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Desestacionalizar las visitas, atraer al turista extranjero y la digitalización. Los mismos puntos en los que insiste la Consejería. Los tres días de recorrido institucional ... por Cantabria del secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, han servido para dejar de manifiesto que el Gobierno central y el regional comparten las estrategias de futuro del sector y también el entusiasmo cauteloso sobre las estimaciones de ocupación de cara al verano.
-Las previsiones que ha expuesto tanto en el curso de la UIMP como en su reunión con el sector en Cantabria son muy optimistas. ¿En qué se basan?
-Es verdad que el verano pinta bien, pero con matices. Estamos en una situación de recuperación de los flujos turísticos. Venimos de meses muy complicados, pero somos optimistas porque hay elementos que nos permiten anticipar un comportamiento del turismo mejor que en verano de 2020. Las previsiones se revisan continuamente por decisiones como la apertura de Baleares al mercado británico, pero hay situaciones que también pudieran contraer los datos como consecuencia de la pandemia. Ahora mismo, esperamos tener un 45% de los datos que tuvimos en 2019. Unos 16,9 millones de turistas internacionales, a los que hay que sumar todo el turismo nacional. Eso es tres veces más que las cifras del año pasado.
RELACIONES LABORALES
APOYO A LAS EMPRESAS
MAYOR DIVERSIFICACIÓN
-¿Qué elementos pueden hacer que la confianza se rompa? Alemania y Francia ya han recomendado no viajar a España por su alta incidencia.
-Somos muy cautos y trabajamos bajo el principio de prudencia. Si algo nos ha enseñado la pandemia es que semana a semana los datos se pueden corregir a favor o en contra. Esperemos que no sea a peor y que ese 45% de mejora sea aún mayor. Depende en primer lugar de la vacunación, que nos coloca en un esquema positivo, sobre todo pensando en el turismo nacional. El año pasado el turismo se comportó muy bien en el norte del país, pero se va a comportar este año muy bien en toda España. Ocho de cada diez españoles van a realizar sus vacaciones en nuestro país y en un contexto de relativa seguridad, porque cada día sumamos cientos de miles de personas en la vacunación. Si añadimos el pasaporte covid de la UE, podemos pensar que toda la previsión de activación de los mercados europeos no va a cambiar radicalmente porque ya hay una herramienta que nos garantiza el intercambio de flujo turístico. Quien tenga el certificado va a poner venir y volver con mucha certidumbre.
-El peso del turismo internacional en Cantabria es mínimo. ¿No ha sabido venderse fuera de nuestras fronteras o es que el visitante que viene no encaja con la oferta regional?
-Ese objetivo, mejorar las cifras de turismo internacional, es uno de los motivos de la visita a Cantabria. Tiene mucho que ver con el futuro. Hemos presentado el Plan de Sostenibilidad de Liébana. Y tiene que ver con el posicionamiento de Cantabria en el mercado internacional. Hemos visitado en la región destinos que tienen un público nacional muy fidelizado y nosotros no sólo nos tenemos que contentar con lo que estamos recibiendo, sino con lo que podemos recibir. Cantabria puede aspirar a desarrollar una propuesta muy consolidada en el mercado internacional. Ya está captando turistas británicos y el asociado a la práctica del golf o la naturaleza.
-¿Por qué entienden que Cantabria se comportará este verano mejor que el resto de España?
-Me refiero en materia de ocupación, no de turistas extranjeros. Anticipamos que en destinos donde el turista suele ser nacional, las tasas de ocupación de alojamientos van a estar en torno a un 80%. Y Cantabria es un destino que puede cumplir esas expectativas. Es el turismo nacional el primero que se ha activado. Y lo ha hecho además con inusitada intensidad. Tenemos zonas de Cantabria que están al 100% en agosto.
-¿Este repunte en el número de visitantes servirá para compensar las pérdidas que acumula el sector? Los empresarios aseguran que las ayudas han sido insuficientes.
-En la industria puedes construir un coche y si no lo vendes ese mes, lo dejas guardado y lo venderás más adelante. El sector turístico no funciona así. Día que no vendes una cama o un cubierto, día que pasa sin generar ingreso que no se puede recuperar. Las pérdidas han sido millonarias en Cantabria y en España. Otros países como Grecia, Turquía o Francia se han visto afectados en tasas similares por la absoluta desaparición de la movilidad. ¿Es suficiente la ayuda? Lo que hemos intentado en el Gobierno de España es comprometer una inmensa capacidad de financiación para soportar al sector, hasta 52.000 millones de euros para apoyarlo y para que lleguemos a esta situación en que empieza a recuperarse la normalidad con las capacidades que teníamos antes de la pandemia. Tanto a nivel laboral, que creo que se ha conseguido a través de los ERTE para mantener el empleo, como de las empresas. ¿Las buenas expectativas van a ser suficientes para compensar? Lo que va a permitir es que el sector vuelva a trabajar. En términos generales, llegamos a este inicio de recuperación habiendo perdido sólo un 1% de afiliación previa a la pandemia.
-La patronal habla ahora de los problemas para encontrar profesionales cualificados y los sindicatos dicen que se debe a las malas condiciones. ¿Quién tiene razón en esta polémica regional?
-No creo que sea un asunto sólo de Cantabria. Lo vemos en otros lugares de España. No se trata de ver quién tiene más razón. La solución pasa por el diálogo social, como casi todos los problemas laborales. Sí reconozco que ante buenas condiciones de trabajo, normalmente no hay escasez de oferta. Más cuando todavía hay mucha gente en el paro. Puede hacer falta un proceso de formación, en el que estamos implicados desde el Gobierno, pero los trabajadores turísticos son uno de nuestros principales activos. Y desde el sector se tiene que entender que tiene que generar valor socioeconómico, bienestar y buenas condiciones de trabajo. Ahí hay ámbitos de mejora como la precariedad en los contratos o las condiciones retributivas.
-Otra pelea de la Consejería es conseguir que la temporada alta dure cinco meses, de junio a octubre. ¿Cuál es el camino?
-Nuestra apuesta con el Plan de Modernización del sector, que vamos a desarrollar con fondos europeos, tiene que ver con la desestacionalización, no para extender la temporada alta, sino para que la oferta ocupe los 12 meses. No es fácil, pero pasa por diversificar la propuesta. Ahora el 60% de nuestros visitantes se concentran en un número muy limitado de destinos de sol y playa. El turista es cada vez más experiencial. Quiere asociar su viaje a una experiencia personal y singular. Y también las tecnologías, para que se conviertan en aliadas de la competitividad, que coloque a nuestros destinos en una relación mucho más directa con el turista y segmentarlo por su tipología. Adaptar la oferta del destino y hacer que llegue a un turista tipo para que venga a visitarme en meses fuera de temporada.
-Ese era uno de los objetivos de los viajes del Imserso, que se acaban de recuperar.
-No necesariamente tiene que ser ese formato Imserso. Cada vez se desarrolla más el turismo de alto impacto y calidad. Hemos hecho un estudio con el Instituto Elcano en 33 mercados para saber qué es lo que gusta y lo que no de España. Un resultado nos dice que España puede mejorar mucho en estancias de corta duración. Turistas británicos, nórdicos, que en temporada baja se van ahora a Roma o a París, pueden venir a Santander. Que consigamos que millones de turistas, mejorando la conectividad y el desarrollo de experiencias, nos visiten durante tres días.
-Los datos del aeropuerto de Santander son muy buenos, pero por la emisión de viajeros, no por la llegada.
-La conectividad siempre es una cosa bidireccional. Hay que entender que la mejor manera de generar flujo es mandar gente. Eso hará que también venga gente. Así las aerolíneas consolidan rutas. Nosotros todavía tenemos que posicionar determinados destinos como Cantabria. No es un destino conocido porque no nos hemos encargado las administraciones y el sector de colocarlo en el mercado internacional. Eso es lo que vamos a corregir.
-Cantabria apostó por potenciar su aeropuerto con subvenciones directas a las aerolíneas. ¿Ese es el modelo acertado? ¿No puede generar cierta competencia insana entre territorios?
-El 85% de los visitantes internacionales entran por vía aérea. Somos un país periférico dentro de Europa a diferencia de otros del centro que reciben por vía terrestre. Por eso es fundamental estimularlo. Cada 250 kilómetros tenemos un aeropuerto y eso es una virtud, algo que nos posiciona de forma muy competitiva frente a otros países. No tenemos que renunciar a ninguna de las posibilidades. Cierto es que en ocasiones se generan relaciones perversas entre aerolíneas y aeropuertos. Aquí es importante que no sólo sea la ayuda la que genere el estímulo, sino que el propio destino genere el interés. Que poco a poco sea tanto el interés de la gente de fuera en conocer Cantabria que la conectividad se consolide.
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