![Venezolanas en Cantabria: «Hay un granito de esperanza»](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2025/01/10/combo-kMxH-U2305021239559m-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Valentina González Economista
Valentina González llegó a Cantabria con un visado y una convalidación de estudios, pero explica que no hay un solo caso que defina los perfiles que se van de Venezuela y que ella ha tenido «una situación de privilegio». Desde ella, señala que el caso ... venezolano «está lleno de desinformación. Todos los compatriotas se informan a través de redes sociales, porque se han convertido en un medio que no está tocando el Gobierno».
«Esta situación es una constante incertidumbre, aunque no solo nos ocurre a los de afuera. Mi papá vive allá, y me escribe para preguntarme '¿tú sabes algo?'. Hay más información aquí que allí.» A nivel emocional, para ella desde el 28 de julio «es una constante ilusión, porque hay pruebas de lo que sucede en el régimen de Maduro». Explica que, ahora, «realmente hay una esperanza, aunque con miedo», y se cuestiona «hasta qué punto la verdad va a ganarle a fuerza. Esto nos duele porque tenemos aún familia allí, pero Cantabria es ya nuestro hogar. Yo ayer dormí tres horas con la preocupación de qué iba a pasar». También cuenta que los venezolanos de la diáspora han creado hace unos meses una asociación en una comunidad de Whatsapp en la que ya cuentan con 200 integrantes. En este colectivo «buscamos apoyarnos como comunidad tanto en un momento de crisis como para compartir experiencias, temas culturales. Y también para integrarnos aquí».
Nirba Martínez Restaurante Budeparazo
Nirba Martínez llegó a esta Comunidad como asilada política. Había sido perseguida en San Felipe, su pueblo, y también sufrió acoso por parte del Gobierno de Hugo Chávez. En la actualidad, se dedica a difundir la cultura de Venezuela a través de su restaurante, Budeparazo. «La opresión sobre el pueblo nos genera mucha tristeza, vivimos con desconcierto porque no podemos estar con la familia, y nos llega la información, pero poca», lamenta.
En su entorno familiar nota «una parte de alegría y de esperanza», aunque «ahora mismo hay muchas personas detenidas». Según Nirba esto va a ser «como siempre ha sido, un río de sangre que lo pagará la población, que no tiene la culpa del Gobierno». «La emoción principal es el temor, nosotros apoyamos desde aquí y tratamos siempre de poner de nuestra parte. A veces no es fácil saber qué hacer como venezolano que está fuera». Pero también sostiene que tiene mucha fe en que las cosas van a ir para mejor en su país, aunque no hay ciencia exacta que diga lo que va a pasar, «he pasado la noche junto a una taza de café, es difícil desconectar: lo que hago para pensar en otra cosa es enfocarme en trabajar, intentando enaltecer el nombre de mi país con los sabores que de mi restaurante».
María José Herrera Estudiante
María José Herrera espera desde hace cinco años la convalidación de sus estudios como dentista y actualmente estudia un curso de informática. Tras haber trabajado como auxiliar, en febrero comienza una FP de Higiene. Ante la situación actual de su país, «muchos sentimientos encontrados». De un lado, «pensando que esto ya lo hemos vivido, lo miras con desconfianza, sabiendo que no va a pasar nada. Pero luego hay una parte de ti que manifiesta esperanza», reconoce.
En este momento siente miedo y una sensación de confusión. «Mi mayor temor es que mis papás están allá y esta gente es malvada. Aunque hay un granito de esperanza, una luz al final del túnel». Ve «triste» que son los venezolanos que se fueron del país los que informan de lo que ocurre «a la gente que vive dentro, ya que ellos viven una censura extrema, en la televisión no se dice nada y las redes sociales tienen bloqueos». Desde que esta mujer llegó a España se propuso seguir la actualidad de Venezuela «manteniendo las distancias» para no vivir frustrada. «Es la segunda vez que emigro. La primera fue a Argentina y no desconecté: me pasaba el tiempo llorando y sufriendo. Así que decidí que tendría que cambiar. Venezuela es mi país, son mis raíces, pero continúo hacia delante. No me voy a olvidar por completo, pero estar muy pendiente no es vida».
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Ana del Castillo
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