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Ir un paso por delante del virus. Fue la estrategia que evitó el colapso en los hospitales cántabros durante las semanas más críticas de la pandemia, aprovechando que la oleada de contagios llegó a la región más tarde que a otras comunidades (ayudó también ... que la incidencia de la sacudida covid-19 fue menor de lo esperada). Y esa vuelve a ser ahora la prioridad del Servicio Cántabro de Salud (SCS): prepararse para escenarios de futuro en previsión de un aumento de ingresos, sobre todo al observar día a día la progresiva escalada de nuevos contagios. Ayer, los datos apuntaron otros 81 positivos (53 diagnosticados en la jornada del martes y otros 28, a lo largo de la mañana del miércoles), y aunque aún la presión no ha llegado a los hospitales, donde la cifra de ingresos se mantiene en 23 (dos de ellos en la UCI), la dura experiencia vivida en marzo y abril lleva a las Gerencias de los centros a adelantar sus previsiones, puesto que también los rebrotes han estallado antes de lo que se auguraba.
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Es por eso que Valdecilla ha ampliado esta semana ya la reserva de camas disponibles para pacientes de coronavirus. Al menos hasta que afloje la afluencia turística, confiando en que al reducirse el movimiento estival también amaine el ritmo de transmisión del virus, y se haya reincorporado el grueso del personal sanitario de vacaciones, «vamos a potenciar la cirugía mayor ambulatoria (no precisa ingreso) para ganar más espacio en las plantas de hospitalización», explica el gerente de Valdecilla, Rafael Tejido. «Ahora mismo estamos bien, con índices por debajo del 70%, y aunque creemos que no serán necesarias más camas de las previstas inicialmente, queremos ser previsores». Así, a las 36 reservadas ya en la planta séptima de las Tres Torres (hay ocupadas veinte), se han añadido otras 28, al tiempo que se ha aumentado la UCI covid, con seis puestos adicionales (que «pueden crecer a doce en caso necesario», añade) en el pabellón 15, que aunque fue habilitado en la fase final de la primera oleada del virus, no llegó a utilizarse. De esta forma, sólo Valdecilla supera las 80 camas para atender la demanda del virus en las próximas semanas, y sin paralizar el resto de la actividad asistencial, que es el gran reto de los planes de contingencia. Cabe recordar que en plena crisis, en marzo, hubo que suspender toda la actividad quirúrgica no urgente durante semanas para poder dar respuesta al aluvión de ingresos por covid, disparando del todo las ya abultadas listas de espera.
Y eso es, precisamente, lo que se trata de evitar ahora. Es más, aclara Tejido, «estamos operando más que nunca en verano, con una media de 50 pacientes por día aproximadamente. Con 23 quirófanos abiertos, estamos realizando el mayor número de sesiones en la historia de Valdecilla en esta época del año», en la que en circunstancias normales se reducen las intervenciones, coincidiendo con los meses de descanso del personal y también con el descenso de las patologías ligadas a las infecciones respiratorias del invierno, con la gripe como principal protagonista (hasta la aparición del SARS-CoV-2). Ya el año pasado, recuerda el gerente, cuando las listas de espera experimentaron la subida derivada de la convocatoria masiva de las oposiciones, «en verano se operó por encima de lo habitual. Y este año, más aún».
También el gerente del Hospital Sierrallana, Pedro Herce, admite que «nos estamos preparando para un agravamiento del número de ingresos». Además de las 37 camas que ya se habían reservado al comienzo del verano, de las que hay ocupadas actualmente dos, se han habilitado 37 más en otras dos plantas. Y en paralelo, se prevé la instalación de más tomas de oxígeno medicinal en el servicio de Urgencias para disponer de 16 puestos extra. «Hasta la fecha no estamos teniendo problemas de camas y las urgencias están controladas, una situación que permite mantener sin suspensiones la actividad quirúrgica». El hospital de Laredo, por su parte, que llevaba tiempo libre de covid-19, acaba de ingresar a un paciente positivo. En estos momentos el trabajo más intenso en esta fase de rebrotes lo están soportando los centros de salud, con la detección de casos sospechosos y el seguimiento de los pacientes en aislamiento; los equipos de rastreo y los dispositivos encargados de gestionar las pruebas PCR, desde la toma de muestras en los 'coroautos, al procesamiento en el laboratorio de Microbiología.
El crecimiento de contagios experimentado en las dos últimas semanas ha elevado el número de casos activos a 660, con una treintena de rebrotes en seguimiento. Desde el inicio de la pandemia, ya son más de 4.000 los afectados en Cantabria con diagnóstico confirmado. Como es sabido, no se incluyen ahí los miles de cántabros que superaron la enfermedad durante la crisis sin tener la certeza de que fuera coronavirus por la limitación de los test PCR, que sólo se hacían a los pacientes graves y a los colectivos esenciales.
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