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marco alonso
Valladolid
Lunes, 11 de noviembre 2019, 13:04
«He vuelto a nacer a los 96 años». De esta forma tan cruda relata la vallisoletana C. C. A. lo que ha sentido ... después de que la picadura de una avispa asiática en Torrelavega le obligara a pasar cuatro días en la UCI del Hospital Valdecilla.
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de octubre, cuando esta nonagenaria, vecina de Peñafiel, decidió pasar unos días en casa de su hijo en Torrelavega para huir de los rigores del invierno ribereño. «Ha sido peor el remedio que la enfermedad», explica poco antes de relatar su encuentro con el insecto que a punto estuvo de arrebatarle la vida. «Me senté en una silla giratoria y me eché una manta por encima de las piernas. Entonces, en ese momento, vi que me subía algo por la pierna e intenté asustarlo con un manotazo, pero me agarró el dedo y me picó», afirma para explicar luego lo que sintió tras el picotazo. «Empecé a notar muchísimo calor y el dedo se me puso como un chorizo, así que avisé a mi hijo y llamó a un amigo suyo que es médico. Él alertó rápidamente al 112», asegura esta mujer, aún con miedo en el cuerpo.
Esa celeridad en el aviso a un profesional ha permitido que esta mujer pueda contar el suceso. Y es que, cuando llegó la asistencia sanitaria lo de menos era ese dedo con aspecto de chorizo. «Me montaron en la ambulancia y no me enteré de nada más. Me empecé ahogar y me han dicho que eché espuma por la boca y que entré en parada cardiaca cuando llegó el 112 a casa de mi hijo», explica.
Al ver el alcance de las lesiones producidas por el insecto, el hijo de esta mujer decidió acabar con el animal con insecticida para dárselo a los sanitarios con el objetivo de que supieran cómo atajar el shock anafiláctico que le produjo la picadura. «Nunca me ha picado ni una avispa de las aquí y la primera que pica tiene que ser esa que llaman 'avispa asesina' en todos los periódicos», incide esta vecina de Valladolid que no guarda buen recuerdo de su última visita a Cantabria. «He estado cuatro días en la UCI y otros dos, en planta, así que cuando he salido del hospital he dicho que me quería ir lejos. Ahora estoy en casa de mi hija en Valladolid tan ricamente», añade poco antes de que su yerno recalcara que el susto ha sido mayúsculo: «A esta edad pocas personas salen de una cosa tan grave tan bien como ha salido ella».
Por fortuna, este incidente solo ha sido un escollo más en la vida de esta mujer. «Cuando estalló la Guerra Civil yo tenía 13 años, he vivido de todo, pero la única vez que pensaba que me moría ha sido ahora», afirma C. C. A., que no quiere que su nombre aparezca en el periódico para evitar dimes y diretes. «A mí no me gusta dar que hablar», concluye esta nonagenaria, que aún conserva la avispa que le picó en un bolsa. «Ahí está bien, que no salga», concluye.
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