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Cuando hace casi un año se desató la pandemia sanitaria en España, en el sector pesquero de la región se encendieron las alarmas ante la posibilidad de que el covid pudiera colarse entre la flota, provocando que los barcos tuviesen que dejar de faenar, ... lo que hubiese supuesto una ruina económica para este colectivo. La imposibilidad de respetar las recomendaciones de seguridad dentro de un barco -por sus reducidas dimensiones y la forma de trabajo- hacía pensar que el virus podía poner contra las cuerdas a más de un pesquero. Pero al final, esos presagios no se cumplieron a la vista de que apenas una docena de barcos de las principales cofradías de pescadores Cantabria tuvieron que hacer cuarentena.
Ahora, a las puertas del inicio de la costeras de la anchoa y del verdel, y en medio de una tercera ola marcada por la cepa británica, vuelve a surgir la preocupación. «El año pasado hemos librado, pero ahora, con la nueva cepa británica que es más contagiosa, tenemos miedo. Por eso hemos pedido al Gobierno de Cantabria que, una vez se vacune a los grupos de riesgo y a los sanitarios, nos la pongan a nosotros. Tenemos que salir a la mar vacunados», afirma César Nates, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Laredo.
El Ejecutivo regional ya ha trasladado al Gobierno central la reivindicación del sector pesquero y está a la espera de una respuesta por parte de Sanidad.
Emilio Corona- Cofradía de Santander
Mientras tanto, en algunas cofradías como la de Colindres, la flota está en tierra a la espera de que llegue el 1 de marzo, fecha en la que comenzará la costera de la anchoa (la del verdel se prevé para mediados de marzo). «El año pasado tuvimos unos cuatro barcos en cuarentena. Estamos a la espera de que Sanidad tome medidas porque salir a faenar con las actuales condiciones es complicado», apunta José Luis Bustillo, presidente de la Cofradía colindresa, integrada por 15 pesqueros.
Emilio Bustamante - Cofradía de San Vicente
En la Cofradía de Pescadores de Santander calculan que una media docena de barcos se vieron afectados por el covid en 2020. El mes pasado fue el barco del patrón mayor de este cabildo, Emilio Corona, el que tuvo que mandar a su tripulación a casa ante los positivos registrados de los dos patrones, que son sus hijos. «Hemos pedido a todos los marineros que en caso de que alguno presente síntomas que informe inmediatamente para que no se propague el virus, porque algunos no lo dicen».
En la Cofradía de Santoña algún marinero tuvo que quedarse en casa en 2020 tras haber estado con «un contacto estrecho», pero ninguno de los 29 barcos que componen la flota sufrió un brote que le obligase a parar. «Las vacunas son una esperanza para nosotros, porque si se produjese un contagio en mitad de una costera sería un drama, un golpe tremendo. No es fácil parar diez días», afirma Luis Herrera, secretario del cabildo.
Luis Herrera- Cofradía de Santoña
Más «tranquilos» se muestran en la Cofradía de San Vicente de la Barquera, donde no han registrado casos de covid entre los 18 pesqueros que integran su flota. Solo han tenido un positivo en el cabildo. «Si nos vacunan mucho mejor porque en el momento que entre en un barco es complicado. Toca esperar», comenta el presidente, Emilio Bustamante.
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