Valdecilla reduce a la mitad el área covid, cierra Liencres y recupera dos quirófanos

Si no hay repunte que lo impida, la próxima semana Valdecilla funcionará con la mitad del área de hospitalización destinada a la atención de pacientes covid. El jueves cerró con 65 enfermos en planta y 23 en la UCI, aunque ha llegado a alojar a 157 pacientes de forma simultánea. De las siete plantas que se han llegado a habilitar en esta última embestida del virus, ya se han liberado dos y una tercera está previsto hacerlo entre hoy y mañana, lo que ha permitido cerrar la zona del Hospital de Liencres que se había dispuesto ya en la segunda ola para acoger a parte de los pacientes de Medicina Interna desplazados durante la fase de expansión. Las previsiones de la Dirección apuntan que la próxima semana podría bastar con tener operativas sólo las séptimas de las Tres Torres, que son las que se han mantenido como zona de aislamiento prácticamente desde el principio de la pandemia. En una de ellas no ha dejado de haber pacientes covid en ningún momento desde que el 29 de febrero se aisló el primer caso.

Esta progresiva vuelta a la rutina de convivencia con el covid llega también al área quirúrgica, donde el hospital ya ha recuperado la programación en dos de los tres quirófanos suspendidos desde noviembre y cuenta con poner en funcionamiento el tercero en los próximos días. Un cambio que también repercutirá en el tipo de intervenciones. Así, la cirugía mayor ambulatoria (sin ingreso), que es la que ha predominado para reservar camas de hospitalización, irá dejando espacio a otras operaciones de mayor complejidad que el covid ha obligado a posponer. Una vez dado este paso, sólo restará reactivar las cirugías en horario de tarde (otros tres quirófanos), para lo que aún no hay fecha.

Este es también uno de los planes que maneja el Hospital de Laredo ahora que ya coge aire, con apenas diez positivos ingresados, un tercio de los ha llegado a tener, «y que hubieran sido más si no fuera porque pudimos derivar a Valdecilla», señala la gerente, Mónica Hernández. «Nuestro problema es que tenemos poco margen, con una planta para covid y sospechosos, y además esta tercera ola ha sido peor que la segunda. Hemos tenido más urgencias y más ingresos». Y no sólo por coronavirus, sino también por otras patologías. «De hecho, algún día hemos tenido que abrir excepcionalmente el hospital médico-quirúrgico para enfermos no covid». Sin embargo, en las últimas semanas ha llegado el respiro, fruto del efecto de las restricciones -Laredo y Colindres fueron dos de los municipios confinados durante 14 días por su alto nivel de contagios- y «de la vacunación, tanto de las residencias de mayores, que ya lo estamos notando, como de los profesionales sanitarios, lo que también nos da un poco de oxígeno», admite Hernández.

De cara a la desescalada, señala que «vamos a esperar otra semana para confirmar que la situación se mantiene estable e intentaremos recuperar la cirugía de tarde, suspendida desde principios de diciembre. El resto de la actividad quirúrgica programada no la hemos dejado de hacer», añade. Tampoco Sierrallana ha visto afectada su programación de cirugías, en este caso porque el azote del virus en este arranque de año ha tenido «un impacto en hospitalización mucho menor», como apunta su gerente, Pedro Herce. Es por eso que el centro se defiende con una sola planta de 37 camas (hay ocupadas 31) desde principios de febrero, que se decidió cerrar una segunda.

Herce recuerda que la situación más grave en su área de salud se dio a comienzos de diciembre, en el marco de la segunda ola, «con la explosión de contagios en Reinosa», donde la incidencia acumulada superó los 1.200 casos por 100.000 habitantes, el doble de la registrada en Torrelavega. «Esto nos llevó a la decisión de dedicar Tres Mares a hospitalización monográfica de covid, al producirse allí la mayor parte de los casos asociados al brote de la residencia San Francisco. Y así se mantuvo hasta el 4 de enero, que la situación estuvo completamente controlada. Pero esa elevada incidencia nos obligó a estar muy tensionados y desembocó en un brote en el Hospital de Sierrallana». Aunque desde el miércoles, Tres Mares está libre de covid, «no podemos bajar la guardia», advierte el gerente.