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Ha sido la primera en llegar. Iba a ser la protagonista de la jornada y ha recibido a los invitados desde su recién estrenado habitáculo. Y desde allí parecía tranquila. Desde luego bastante más que quienes iban y venían de un lado a otro. Parecía ajena al gentío que se acumulaba alrededor de su espacio, delimitado por una valla de madera. Como si el ajetreo del patio del Parlamento de Cantabria –que por cierto se ha llenado– no fuera con ella. Pero vaya si iba. Y es que nadie ha querido perderse la visita de Llinde Ariel Jordan, la vaca frisona que ha convertido este viernes en un «hecho histórico». El animal ha acudido a la Cámara cántabra para acompañar a su cuidador, Agapito Fernández, cuya ganadería SAT Ceceño de El Tejo, en Valdáliga, ha recibido la Medalla de Plata del Gobierno de Cantabria. El «máximo reconocimiento» que otorga el Ejecutivo regional al profesional por su labor durante tantos años y por su contribución a situar al sector cántabro a la cabeza de Europa.
Para el ganadero haber recibido este premio es un «orgullo». Aunque ha reconocido que todavía no ha tenido tiempo de asimilarlo. Así, tranquilo, ha subido al estrado para dar las gracias, hablar del duro trabajo que se esconde detrás del premio y para recordar el papel clave que juegan los profesionales del sector primario. Un momento que ha aprovechado para lanzar un mensaje claro: «Lo único que queremos es que se nos pague un precio justo por el producto que hacemos», ha indicado en nombre de todo el sector. Y no hablaba únicamente de la leche, extendió el discurso a la carne y al resto de alimentos que se producen en la región.
Ocurre que el bajo precio de la leche y los elevados costes de producción son un problema contra el que los profesionales del sector primario llevan tiempo enfrentándose. Es más, el año pasado centenares de ganaderos protestaron en las calles para pedir más apoyo del Gobierno central y de Europa. «Llevamos tiempo sufriendo los bajos precios», ha añadido. Una preocupación que ha aumentado recientemente con el «rumor», ha explicado, de que habrá otra bajada. «Hemos demostrado ser eficientes y competitivos» y, sobre todo, estar a la altura de las circunstancias. Precisamente ese papel «fundamental» ha sido también uno de los puntos que ha querido destacar Guillermo Blanco, consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Durante su intervención, Blanco ha recordado la «responsabilidad» que asumieron en la crisis sanitaria con el suministro de alimentos a la población.
El titular del área ha insistido también en que el Gobierno de Cantabria seguirá luchando para que «se pague lo que cuesta el precio de producción». Y ha ido más allá: «Rechazaré los mensajes sectarios sobre los discursos que se muestran en contra del consumo de carne y leche que amenazan la supervivencia del sector», ha expresado con contundencia. Porque el acto de este viernes también ha sido un agradecimiento para los profesionales que, al igual que Agapito Fernández, trabajan a diario en busca de la excelencia. «Es hora de que reconozcamos la importancia que los ganaderos han tenido a lo largo de la historia», ha subrayado Blanco.
Y que mejor manera de reconocer a todo un sector que invitar a Ariel que, además de haber sido campeona de España, el año pasado fue nombrada campeona de Europa Supreme. La presencia del animal en el Parlamento la ha defendido el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla quien, ha expresado: «Es un orgullo que esté, tiene más derecho a venir que muchos de los que estamos». También ha querido echar la vista atrás para recordar que Cantabria, durante mucho tiempo, «fue vaca». Con estas palabras el presidente se ha referido a la importancia histórica que ha tenido tanto el animal como el sector que trabaja con él.
Miguel Ángel Revilla
Presidente de Cantabria
Guillermo Blanco
Consejero de Ganadería
Durante el acto también intervino, como sorpresa, Rosana Jiménez, la mujer de Agapito que dio las gracias al Gobierno de Cantabria por el reconocimiento y aprovechó para dedicar unas palabras a su marido: «Enhorabuena», comenzó antes de referirse a los éxitos que ostenta el ganadero que son el resultado de «un trabajo bien hecho» que este viernes se ha materializado con la entrega de la Medalla de Plata. Un premio que reconoce el trabajo diario «encarando las vicisitudes a las que nos enfrenta esta actividad». Pero no importa «el sacrificio» porque para la pareja la «recompensa vale la pena». También ha hablado de la vaca frisona a la que, dijo, le «encanta brillar». Y ha cerrado su discurso girando la cabeza para dirigirse directamente a su marido: «Gracias por ser mi equipo, te admiro por ser un gran profesional». Unas últimas palabras que Agapito recibió emocionado.
Por su parte, Joaquín Gómez, presidente del Parlamento ha resumid el motivo del acto como un «homenaje al mundo rural como un sector fundamental para la economía» regional y animó tanto a Agapito como al resto de profesionales que también acudieron a la cita a seguir «consiguiendo la excelencia» con su trabajo diario.
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