subir al teleférico de Fuente Dé. Mientras se celebraba la anteúltima Misa del Peregrino, a mediodía la actividad se trasladó frente al Ferial. A la inauguración del final del Año Jubilar 2023-2024 con una demostración de danzas y la intervención de las autoridades. A medida que pasaban las horas se notaba algo más de ajetreo en las calles y bastante más calor en los termómetros. Se sobrepasaron los 29 grados, demasiado para las cinco personas que tuvieron que ser atendidas por los sanitarios debido a golpes de calor. Más gente, pero sin agobios. «Esperábamos algo más de trabajo y algo menos de calor», decía el camarero de uno de los negocios que hay al lado del puente. Para que lo entiendan los habituales de Potes, la prueba de fuego era que por la calle Cántabra se podía pasar con facilidad. Sin chocarte con nadie. Espacio de sobra en los bares y no demasiadas dificultades para cruzar el Desfiladero pese a los cortes de tráfico por las obras de su reforma integral.

«Hay sobaos, anchoas, aguardiente... Todo gratis», decía un turista sorprendido por el despliegue. Turista de los que duermen en hotel o casa rural. Por las pintas no era peregrino, y tampoco la mayoría de los foráneos que se vieron este sábado por Potes. Los que iban con mochila y botas eran los menos. «Hemos traído casi 2.000 filetes de anchoa, los hemos combinado con sobao y hojaldre de Torrelavega y en poco más de una hora se han acabado. Todo lo que sea gratis vuela», explica Pedro Benavent, canciller-secretario de esta cofradía, a eso de la una del mediodía. Había muchos productos y algo menos de afluencia de la pensada, así que cualquiera que no se despistara escuchando a los grupos de tonadas que aparecían sin avisar por las esquinas pudo ir para casa comido. Y todavía faltaban las patatas con nécora que estaba preparando la Cofradía de Noja. Los cofrades tuvieron una comida de hermandad y los que prefirieron mesa y mantel no tuvieron demasiados problemas para encontrar restaurante.

Para los que la fe no les toca el espíritu ni se conforman con llenar el estómago, por la tarde siguieron los actos, pensados para inquietudes de otro tipo. Además del concierto de música sacra y gregoriana en Santo Toribio y la segunda parte de las actuaciones de folclore en el casco urbano, el sábado se ha cerrado con un itinerario de instalaciones de luz y sonido en distintos edificios representativos y con la proyección de un 'videomapping' sobre la Torre del Infantado. Así acaba el programa oficial de la jornada, seguirá en los bares y continuará este domingo con la solemnidad del cierre de la Puerta del Perdón.