La Universidad, un vivero de empresas

La Universidad de Cantabria (UC) cuenta con un Vicerrectorado específico para este asunto: Transferencia de Conocimiento y Emprendimiento. Su dirección la ostenta Daniel Pérez, quien esta mañana de febrero, inusualmente calurosa para tratarse de un día de invierno, repasa varios indicadores que subrayan el buen hacer de la UC en este ámbito. Apunta un par de ejemplos: los 288 contratos por valor de 8,5 millones firmados por la institución en 2022; o las más de 70 empresas nacidas al calor de los Premios Ucem al Emprendimiento Universitario que siguen activas. «En transferencia somos potentes, estamos entre las mejores universidades de España, hay mucha implicación. Es bonito ser vicerrector de Transferencia en una universidad que la practica», celebra Pérez.

Si una de las vías que usa la UC para transferir el conocimiento del campus a la sociedad es la creación de empresas originadas en la propia Universidad, entonces los Premios Ucem son pilar fundamental de esta estrategia. Dirigidos a estudiantes y egresados de la UC, incluyen dotación económica -en su XXI edición, de hasta 10.000 euros en la categoría de mejor proyecto avanzado- y asesoramiento.

Un segundo pilar, continúa Daniel Pérez, es el reglamento de creación de empresas de base tecnológica, que data de 2017. Está destinado al personal de la UC (tanto profesores como personal técnico de gestión, administración y servicios) y su meta es, de nuevo, «favorecer la creación de empresas» entre estos colectivos. El vicerrector confía en que prosperen las tres nueva propuestas que tiene sobre la mesa, todas ligadas a las energías renovables, la medicina y la ingeniería.

La tercera pata que fomenta el emprendimiento es un lugar: el Centro de Desarrollo Tecnológico de la UC (Cdtuc), un «vivero de empresas», un «entorno propicio» que da cobertura a proyectos de diferente naturaleza que, a su vez, establecen vínculos distintos con la Universidad. En el Cdtuc, con varias ubicaciones en el corazón del campus de Las Llamas, hay en la actualidad más de una veintena de empresas, entre ellas, casos paradigmáticos como el de Ingecid, dedicada a la ingeniería de la construcción; Radarmetrics, con proyectos ligados a la Agencia Espacial Europea; 3Dintelligence, centrada en la realidad virtual y aumentada, o Sener, que ha abierto en Santander una oficina integrada en su área de Aeroespacial y Defensa.

El profesorado de la UC ha estado presente en el origen de parte de las empresas ligadas a la institución. Acorde Technologies y Edrónica, con amplio bagaje a sus espaldas, son ejemplo de ello.

En uno de los despachos de su sede en Peñacastillo (Santander), Manuel Lobeira, CEO de Acorde Technologies, evoca el carácter «dinámico y activo» del profesor José Luis García, quien fuera uno de los socios fundadores de la entidad, en 1999. Si García ya miró con determinación al mercado europeo, el 75% de los clientes que la empresa tiene en la actualidad, cuando está a punto de celebrar su 25º aniversario, son internacionales.

Su negocio se sustenta en la radiofrecuencia (con la que aportan «soluciones de muy altas prestaciones» a clientes de la talla del Ministerio de Defensa -para submarinos, satélites o aviones de combate- ); y las energías renovables, con la solar flotante como uno de sus últimos desarrollos.

Tomás Fernández, actual director de la ETSI Industrial y de Telecomunicación de la UC, fue otro de los socios fundadores de Acorde. Recorre la empresa con orgullo y cariño evidentes. Ya no forma parte del accionariado -tampoco lo hacer ningún otro profesor de la UC-, pero la empresa sí que mantiene un vínculo con la institución académica gracias los patrocinios, a la cátedra de Microelectrónica o a la colaboración con el IH Cantabria para asuntos relacionados con la energía renovable. Es una forma, dice Lobeira, de estar en sintonía con el desarrollo regional.

La que también contribuye a empujar la innovación hecha en Cantabria es Edrónica, empresa nacida en 2016 al calor del Grupo de Ingeniería Fotónica de la UC y de la que forman parte cinco profesores e investigadores de la UC: Adolfo Cobo, Luis Rodríguez Cobo, José Valdiande, Ignacio Robles y Pedro Anuarbe. Ellos unieron su afición por los drones con la investigación sobre sensores, y de ese 'maridaje' surgió una propuesta empresarial y científica única a muchos niveles: el desarrollo de tecnologías punteras dirigidas al mundo submarino, capaces de descender a miles de metros de profundidad. Su principal cliente es el Instituto Español de Oceanografía.

Sus fundadores siguen describiendo Edrónica como «una aventura». Sin aparcar sus funciones en la Universidad, han conseguido que brille en un nicho de negocio muy específico, y eso que poner la empresa en marcha, a pesar de contar con el apoyo de los Premios Ucem, «no fue nada fácil», evoca Rodríguez Cobo. Sin embargo, aun echando en falta «más cultura empresarial», los cinco socios -en plantilla hay otros tres ingenieros- mantienen «ese amor por la investigación y por dar salida a otros investigadores formados aquí» que les llevó a montar una empresa que tiene miras internacionales.

Otras muchas empresas han surgido de la mano del profesorado de la UC, como mano de Apria Systems, con Ane Urtiaga, Raquel Ibáñez e Inmaculada Uribe (Departamento de Ingenierías Química y Biomolecular), o TST Sistemas, en cuyo nacimiento se implicaron Luis Muñoz, Johnny Choque, Verónica Gutiérrez, Jorge Lanza, Ramón Agüero, Luis Sánchez y José Alonso. La lista es larga y, como dice Daniel Pérez, «la implicación de la comunidad universitaria es grande».