Una veintena de los 125 consultorios rurales se quedará sin médico «alguna semana de verano»

«No se va a cerrar ninguno de forma permanente, pero sí que habrá momentos puntuales en los que un mismo profesional tendrá que compartir su tiempo de trabajo entre dos consultorios, o bien que sean los pacientes los que tengan que desplazarse temporalmente a un centro que no es el habitual, si coincide que su médico está de vacaciones y no hemos encontrado personal sustituto», explica.

Y una de esas dos circunstancias se cuenta que se podrá dar en las zonas básicas de Alto Pas (Ontaneda), que abarca los consultorios rurales de Luena, San Pedro del Romeral, Vega de Pas, Villasevil, Corvera de Toranzo, Soto Iruz y Entrambasmestas; y en la de Alto Asón (Ramales de la Victoria), que incluye Arredondo, Ruesga -Valle y Matienzo-, Soba -La Gándara y Casatablas- y Bustablado. Pero no serán las únicas. También se verán afectados por la falta de facultativos «algunas semanas del verano» los consultorios lebaniegos: Cabezón de Liébana, Camaleño, Cillorigo, Pesaguero, Vega de Liébana, Peñarrubia y Bejes; así como los repartidos en la zona básica de Pisueña-Selaya, que son los de Villacarriedo, Saro, San Martín de Villafufre y Santibáñez de Carriedo.

En vista del impacto que tiene en otras comunidades el déficit de médicos de familia, donde ya se están programando cierres y ajustes para toda la temporada estival -el caso del País Vasco es el más cercano-, Cebrecos destaca que «no estamos ni tan mal», aunque sabe que la organización prevista puede hacer aguas en el momento que se produzcan imprevistos. «El mayor problema puede darse en los consultorios pequeños y más distantes, donde no resulta fácil el reemplazo», señala. En ese caso, se le indicará a los pacientes cuando llamen para pedir cita a dónde deben dirigirse en caso de que su médico no esté operativo.

En cambio, «en los centros urbanos puede pasar que haya algo más de sobrecarga cuando aumente el volumen de visitantes y coincida que faltan varios profesionales», situación en la que el resto del equipo deberá asumir ese trabajo extra, bien mediante la fórmula de la autocobertura o a través de los programas de absorción de la demanda (consultas extra remuneradas en horario de tarde). Una novedad esta última que otros veranos no estaba disponible y que es fruto del acuerdo de fin de huelga del pasado noviembre.

La otra ventaja, según expone el director médico, es que «las nuevas agendas médicas han dado en el clavo, pese al revuelo que se generó en su implantación, y han conseguido eliminar la lista de espera en Atención Primaria, dejando siempre un porcentaje de los huecos para consultas en el día». Eso nos permite ahora «no tener prácticamente la saturación que teníamos antes». Cebrecos admite que «estamos trabajando en corregir algunos defectos -por ejemplo para que pediatras y odontólogos puedan citar a sus pacientes-, pero las agendas han conseguido su objetivo. El problema se ha resuelto. Ahora la población está encantada porque llama y consigue cita. Y los médicos tienen margen para programarse a sus pacientes o decirles que pasen por el mostrador cuando salgan de su consulta y se citen».