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ÁLVARO MACHÍN
SANTANDER.
Domingo, 15 de septiembre 2019, 07:47
El Guadiana es famoso por su capacidad para aparecer y desaparecer. Y así, como al río, ya le llaman algunos al proyecto de «Aproximación a la Cabecera 29 del aeropuerto Seve Ballesteros-Santander». Es, en la práctica, la obra que supondría la iluminación de la ... ría para facilitar a los pilotos la maniobra de aproximación antes de tomar tierra. Y es, en la realidad, una idea que lleva dando tumbos desde 2014. Apareciendo y desapareciendo del listado de licitaciones previstas por Aena. Para la última intentona -hasta ahora- se ha presentado una única oferta. Según figura en el apartado 'Área de proveedores' del operador aeroportuario, la empresa Ferrovial Agroman aspira a hacer realidad una tarea que cuenta con un importe bruto de licitación de 1.623.498,94 euros. Sólo ellos. Sin competencia, lo normal sería que se le adjudicase el proyecto. Pero, en este caso, la adjudicación ya se echó atrás en el pasado porque una oferta que se presentó en su día incluía «una variable que no era compatible con el proyecto técnico».
Desde Aena confirman a este periódico que el plazo para presentar ofertas ya concluyó -o sea, que la de Ferrovial Agroman es la única presentada- y que, «según la planificación actual, está previsto adjudicar la obra en el último trimestre de este año». Otra fecha en el horizonte. En este caso, con pinta de ser la última, aunque hay que tener en cuenta las dificultades con las que se ha enfrentado este proyecto. Un poco de todo. Hubo que modificar sus condiciones técnicas iniciales (se adentraba demasiados metros en el mar), contar con permisos (es necesaria la autorización de la entidad pública empresarial Enaire y el visto bueno de la Autoridad Portuaria, ya que supone tocar la ría), echar atrás la única oferta presentada en una de las licitaciones porque no cumplía con los requitios o volver a empezar de cero porque la anterior convocatoria quedó desierta. Precisamente por eso -porque nadie se prestó a ejecutar la obra-, en esta última ocasión el presupuesto se ha elevado hasta 1,6 millones de euros (600.000 más que la última vez).
¿Y qué quieren hacer exactamente? La aclaración se ha escrito en este periódico tantas veces como la idea ha ido apareciendo y desapareciendo del tablón. La cabecera 29 es por la que entra la mayoría de los vuelos. Hace años se instaló un nuevo ILS (Sistema de Aterrizaje Instrumental). Este nuevo modelo mejora las condiciones de seguridad al aproximarse a la pista. Pero los pilotos siempre han dicho que, sin ampliar la iluminación previa a esa pista, es difícil poder acercarse más cuando no hay condiciones de visibilidad. Y lo que hay justo antes en Santander es la ría. Sin luces allí, los nuevos aparatos no pueden evitar que haya que cancelar vuelos cuando aparece la niebla. Esta obra supondría, entonces, mejorar esas condiciones. Más seguridad y puede, incluso, que menos cancelaciones de vuelos llegado el caso.
Más allá de esta obra -que es una vieja aspiración en la infraestructura cántabra-, Aena ha sacado a licitación un contrato de algo más de medio millón de euros para la remodelación de la central eléctrica del Seve. También hay otros de menor cuantía para el suministro de neumáticos para los vehículos autoextintores (24.200 euros), la adecuación de aseos (98.850) o el servicio de control de plagas y legionelosis (16.940).
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