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Nacho Dean (1980) se ha embarcado en una nueva aventura llamada La España Azul para la defensa de los océanos. Tras dar 44 millones de pasos recorriendo el mundo a pie y unir a nado los cinco continentes, ahora navega por la costa española en ... una expedición científica y divulgativa: recoge muestras para conocer la calidad del agua. El viaje comenzó en San Sebastián, ha pasado por Bilbao y Laredo y ahora está en Santander, donde ofrecerá una charla esta tarde en la Cámara de Comercio, a las 16.30 horas, con acceso libre y sin necesidad de cita previa.
-¿Cómo se hace uno explorador profesional?
-Desde que recuerdo me han interesado las rutas de montaña, trepar árboles, ir de acampada, dormir bajo las estrellas... En la naturaleza he encontrado mi lugar en el mundo. De joven viajé a título personal al Polo Norte, al desierto del Sáhara y otras tantas aventuras. Creo que todos los seres humanos somos exploradores; lo llevamos en el ADN, pero lo sacrificamos para buscar una vida estable y segura.
-Es la primera persona que ha recorrido el mundo a pie, ¿por qué decidió emprender esa aventura?
-Me gustaba llegar a los sitios por mi propio pie y un día me dije: ¿por qué no soñar a lo grande? Salir de mi casa hacia el este y regresar por el oeste. Dediqué mucho esfuerzo a preparar la expedición, marcar el itinerario, crear la web y redes sociales, buscar patrocinadores... En 2013 salí desde el kilómetro cero de la Puerta del Sol de Madrid y regresé tres años y 44 millones de pasos después. En total, 33.000 kilómetros a pie. Aposté todo, mi casa, amigos, familia y comodidades.
-¿Su infancia nómada marcó su carácter?
-Soy hijo de marino, lo que llevó a mi familia a cambiar mucho de residencia. A los 20 años sufrí una crisis existencial. Era una olla a presión, en parte, por el desarraigo que sentía, unido al desencanto ante las guerras, las injusticias, el hambre en el mundo. Perdí mi camino. La infancia nómada también me dio la posibilidad de viajar y facilidad para adaptarme a lo desconocido.
-¿Qué estudios tiene un aventurero?
-No hay carrera universitaria para ser aventurero, pero cuando existe pasión, hay más probabilidades de hacerlo bien. He estudiado Publicidad y Marketing y un grado medioambiental. Desde una temprana edad he accedido a muchos libros de viajes y este conocimiento despertó mi curiosidad.
-Después de recorrer el mundo se lanzó a nadar entre los cinco continentes.
-Entre 2018 y 2019 realicé a nado 2.500 kilómetros en aguas llenas de peligros: tiburones, medusas venenosas, ballenas jorobadas, cocodrilos de agua salada... Infunden terror. Había que estudiar mucho las rutas migratorias y el itinerario.
-Ha salido ileso de todos los peligros, ¿destino o preparación?
-Además del entrenamiento previo, lo teníamos todo muy preparado. Nos acompañaban lanchas de salvamento, personal sanitario, dábamos aviso al hospital más próximo para que tuviera preparado el antídoto por si me picaba una medusa venenosa. Las travesías las supervisó la Organización Mundial de Aguas Abiertas. Al final lo peor fue cuando estaba a solo seis kilómetros para finalizar, porque no me quedaban fuerzas. Un compañero se tiró al agua a nadar a mi lado para motivarme y lo conseguí.
-Su nueva aventura le ha traído navegando a Santander. ¿Qué va a hacer aquí?
-El proyecto La España Azul comenzó el 7 de septiembre. Durante un año vamos a recorrer España en un velero con una misión científica y divulgativa. En cada ciudad costera recogemos muestras del agua de las playas que después analizamos en el laboratorio de la Universidad de Cádiz. Vamos a comprobar su limpieza, su porcentaje de oxígeno, salinidad y temperatura. El objetivo es descubrir si está tan limpia como dicen. También daremos charlas en colegios y organismos interesados para concienciar de la necesidad de un cambio de modelo.
-¿Cómo es el método científico que emplea?
-Recogemos muestras en la desembocadura de un río, en la zona de agua pristina (la más limpia) y agua de mar en ciudad. Aquí vamos a recoger muestras en Santander, en la ría de Suances y en Oyambre y San Vicente. También recogemos la basura de las playas y documentamos qué tipo de residuos llegan. Contamos para ello con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica.
-¿Cuál es el reto ahora?
-La naturaleza nos va a poner en nuestro sitio con sus reglas. No sale gratuito el impacto que dejamos. El desafío como especie es vivir en equilibrio. Hay que transformar el concepto de éxito, que no sea acumular, sino también tener un propósito de impacto positivo en la sociedad. La expedición La España Azul está patrocinada por Smartbox, comprometidos con 'Endplasticsoup'.
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