

Secciones
Servicios
Destacamos
La sede de Bomberos Voluntarios de Santander, en la plaza de Numancia, es uno de los epicentros en la lucha contra el coronavirus. Desde sus instalaciones salen los vehículos que desinfectan la vía pública, pero también los que reparten material de protección o comida a los vecinos, llegada desde el Banco de Alimentos. Según se entra al patio hay montado un rincón de descanso y avituallamiento para las fuerzas y cuerpos de seguridad, al que han contribuido empresas tan grandes como Bimbo o tan cercanas como Sobaos El Macho o Dromedario. «Aquí somos todos voluntarios, nadie cobra, pero no hay descanso si se trata de proteger a nuestros vecinos», cuentan el oficial Álvaro Gutiérrez (que trabaja en una funeraria) y el cabo Andrés García (camarero afectado por un ERTE).
El Cuerpo lo forman 21 bomberos, pero «estamos funcionando once. El resto está como retén, para que, en el caso de si alguno caemos enfermo, podamos ser sustituidos». Una de sus principales tareas es la labor de desinfección de las calles. «Recibimos al inicio un curso de formación de la UME», explican, «pero nosotros, por nuestra parte, hemos estudiado e investigado mucho, para dar con la mezcla óptima de hipoclorito. Queremos dejar claro que no es contraproducente ni para las plantas, ni para los animales y ni para las personas, que nos preguntan a menudo».
Su labor empieza cada día a las diez de la mañana y no concluye hasta pasadas las nueve de la noche. «Nos encargamos de la desinfección de las calles, del reparto del material de protección, como las mascarillas, guantes o del líquido desinfectante. Además, trabajamos con el Banco de Alimentos, en el reparto entre las familias», indican García y Gutiérrez. También están en contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento, pues «hay vecinos mayores que viven solos y que no tienen a ningún familiar que les pueda echar una mano», explican; «por ello, para que no tengan que salir de casa, les hacemos la compra o vamos a la farmacia, les bajamos la basura o vamos a lo que precisen».
Otro de los apoyos que han prestado los bomberos voluntarios ha sido el reparto de ordenadores entre los alumnos del Colegio Cisneros. «El AMPA se puso en contacto con nosotros. Nos explicaron que había chicos que no disponían de las herramientas necesarias para seguir estudiando en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros. Nosotros les ayudamos a repartir los ordenadores que nos dan para ellos, encantados», explican.
Como en todas las desgracias y tiempos de crisis, no todo es negativo. «Esta situación nos está sirviendo para acercarnos más a nuestros vecinos, que nos están demostrando una generosidad y apoyo que emociona. Mira, el otro día un compañero paró en un paso de cebra para que cruzara un señora mayor, con su compra. Al ver nuestro camión, la señora se paró, dejó las bolsas en el suelo y se puso a aplaudir. No te haces a la idea de la cantidad de gente que nos acerca un bizcocho o una tortilla de patata como muestra de agradecimiento», cuentan emocionados Álvaro y Andrés.
«Hemos tenido que llegar a este extremo de pandemia para darnos cuenta de la humanidad y generosidad de quienes nos rodean», agregan; «esto nos da mucho ánimo para seguir al pie del cañón».
Pero la unión y la amistad no sólo se ha producido con los vecinos. También con los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado «ha surgido un gran compañerismo, una empatía entre todos nosotros. Se está generando amistad».
Y todo ello, en parte, gracias al punto de descanso que han habilitado para los miembros de la UME, Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil o personal de las ambulancias del 061. Tanto Gutiérrez como García cuentan con orgullo cómo, «en cuanto se nos ocurrió la idea y descolgamos el teléfono para ponernos en contacto con empresas que nos pudieran ayudar con las bebidas y alimentos, la respuesta afirmativa fue inmediata».
Así, desde Bimbo les hacen llegar bollería; Dromedario, los cafés e infusiones; Cuétara, galletas; El Macho o Joselín, sus sobaos y quesadas; Central Lechera Asturiana, su leche; R. Vending la máquina de café; Archicofradía La Pasión, varios alimentos; o la Cervecería Teka, que desde el segundo día les prepara la comida. Pero no sólo de comida se alimenta el hombre, también hay gestos que alimentan el alma, como el de la floristería Euflora, de Tetuán, «que nos envió un ramo de flores con un mensaje que nos llenó de alegría: 'Ánimo, héroes'», cuentan. O los empleados de un Lupa cercano, a los que a cambio del café que les llevan cada mañana, «ellos nos devuelven el gesto con algún bollo o dulce para el desayuno».
Pero los bomberos voluntarios destacan que lo que más les emociona es «ver la cara de las personas mayores cuando pasamos a la hora de los aplausos. También el calor y el cariño de la gente, en general. No tenemos palabras para explicar lo que se siente». Lo bueno de todo esto, además del cariño que reciben, es «la cantidad de gente que quiere unirse a nosotros».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.