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Nacho González Ucelay
Santander
Martes, 24 de septiembre 2019, 07:20
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en funciones, Magdalena Valerio, llamó ayer a las instituciones, a las nacionales y a las autonómicas, a ... colaborar de manera conjunta en la formación de los jóvenes y en su adaptación a los cambios que impone la economía globalizada «para que ninguno pierda el tren y se acabe quedando atrás en este mundo tan variable».
Valerio se pronunció en estos términos durante la inauguración del IV Global Youth Leadership Forum (GYLF), encuentro que arrancó ayer en el Palacio de La Magdalena de Santander y en el que 150 jóvenes procedentes de cuarenta países –todos ellos líderes políticos o empresariales en su tierra de origen– protagonizarán toda esta semana un debate abierto sobre las soluciones a los grandes problemas de la comunidad internacional.
Invitada a la puesta de largo del foro, a la que también asistieron el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, la concejala de Juventud, Educación y Salud del Ayuntamiento de Santander, Noemí Méndez, y el presidente del Global Youth Leadership Forum, Jacobo Pombo, la ministra de Trabajo aseguró que «España ya tiene líderes jóvenes que están conectados con el mundo a todos los niveles».
La primera jornada del 'gylforum' orbitó fundamentalmente en torno a la economía. Por eso también estuvieron allí el vicepresidente de Banco Santander España, Juan Manuel Cendoya, y el presidente de Liberbank, Pedro Rivera, los dos también con el uso de la palabra.
Considerado como uno de los directores de comunicación más influyentes del mundo, Cendoya disertó sobre la reputación del sector bancario.
Y no se anduvo con misticismos. «Tenemos que asumir que estamos en un periodo de baja reputación», reconoció abiertamente el vicepresidente de la entidad financiera, que culpó de ello a las consecuencias de la pasada recesión económica y al propio modelo de negocio, «muy difícil de entender en tiempos de crisis».
Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, Rivero se refirió en su turno a la transición energética y la financiación sostenible. Convencido de que nada es viable «si no es respetuoso con el medio ambiente», el banquero abogó por «una subordinación de los objetivos económicos a los ambientales, condicionados a su vez por las nuevas tecnologías».
«Pero cuantos más allá, mejor», matizó Valerio, que, por esa razón, llamó a las instituciones a contribuir en su formación y adaptación «a una realidad muy cambiante que va a destruir empleos pero también va a generar otros nuevos para los que nuestros jóvenes tienen que estar preparados».
En base a esa premisa hizo girar su posterior ponencia la ministra, tan directa ante los jóvenes líderes que ni siquiera les ocultó las precarias condiciones laborales de su hija («es trabajadora a tiempo parcial») cuando se adentró en las dificultades que tienen los jóvenes para encontrar un empleo que les proporcione cierta estabilidad y, en consecuencia, la opción de emanciparse. «Mi hija vive en casa».
Para Valerio, su apuesta, implicar a todas las administraciones en la formación de los jóvenes para que estos puedan desempeñar los nuevos puestos de trabajo que surgen, «es esencial».
«Porque, la verdad, sería dramático que en un país como el nuestro, en el que ahora mismo hay más de 3 millones de personas paradas, se estuvieran generando empleos y no hubiera personas con el perfil profesional adecuado para poder desempeñarlos», precisó la ministra, que admitió que allá por donde va «siempre acabo hablando con empresarios o empresarias que me dicen que no encuentran personas con el perfil que demanda el puesto de trabajo que ofrecen».
Para Valerio, disertar sobre esto, en este o en otros foros similares, «está muy bien». Pero estaría mejor «que pasemos de las musas al teatro», es decir, «que nos pongamos manos a la obra».
En este sentido, subrayó la ministra, «es necesario que la ciudadanía y sus representantes conozcan, apoyen y exijan acciones completas que den sentido a los debates mediáticos o a los que se producen en foros como este», que son, con todo, «muy importantes para construir innovaciones beneficiosas para el progreso de un mundo que está cambiando rápidamente».
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