«No vamos en contra de los VTC, sino de aquellos que trabajan al margen de la ley»

Desde el sector del taxi aseguran que no tienen «nada en contra de los clientes, de los VTC ni de los conductores», pero que no van a permitir que los que utilizan aplicaciones como Cabify trabajen en contra de la ley. «Con estos seguimientos pretendemos que se sientan vigilados», afirma el presidente de Radio-Taxi, Manu Andoni Ruiz. Cuenta que los taxistas están en contacto permanente y, cuando uno de ellos detecta a algún vehículo de este tipo, da el aviso y los que están cerca los siguen y los vigilan. «No pueden circular en busca de clientes, ni captarlos. La contratación debe ser previa, con una hoja de ruta en la que se especifiquen una serie de datos que la aplicación no contempla».

El reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres recoge que, para que un contrato entre VTC y cliente sea válido, se debe cumplimentar una hoja de ruta por cada servicio en la que conste el nombre completo y el número de DNI del usuario y del conductor, el lugar y la fecha en la que se realiza el contrato, en la que se iniciará el servicio y en la que concluirá. Por último, la matrícula del vehículo. «En la aplicación no se recogen todos esos datos». Al iniciar las persecuciones, los taxistas llaman a la Policía Local para avisar del «servicio ilegal». «Y ellos mismos comprueban que no se cumple, los datos que se reflejan en la aplicación están incompletos». Los taxistas también critican que los servicios que realizan «no corresponden a una contratación previa». El reglamento vigente contempla que el pacto debe realizarse antes que el servicio, aunque no especifica cuánta antelación es necesaria.

Las patrullas de taxistas, además de ponerse de acuerdo para seguir a los VTC y comprobar si cumplen o no la normativa, llaman al 092 para advertir a la Policía Local y que acuda al lugar donde se produce la ilegalidad. «Nosotros no podemos llamarlos hasta que nos aseguramos de que están captando clientes en lugar de realizar servicios reservados previamente». Para saber esto, observan si el vehículo va a un destino fijo o si «da vueltas» hasta que alguien lo solicita a través de la aplicación. Cuando confirman que está buscando clientes y recogen a alguno de ellos, se da el aviso al resto de compañeros y llaman a la policía. «Pero en la mayoría de ocasiones nos dicen que no pueden acudir porque no hay ningún coche disponible, así que muchos seguimientos no sirven de nada».

Este viernes se celebrará una comisión de inspección en la que participará el sector del taxi, el consistorio de la capital cántabra, el de Torrelavega y la Dirección General de Transportes. «Existe un convenio en el que se contempla la actuación conjunta con el Gobierno en materia de inspección de transportes. En él, figura que la Policía Local debe recibir la formación necesaria para actuar», afirman fuentes del Ayuntamiento. «Hasta el momento, no había sido necesario que se desempeñara esa labor de vigilancia porque la actividad de los VTC era escasa y se restringía a los desplazamientos que tenían autorizados». Pero la irrupción de las aplicaciones móviles que «entran en conflicto con el servicio público que prestan los taxis» es el desencadenante que obliga a tomar medidas de manera conjunta. En la reunión se tratará la formación de los policías locales de ambos municipios en materia de inspección de transporte y su actuación en cuanto a la vigilancia «del correcto uso de las licencias». Será el Gobierno regional el encargado de trasladar a los agentes las herramientas necesarias para que puedan realizar la labor correctamente.

No es la única cita que tienen los taxistas en su lucha contra los VTC ilegales. Para protestar contra la falta de policías, el sector ha solicitado un parón para el viernes 19 frente al Ayuntamiento de Santander. «También exigimos medios tecnológicos para que los agentes puedan consultar las hojas de ruta de los VTC de manera telemática y comprobar rápidamente que los servicios que realizan cumplen la ley».