Secciones
Servicios
Destacamos
La Universidad de Cantabria (UC) ha decidido suspender sus Cursos de Verano por primera vez en sus cuatro décadas de historia ante la imposibilidad de celebrarlos presencialmente por la pandemia del coronavirus, lo que, según analiza el rector Ángel Pazos, «desnaturaliza» su esencia ... de llevar las aulas y actividades culturales de la institución a toda la geografía cántabra. «Es una decisión dolorosa pero entiendo que correcta teniendo en cuenta la situación tan especial que estamos viviendo», razona.
Inaugurados en Laredo en 1984, los Cursos de Verano se venían celebrando desde entonces de forma ininterrumpida durante el periodo estival en distintas localidades de Cantabria, crecientes en número con el paso de los años. La pasada edición el más de un centenar de actividades académicas y culturales programadas se repartieron por 19 sedes: Laredo, Torrelavega, Suances, Santander, Colindres, Ramales de la Victoria, Camargo, Noja, Los Corrales de Buelna, Castro Urdiales, Comillas, Potes, Bareyo, Piélagos, Santa Cruz de Bezana, Hermandad de Campoo de Suso, Casona de Tudanca, Santa Leocadia-Valle de Toranzo y la localidad palentina de Aguilar de Campoo.
Según detalla el rector, la razón fundamental para tomar la decisión de suspender los Cursos de Verano, «como todo el mundo puede entender», es que el objetivo prioritario de esta programación «siempre ha sido trasladar las aulas de la Universidad, concentradas principalmente a lo largo del resto del año en Santander y Torrelavega, a toda Cantabria, aprovechar la época estival para realizar cursos, conferencias y actividades culturales para llegar a distintas localidades de la región, extender nuestra presencia a la mayor parte de la geografía».
ángel pazos, rector de la UC
Y al resultar «imposible», por razones sanitarias y de seguridad, reunir a un número importante de personas en cursos, conferencias y otro tipo de eventos (la media de asistencia de los últimos años fue de alrededor de 7.000 personas), se ha descartado la celebración de la que iba a ser la trigésimo sexta edición. Durante un tiempo la UC barajó la opción de realizar al menos una cuarta parte de los cursos de forma on line, pero finalmente descartó esta opción porque «eliminaba la principal virtud de los Cursos de Verano: la presencia física en la comunidad, el acercar la Universidad a pueblos de Cantabria. Pierden todo su sentido si no se pueden llevar a cabo de forma presencial», insiste Pazos.
A esta causa principal, el rector añade otra paralela: «por responsabilidad social, en las actuales circunstancias, no es el momento de tener una oferta de cursos», asegura. Y agradece el apoyo de los ayuntamientos, asociaciones y empresas colaboradoras que, a pesar de las complejas circunstancias ecónómicas a las que está conduciendo la pandemia, «estaban dispuestas a seguir financiando los cursos en caso de que la UC hubiera decidido seguir adelante con su convocatoria».
tomás mantecón, vicerrector de Cultura y Participación Social
En esta misma línea se expresa el vicerrector de Cultura y Participación Social, Tomás Mantecón, de cuyo departamento depende la organización de los Cursos de Verano que dirige la profesora Marina Torres. «Hay que agradecer el apoyo de todas las instituciones que nos ayudan cada año y mucho más cuando lo han hecho aún en estas circunstancias tan excepcionales. Hemos barajado alternativas, incluso para una impartición no presencial de los cursos que teníamos previstos y aprobados, pero finalmente hemos decidido cancelar esta edición para evitar desvirtuar la personalidad y crédito que han ido logrando nuestros cursos presenciales año tras año y porque nuestra intención implica una implantación atomizada en el territorio físico de la geografía regional, que de otro modo quedaría diluido», reflexiona.
Por otra parte, el rector apuntó una última razón que justifica la decisión de cancelar los Cursos de Verano y que es la necesidad de concentrar en estos momentos «todos los esfuerzos» del personal, así como los organizativos y presupuestarios, en la docencia reglada oficial, para asegurar un correcto final de curso en las atípicas condiciones actuales, en las que las evaluaciones finales se realizarán de forma no presencial. «Es un reto mayúsculo para el profesorado, que tiene que modificar todos los esquemas previstos y la forma habitual de evaluar; para los alumnos, que también se tienen que adecuar a estas circunstancias; y para toda la parte técnica, que debe garantizar que todo vaya bien«, señala Pazos.
Unas evaluaciones finales que se han retrasado como consecuencia de la pandemia, lo que provocaba que se solaparan en fechas con parte de la programación de los Cursos de Verano, multiplicando las dificultades organizativas. También se han retrasado a julio las pruebas de acceso a la Universidad (EBAU), cuya organización y realización implican a buena parte del personal de la UC, además de la puesta a disposición de las infraestructuras de varias facultades.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.