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En el año 2016, el servicio de Psiquiatría de Valdecilla puso en marcha el programa de consultas de alta resolución para el manejo de la conducta suicida y prevención del suicidio (CARS). Hasta ahora, el plan ha permitido atender a más de 500 pacientes y ... ha ayudado a «disminuir las personas con riesgo que ingresan» porque antes, sin este dispositivo específico, se hospitalizaba a la persona. También han conseguido que descienda «la frecuencia de los intentos suicidas». Unos resultados que ahora han decidido reforzar con el desarrollo de una nueva aplicación móvil para «aumentar la seguridad de los pacientes» con estas conductas, explica Jesús Artal, jefe de Psiquiatría del hospital. «Era algo que nos parecía importante», añade. Así, la nueva herramienta será un complemento a la atención presencial que ya ofrecen los profesionales del centro a través del citado programa CARS.
En este sentido, la aplicación es pionera en España porque «no es generalista». No ofrece información general sobre la prevención del suicidio sino que, al formar parte del plan ya en marcha en la región, es para los pacientes e incluye el «conocimiento intenso» que ya tienen sobre ellos, explica Artal. Lo que les permitirá hacer un seguimiento individual de cada uno. El funcionamiento de la herramienta es sencillo: cada tarde el paciente debe responder a una serie de preguntas sobre su estado. A través de las respuestas, que se guardan en un repositorio, la propia aplicación calcula «un nivel de riesgo» para determinar la situación de manera individualizada. Esa información recabada la recibe el profesional que está de guardia. «En último extremo (cuando resulte necesario) habría intervención», aclara el jefe de Psiquiatría e, incluso, se podría llegar a geolocalizar a la persona, siempre que hubiera firmado previamente los permisos.
No obstante, puede ocurrir que alguno de los pacientes no responda al cuestionario. En tal caso el sistema se encarga de recordárselo. La notificación se envía hasta tres veces antes de pasar al siguiente paso. Si no hay respuesta, «se avisa al médico y al familiar» para aclarar el motivo. Porque en este camino, para que cumpla su función, es también fundamental que junto al paciente se involucre alguien del entorno dado que el objetivo es ofrecer más seguridad a quienes presentan conductas suicidas. Sobre todo «en los primeros meses, que suponen el momento más crítico», explica Artal. Lo cierto es que en abril ha comenzado la implementación de la aplicación y hasta ahora no se han encontrado con problemas de este tipo.
El jefe del Servicio de Psiquiatría subraya que el suicidio debe «tener un enfoque desde el punto de vista social, educativo, sanitario...». Y es este último punto el que quisieron atender desde el Hospital Valdecilla en 2016 con el programa CARS. El objetivo del dispositivo móvil está centrado en acoger a la persona con riesgo de suicidio rápidamente y en el momento crítico. Antes podía darse la situación de que las unidades de salud mental se encontraran dificultades para cubrir las necesidades del paciente a su llegada a urgencias «debido a la presión asistencial». Ahora ese problema se evita y los profesionales atienden al paciente de forma intensiva e integral. Porque las personas «que se suicidan son las que acuden a urgencias con ideas de suicidio o tras algún intento», señala Artal.
Y, gracias al plan, cuando un paciente llega a urgencias con esta situación se le atiende «de forma inmediata en 24 horas» con un equipo completo que incluye desde enfermeras hasta terapeutas y psicólogos. Una iniciativa que obtuvo el primer premio de la cuarta edición de los Premios Afectivo Efectivo en la categoría de iniciativas que mejoren los resultados en salud de los pacientes, desarrolladas por profesionales sanitarios.
No obstante, a pesar de los avances, todavía «queda mucho por hacer» en esta línea para dar respuesta al que es un «problema a nivel mundial», recuerda el psiquiatra. Y la clave es desarrollar planes y proyectos que permitan paliar esta pandemia que cada día afecta más a la población joven de Cantabria. Aunque la región está entre las cuatro comunidades autónomas españolas con menos tasa de suicidios, los profesionales ya percibieron en 2021 «un incremento importante de conductas suicidas en niños y adolescentes». Es un problema del que «hay que hablar», dice Artal, pero hay que hacerlo «bien». «Con claridad y honestidad». Y abordar aspectos tan diversos como «las expectativas que hay en la sociedad, la gestión emocional, trabajar en los servicios sociales...».
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