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Gonzalo Sellers
Santander
Lunes, 25 de noviembre 2019, 07:11
Sería exagerado hablar de arquetipos de votantes en Cantabria, pero sí existen ciertos patrones de comportamiento cuando llega la hora de ir a las urnas. Las elecciones generales del 10-N fueron otra ocasión –la tercera en lo que va de año– de estudiar si ... el paro, la renta media, la inmigración y los estudios superiores, entre otros factores, influyen a la hora de decantarse por uno u otro partido. Cruzando todos estos datos –obtenidos de organismos oficiales– encontramos, por ejemplo, que el PP se hace fuerte en los municipios más ricos. Al contrario que el PRC, cuyos bastiones se encuentran en los territorios con ingresos más bajos. Y frente al auge de Vox en las zonas con mayor inmigración detectado en el resto del país, en nuestra región ocurre lo contrario: el partido de Santiago Abascal tiene más penetración en los municipios con menor índice de extranjeros.
Los vecinos del entorno de la bahía de Santander y poblaciones costeras de la zona oriental son las que más poder adquisitivo de la región tienen, según la Agencia Tributaria. El dominio del PP en ellos es apabullante. En 9 de los 10 municipios más ricos ganó el partido de Pablo Casado el 10-N. Solo Castro Urdiales esquivó el monopolio popular y siguió confiando en Pedro Sánchez. Todas estas zonas, con Santa Cruz de Bezana a la cabeza, superan los 20.000 euros de renta media y, algunas, se han convertido en localidades-dormitorio de exresidentes de la capital, cuya población merma desde hace años por estas mudanzas, entre otros factores.
Seis de esos diez municipios más ricos son los que tienen un porcentaje más alto de vecinos con estudios superiores. En Bezana, de nuevo líder, esa tasa llega al 22,2%. Muy similar a la que encontramos en Santander, Piélagos, Castro, Liendo y Suances. Estas dos variables ya nos dan una idea aproximada del perfil del votante medio del PP frente al de otros partidos: más ingresos y con carrera universitaria.
El centro-derecha comparte ese mismo perfil de votante en Cantabria. De hecho, todavía es más acentuado en el caso de Ciudadanos, que en noviembre sufrió una estrepitosa caída de 10 puntos en Cantabria, en paralelo al desastre en el resto del país. Ese 4,7% de votantes cántabros de Cs ganan una media de 19.755 euros anuales –los del PP se quedan en 19.235 euros– y son los más jóvenes de la región, con una edad de 40,1 años, 9 menos que la media del PP y casi 5 por debajo de los de Podemos, por ejemplo.
Mientras tanto, el PRC de Miguel Ángel Revilla se convirtió en el partido con más crecimiento el 10-N y consolidó a su diputado José María Mazón gracias a los votos rurales, pero también a una subida sin precedentes electorales en Santander.
El contraste entre los bastiones regionalistas y los del PP es total. Frente al perfil dibujado antes de los acólitos de Pablo Casado, el PRC dominó en los municipios con las rentas medias más bajas. Los cinco territorios más pobres –Soba, Cabuérniga, Villacarriedo, Pesquera y Valderredible– dieron la victoria a los regionalistas. Los ingresos medios en el primero de ellos –11.423 euros, según la Agencia Tributaria– no llega siquiera a la mitad de las nóminas de los vecinos de Bezana.
El Valle de Villaverde es un municipio singular de Cantabria por su situación geográfica, pero el 10-N dejó claro que también lo es por el perfil marcado de sus votantes. Los partidos de derechas no calan allí, hasta el punto de que este territorio es el que peores resultados de toda la región otorgó al PP (un 11,3%) y a Vox (un 5,3%). Este enclave cántabro en territorio vasco figura, por el contrario, como uno de los que mejores datos electorales dio el pasado noviembre al PRC (39,4%) y Unidas Podemos (15,9%).
En esta ocasión, estos territorios no coinciden necesariamente con los que menos titulados superiores cuentan. Solo Soba y Valderredible entran esa lista con apenas un 1,5%. Pero en la comparativa con el resto de partidos, el PRC sí aparece como el que menos porcentaje de votantes con estudios universitarios tiene (un 5,5%), seguido por Vox (7,9%), PP (8,3%), PSOE (8,6%), Podemos (11,3%) y Ciudadanos (13,4%).
Para resumir, un votante regionalista gana de media 15.273 euros al año frente a los 19.235 del PP, los 18.558 de Podemos y los 17.244 euros del PSOE.
La vinculación de Vox con la presencia de extranjeros es constante en todas las comunidades excepto en Cataluña, Galicia, Madrid, La Rioja y Cantabria. En nuestra región el contraste es todavía más acentuado. El partido de Santiago Abascal tiene más presencia (17,2%) en los municipios con menos inmigrantes de la comunidad. Es más, tres de los principales caladeros de votos de Vox –San Miguel de Aguayo, Lamasón y Cieza– se encuentran entre los territorios con menos presencia de extranjeros, un 0,7% de los vecinos.
Otras variables como la edad o el paro no revelan un patrón de voto que se decante por uno u otro partido. El PRC, eso sí, cuenta con los electores de mayor edad media –51,2 años– y sus municipios fuertes tienen la mayor tasa de paro –un 20,7%–.
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