-U30973675871c0H-U70237531642C3B-984x1100@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
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Llegarán a Valdecilla con una misión coloreada de imaginación y sensibilidad. Han sido diseñados para acompañar el paso de los niños por el hospital y hacerles partícipes de una aventura que comenzará en un túnel del tiempo. La entrada de Urgencias pediátricas será una explosión de color con la primera de las escenas protagonizadas por los dos personajes que guiarán a los más pequeños en esa estancia forzada por la enfermedad, la discapacidad o las lesiones accidentales. Esos compañeros de viaje serán Valde y Cilla, las nuevas mascotas del hospital, nacidas en el marco del proyecto de humanización desarrollado por la Asociación Buscando Sonrisas, con el respaldo de la Consejería de Sanidad y la implicación de la Gerencia y del equipo de Pediatría. «El desembarco de Valde y Cilla empezará en enero, con la colocación de los primeros vinilos. Y llegan para quedarse», avanza el presidente de la entidad sin ánimo de lucro, Nacho Quijano.
Los personajes del ilustrador cántabro Rubén Martín, alias 'Mudito', creados expresamente para esta misión, son la cara animada de «un ambicioso plan en el que llevamos trabajando hace más de un año y que tiene un largo recorrido», apunta. En esa planificación, que «va más allá de decorar las paredes con dibujos, se busca una humanización global, integrada. La idea es crear una historia en la que el niño participe desde que entra hasta que sale del hospital, que todo tenga un porqué, de tal forma que facilite su estancia y que les facilite también el trabajo a los profesionales, porque si no es así la humanización se quedaría coja». Este planteamiento se traduce en detalles como, por ejemplo, que «el niño sepa si le van a pinchar o si le tienen que poner una escayola». En esa labor de información participará esta peculiar pareja de sanitarios –Cilla se desplaza sobre un platillo volante, no tiene piernas–, que protagonizará los cómics que se distribuirán entre los pacientes. «Se trata de que los niños estén preparados y no se asusten por ir al médico».
Para ayudar en la tarea, se van a incluir en los folletos actividades «con el fin de que durante la espera se juegue más y se piense menos en el motivo de la visita al hospital». Quijano señala que se encargaron «personajes ambiguos y atemporales, porque vamos a crear varias escenas que, según las zonas, se desarrollan en emplazamientos cántabros de épocas diferentes». Así, ese periplo temporal transcurrirá desde las cuevas de Altamira hasta la Cantabria de 2025.
Dentro de la primera fase de este plan se enmarca la reforma de los boxes de la Unidad de Corta Estancia de Urgencias, estrenados recientemente, que han ganado en independencia y amplitud al sustituirse las cortinas de separación por una estructura modular. Una obra desarrollada con la colaboración de Smart Hospital (Ferrovial/SIEC) –recuerda Quijano– e inaugurada por la consejera de Sanidad, Luisa Real, quien destacó los beneficios de cara a la recuperación de los niños de ser atendidos «en un entorno adecuado a su edad».
Para el diseño del proyecto, «se ha escuchado a las asociaciones de pacientes y a las familias, y hemos ido a conocer lo que se está haciendo en otros hospitales», explica, con «la idea de hacer algo novedoso y muy envolvente». Así fue como surgió la idea de incorporar el coche eléctrico para que los niños puedan ir conduciendo y sin tensión durante los dos kilómetros de pasillos que separan el área de pediatría de los quirófanos. «Copiamos la idea de un hospital de Los Ángeles, cuando ningún centro de España lo había hecho aún», señala Encarna Fernández, el «alma» de la labor de voluntariado impulsada por la asociación y la encargada de canalizar todas las iniciativas llamadas a incorporarse al reto. «Tenemos una relación muy estrecha con la Gerencia y las supervisoras de Enfermería. Estamos aprendiendo juntos a humanizar. La respuesta de los profesionales sanitarios es alucinante», añade.
Valde y Cilla 'aterrizarán' en el servicio de Urgencias, que recibe a diario a una media de 120 niños (alrededor de 40.000 al año), pero su recorrido tendrá continuidad en el resto de estancias pediátricas. Y contarán con una legión de más de 200 personas, en su mayoría jóvenes de entre 17 y 27 años, que comparten su principal cometido: buscar sonrisas. «El objetivo es hacer que la estancia hospitalaria de los niños sea lo más amable posible», apunta Fernández.
Ese fue el espíritu que hizo posible la creación del parque infantil de Valdecilla, el germen del proyecto en ciernes. «A raíz de abrirse el parque, recibimos la propuesta de crear un grupo de voluntariado para sacar partido a la instalación. Empezamos con tres voluntarios. Después nos plantearon que había la necesidad también de organizar actividades de entretenimiento para los niños ingresados que no podían salir a la calle, y para eso utilizamos la sala de juegos de la planta de hospitalización de Pediatría. También hay menores con los que compartimos un rato en su habitación porque no pueden salir», señala. Y ahí el grupo de Whastapp funciona como un resorte. Que al niño le gusta el fútbol... se traslada la petición y sobra tiempo para encontrar candidatos para realizar una entretenida visita.
Nacho Quijano | Presidente de Buscando Sonrisas
En algunos casos, la implicación de la asociación excede el tiempo de ingreso, bien ayudando a una familia numerosa en apuros con el cuidado de un hijo con discapacidad grave o recaudando el dinero necesario para hacer realidad el último sueño de una niña en fase terminal. Ejemplos reales de la cara menos conocida de Buscando Sonrisas, que ofrece apoyo psicológico a las familias para ayudarles en el duelo por la pérdida de un hijo. «En ocasiones son los propios médicos los que solicitan que demos apoyo a casos especiales. Y siempre recibimos más de lo que damos», confiesa Fernández, que recuerda el aluvión de mensajes de agradecimiento que recibió en Nochebuena por parte de los padres de los jóvenes que contribuyeron a llevar el espíritu de la Navidad entre los mayores ingresados en el hospital. «Esa reacción fue una sorpresa increíble, nos agradecían haberles dado la oportunidad de vivir esa experiencia a sus hijos, de participar de esa lección de vida. Y es que Buscando Sonrisas humaniza de verdad, aunque a veces no trasciende», añade.
El voluntariado de la asociación creció de forma exponencial a raíz del Congreso de Valores, que celebrará su segunda edición el próximo 14 de febrero, lo que permitió aumentar las iniciativas dirigidas a los niños hospitalizados, pero también extender la acción social a otras entidades, como la Cocina Económica, la residencia San Cándido o el centro hospitalario Padre Menni. «Contamos con jóvenes que vienen de toda la región (Reinosa, Cabezón,Torrelavega...). Tenemos un engranaje muy fuerte», sostiene la coordinadora. Y esto es lo que les ha llevado a organizar la fiesta anual del Día del Niño Hospitalizado, que «antes no se conmemoraba», y a estar presentes «todos los días en el hospital parcial de Psiquiatría infantil de Valdecilla, donde acuden los niños de 10.00 a 14.30 horas. Organizamos talleres (golf, ajedrez, juegos en inglés...) desde hace casi un año, a petición del propio servicio».
Encarna Fernández | Coordinadora de voluntariado
En la labor de humanización de la planta de Pediatría cuentan con refuerzos, tanto de voluntarios de Cruz Roja como del grupo Smile, formado por estudiantes de Medicina y Enfermería, dispuestos a paliar los efectos negativos de un ingreso y a repartir la medicina de la risa. De cara al futuro, Buscando Sonrisas enfocará esta labor hacia el área materno-infantil, «con un proyecto para musicalizar la zona de lactancia de Neonatología», una «bonita iniciativa» exportada de Estados Unidos, para la que ya tienen vocalista, violín y piano. «Se ha demostrado que mejora el ritmo cardiaco y favorece el desarrollo, así que tenemos que sacarlo adelante», dice Fernández.
La asociación, además, intentará «ir más allá de lo que firmamos en el convenio con la Consejería, de humanizar las áreas pediátricas, porque queremos también llegar a los ancianos. Por eso, nuestras acciones están tendentes cada vez más al voluntariado para la gente mayor».
El Hospital de Laredo también ha acometido una reciente reforma del área de pediatría para hacer más confortable y agradable la asistencia, tanto para los niños y sus familias como para los profesionales. Su proyecto de humanización ha salido adelante gracias a la colaboración de la Asociación 'Nunca jugarás solo', la Obra Social La Caixa y el Ayuntamiento de Laredo. La actuación incluye el acondicionamiento de una sala de lactantes, con un espacio compartido para la madre y el bebé, y por primera vez se incorpora un baño con ducha para los padres que acompañen a su bebé ingresado.Otras de las iniciativas recién incorporadas han sido la creación y dotación de una sala de juegos, la decoración de los pasillos con motivos infantiles, así como de la sala de curas y nido.
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Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
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