Las Urgencias de los hospitales cántabros registran el primer gran pico de asistencias del verano

Las medicaciones que se prescriben en papel sirven de contador de los pacientes procedentes de otras comunidades autónomas, al no tener acceso a la receta electrónica de otros servicios de salud (sí pueden hacerlo las farmacias para la dispensación).

Además, otro millar de personas acudió esa misma jornada a alguno de los 31 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). En concreto, el balance en el ámbito extrahospitalario se cerró en 1.037 citas médicas (458 en el área de Santander).

Como apuntan a este periódico profesionales que han trabajado de guardia en los últimos días en el hospital santanderino, lo curioso de la afluencia es que «llega por tandas», pasando de franjas horarias de «relativa calma» a momentos en los que resulta imposible esquivar el embudo. A modo de ejemplo, sólo de 09.30 a 11.30 horas del pasado lunes desfilaron por los boxes más de 150 personas, «la mayoría por patología banal, que es la que más crece en esta época del año (picaduras, torceduras, traumatismos, alergias...), aunque son habituales también las personas mayores con patologías de base descompensadas», explican.

Si la tasa de ingresos media de Valdecilla se sitúa entre el 12,5% y el 13% de los pacientes que acuden al hospital, en estas fechas el porcentaje baja al 10%. Es decir, aumenta la presión en las salas de espera, sobre todo cuando se produce esa llegada simultánea –«Como si acabara de parar un autobús en la puerta», describen desde el servicio–, pero también son más los episodios que se resuelven sobre la marcha sin necesidad de tener que esperar a que se libere una cama en planta, que es donde se hace el tapón cuando aprieta la demanda.

Eso sí, las demoras más o menos prolongadas van en función del nivel de urgencia. Según los datos publicados por el SCS, de los 779 adultos que acudieron el jueves (día 13) a las urgencias hospitalarias, sólo un 25% fue clasificado desde la consulta de triaje como prioridad 1 (un caso), 2 (once) o 3 (165). Salvo que hayan acudido en una franja despejada, los catalogados como 4 o 5 saben que tienen por delante una espera de varias horas.

En este sentido, otro factor que ralentiza el proceso de ingreso en las situaciones de saturación es el cierre de camas habitual en estas fechas, en las que desciende la actividad quirúrgica para adaptar el hospital al modo verano, que implica también reducción de personal para el disfrute de sus vacaciones. De hecho, el pasado mes de junio la Gerencia tuvo que dar marcha atrás incluso a ese recorte para dar respuesta a la demanda asistencial, que no aflojó en la misma proporción.

El análisis por hospitales, que también se recoge en las gráficas del SCS, evidencia el pico de actividad que soporta el de Laredo desde el arranque del mes de julio. Allí, el pico máximo lo afrontaron el día 4 (martes), con un total de 132 asistencias, aunque las oscilaciones habituales en esta época van desde los 75 a 100. Cabe recordar que el verano es la época más intensa en la zona oriental, que multiplica su población de forma exponencial por el tirón turístico y el gran número de segundas residencias. Es por eso que desde la plantilla, a sabiendas de la carga estival, habían reclamado a la Consejería personal de refuerzo. En el caso de Sierrallana, la afluencia diaria ronda los 200 pacientes, y en torno al medio centenar se atiende en el servicio de urgencias del Hospital Tres Mares (Reinosa).