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Un grupo formado por nueve personas y siete perros entrenados para localizar cuerpos en la montaña participó este martes en una nueva batida en busca del joven Roberto Lavid, desaparecido en la madrugada del 10 al 11 de noviembre en una ... zona de Valderredible. El punto de partida del rastreo fue el lugar donde apareció su vehículo, abandonado y con las luces encendidas, cerca del pueblo de Población de Arriba.
Durante los dos primeros meses desde que se dio la voz de alarma, grupos de rescate del Gobierno de Cantabria peinaron la zona proxima al Monte Hijedo a pie, con helicópteros y drones, pero nada se encontró. Ahora, más de nueve meses después, su hermano, Daniel Lavid, persiste en su empeño:«No vamos a dejar de buscar a Roberto, aunque tengamos que hacerlo por nuestra cuenta».
La familia del desaparecido, vecino de Igollo de Camargo, explicó a este periódico que «aunque el Gobierno de Cantabria haya parado la búsqueda, la familia continuará buscándole con la ayuda de voluntarios y financiando grupos de rescate que vengan desde otros puntos de España».
La montaña donde se perdió la pista de su hermano presenta unas características muy distintas ahora en verano, sin barro, agua o abundante vegetación propia de aquellos meses de invierno que dificultó las labores, que incluso en ocasiones llevó a desorientar a los grupos de rescate en las batidas.
Daniel Lavid - Hermano del desaparecido
A pesar de que el paisaje de agosto parecía que podría facilitar la búsqueda de alguna pista, la exploración del pasado martes, entre las 08.00 horas y las 18.30 horas, terminó sin novedades que aportar a la investigación. La batida estuvo encabezada por un voluntario de Castellón, experto en materia de rescates, que pasa el verano en Burgos y se ofreció a colaborar en esta búsqueda en Cantabria.
«Hemos rastreado diez kilómetros a la redonda a partir del coche de mi hermano, pero no hemos encontrado ni un rastro ni una pista. Nada después de haber recorrido 20 kilómetros por el Monte de Hijedo y alrededores», subrayó Daniel. «La zona parece inabarcable, por lo que agradecemos todo lo que sea echar una mano para salir en nuevas batidas con el fin de reanudar su búsqueda que se ha quedado paralizada. El objetivo es ampliar la zona de exploración», añadió.
A las tres de la madrugada de aquel 11 de noviembre del pasado año Roberto se despidió de sus amigos. «Nos dijo que se iba para casa», señalan. Salía de la discoteca El Refugio, en Tanos. Cogió el coche, un Opel Astra de color gris, y con 30 euros en el bolsillo y medio depósito de gasolina supuestamente puso rumbo a casa. Roberto padece diabetes y esquizofrenia, y para ambas enfermedades toma medicación, lo que pudo hacer que se desorientara de regreso a casa.
Roberto llegó con su coche hasta a una explanada inhóspita, cerca de Población de Arriba, donde quedó atrapado. Se trata de una zona de montaña a la que se accede con todoterreno, rodeada de 4.000 hectáreas de bosque. El dispositivo de búsqueda estuvo formado por Policía Nacional, Guardia Civil, Protección Civil, Seprona y centenares de voluntarios, pero no dio resultados.
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