La variante Delta está tras un tercio de los casos y en «proceso de imponerse»

Dejando atrás los casos que se detectaron en su momento de las cepas brasileña o sudafricana (Gamma y Beta, respectivamente, desde que la Organización Mundial de la Salud decidió ponerles nombres de letras griegas), Wallmann se centró en las dos últimas que han aparecido (y las que más preocupan). «La Lambda está presente en el 40% de los test, pero es un dato que se estabiliza, que no va a más y, por lo tanto, no se está imponiendo». Hay que recordar que de esta cepa se tuvo constancia en la región en los últimos días de junio. Ochenta casos sospechosos de golpe y una multiplicación por cuatro en una semana, como contó este periódico. Pero ahí parece haberse quedado.

Esa evolución es muy distinta a la que se está viendo con la Delta. «Crecimiento exponencial», insistió Wallmann. De estar detrás de un 4,4% de los muestras precribadas hace tres semanas a un 15% una semana después y un 33,2% en la última. Y más. La Lamda tiene relación con catorce brotes activos en la región y la Delta, con once. Sin embargo, las autoridades dan por hecho que la segunda superará a la primera en número de brotes vinculados en poco tiempo. «Se está imponiendo ya que es muy transmisible y hay una preocupación respecto hasta dónde nos van a proteger las vacunas». Y, obviamente, le preguntaron si, con los datos de los que se dispone en la mano, se sabe hasta qué punto el pinchazo protege.

«La efectividad de la pauta completa sigue siendo alta, pero hay nuevos estudios que fijan que para la variante Delta no es tan alta como se había señalado para el virus en general en un principio». Si se habían confirmado porcentajes de protección frente al virus de un 96%, ahora esa efectividad «se ve repercutida» en el caso de esta cepa y quedaría «en torno al 60 o 70%». Eso sí -y es un aspecto muy importante-, en cuanto a «la capacidad para evitar hospitalizaciones» la eficacia de las vacunas se mantiene en unos datos muy altos. Apenas se resiente. «De aproximadamente un 96% a un 93%», concretó. O sea, que la vacuna sigue teniendo una importancia altísima para reducir las consecuencias más peligrosas tras dar positivo. Wallmann, en este sentido, indicó que entre los hospitalizados actuales en Cantabria, dos tienen que ver con la variante Lambda y cuatro con la Delta.

Avanzar en la vacunación, insisten al hilo de todos estos datos desde Sanidad, es la clave para mejorar la situación. Al consejero, Miguel Rodríguez, le preguntaron en torno a dos asuntos sobre la campaña. Primero, por el hecho de que la llegada de menos vacunas de Pfizer en julio respecto a las que se recibieron en junio vaya a frenar el ritmo de los pinchazos. Él quiso matizar el término. Si ritmo se entiende por la velocidad a la que se ponen las vacunas que llegan, «el ritmo de la vacunación no se reduce en Cantabria» (aunque sea obvio que se van a poner menos que el mes pasado, como contó en su edición de ayer este periódico). «Ponemos las que nos llegan y el ritmo se ajusta a las vacunas que tenemos». A eso, y a las reservas necesarias que hay que tener para garantizar las segundas dosis.

A este respecto adelantó que ya habrá citas la semana que viene para el grupo de los 30 a los 39 años en el Palacio de Exposiciones de Santander (después de que esta semana se hayan puesto algunas pero casi de forma simbólica en algunas zonas de la comunidad autónoma) e insistió en que se va a acelerar la inmunización de los que están pendientes de la segunda dosis de AstraZeneca y que tienen entre 60 y 69 años. Justo ayer, desde el grupo Ciudadanos pedían al Gobierno que acabara con la vacunación en esta franja. Cuanto antes (el jueves estaban pendientes de ese segundo pinchazo 35.000 personas). «Lo prudente, lo necesario, lo urgente es completar cuanto antes la pauta de vacunación, es decir, poner las dos dosis de la vacuna a las personas de más edad para protegerlas en caso de que se contagien con esta nueva cepa (en referencia a la Delta)», señaló su portavoz, Félix Álvarez.

Rodríguez no quiso entrar en polémicas sobre si la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al hablar tras el Consejo Interterritorial del ritmo «excepcional» de vacunación y hasta ofrecer su «impulso» a las comunidades que ya han empezado a vacunar a los más jóvenes, debería haber advertido que en julio -como ya sabían con antelación- se contará con menos dosis. «Eso tendrán que preguntárselo a la ministra».

Por otro lado, preguntado sobre la vacunación a los turistas que visiten Cantabria, el consejero respondió que tanto él como el presidente, Miguel Ángel Revilla, habían apostado en su momento por hacerlo «siempre que la comunidad recibiera una compensación en las dosis». O sea, que si a un turista se le vacunaba en la región, se repusiera esa vacuna. Sin embargo, los viales de las diferentes patentes siguen llegando en base a criterios de población. «Y lo que no va a hacer Cantabria es vacunar a los turistas con vacunas que vienen para los cántabros», resolvió.