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No están los tiempos para tirar cohetes y ni siquiera las administraciones de lotería, las hacedoras de esa ilusión que todos asociamos a lluvia de dinero, se salvan este año. Sin jugar un décimo, el covid les está cobrando un buen pico. La pandemia que ... nos ha confinado y limitado la libertad de movimientos ha hecho que las ventas de lotería en Cantabria para el sorteo extraordinario de Navidad de mañana hayan caído entre un 20% y un 30%, un porcentaje nada desdeñable para las arcas de los loteros e indicativo de la mordida que la pandemia ha hecho en la moral colectiva. Pero lo último que se pierde es la ilusión, dicen, y menos en este juego en el que el golpe de la suerte puede dar la vuelta al calcetín del ahorro. Queda el tirón final, el de hoy, antes de que los bombos jueguen a repartir premios, millones y pedreas. Cantabria tiene consignados 48,1 millones (3.400 millones de esta emisión navideña se han repartido por España), pero el Gordo, como dice el eslogan, no mira porcentajes porque es así de caprichoso: puede caer en cualquier parte. «¿Por qué aquí no? Esa ilusión no nos la quita nadie y con ella trabajamos, deseando dar a nuestros clientes los mejores premios. Ojalá sea el Gordo», apuntaba José Luis Arrabal, lotero en la calle Calvo Sotelo.
La partida que la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae) ha consignado para el sorteo de mañana a Cantabria -en concreto 48.138.000 euros- supone un 3,34% menos de lo que se destinó el pasado año; ello viene a significar que ese organismo prevé que cada cántabro jugará una media de poco más de 82 euros cada uno, tres menos que el año pasado (85,8 euros). Ignacio de la Sierra, delegado de la Selae en Cantabria, dice que la venta de lotería, «como el resto de las actividades comerciales, se está resintiendo negativamente por los efectos de la pandemia», lo cual no es impedimento para que los loteros «mantengan alta la ilusión por repartir premios. Y ojalá sea el Gordo», apunta tras recordar que ese primer premio ha llegado a Cantabria en trece ocasiones (la última en 2018 con las participaciones vendidas en Ampuero, Colindres, Torrelavega y San Vicente). El año pasado este sorteo dejó un tercer premio, en Suances, y dos quintos, en Santoña y Herrera de Camargo.
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Javier Varela
Premios aparte, y pese al tirón final, las ventas en Cantabria van a quedarse lejos de las alcanzadas en otros sorteos de Navidad. «Estamos vendiendo mucho menos», reconoce Juan Herrero, responsable de la administración número 9 ubicada en el Paseo de Pereda. «La gente de fuera no ha venido, no ha podido venir el turista como tampoco los habituales compradores de la región que suelen comprar aquí para sus peñas o empresas». Calcula que el descenso de ventas va a estar para esta ocasión «entre un 15% y un 20%. Es bastante», dice, «pero viendo como están las cosas, viendo cómo lo están pasando otros sectores me parecería mal quejarme», indica Herrero. «Toca estar más apretados. Ya habrá tiempo para pensar en mejores horizontes».
Juan Herrero -Administración número 9
José Luis Arrabal - Administración número 1
Ricardo Abascal - Administración número 5
En la administración de loterías número 5, la que se halla en la calle Burgos, también notan que la caída está siendo «muy significativa», dice su responsable, Ricardo Abascal. Diferencia entre lo que está siendo lo que es la venta del día a día, de la de los grandes pedidos y venta de veranos y puentes. «En ventanilla se ha empezado a vender bien estas últimas semanas, pero la caída va a ser grande, casi a la mitad de lo habitual. Como también significativa a ser la de las ventas a asociaciones, bares u hoteles». Abascal estima que entre unas cosas y otras, ese descenso puede estar en torno «al 30%. Las limitaciones de movimiento de la gente que hemos padecido lo dice todo, y para nosotros supone el sorteo más importante del año, el que nos ayuda a aguantar abiertos el resto del año.
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También en la administración número 1, la de la calle Calvo Sotelo, lo están notando «una barbaridad», dice José Luis Arrabal, y lo pone en número; un 30%. «Se ha notado mucho el cierre de la hostelería, la ausencia de turismo y hasta la tristeza general». Reconoce que estos últimos días se ha notado un poco más de alegría en la venta por ventanilla, pero sin llegar a las colas que se solían formar ante su establecimiento, en el que también vende 'lotería viajera', como la denomina Arrabal, números que se trae de administraciones de distintas ciudades de España y que «se venden bien, sobre todo las que son de distintos destinos turísticos».
Si de cara a este sorteo de Navidad ha habido un número solicitado y buscado hasta la saciedad por los jugadores de media España ese ha sido el 14320. Se trata que una cifra que coincide con el 14 de marzo de este año, fecha en la que se decretó el primer estado de alarma y confinamiento. La administración de loterías de la calle Burgos tuvo una serie, la 168, de ese número, que se vendió por ventanilla a las poquitas semanas de ponerse a la venta. Pero al conocerse por internet que parte de ese 14320 se vendía ahí, el teléfono estuvo semanas sonando sin parar –«Si te digo que fueron mil o dos mil llamadas, me quedo corto, seguro», señala Abascal– solicitando décimos de ese número desde todos los rincones de España. «Ha sido una locura. Fíjate que llegamos a pensar en poner una grabación en el contestador del teléfono advirtiendo de que si llamaban por ese número ya no nos quedaba nada. Con decirte eso te puedes imaginar el aluvión de llamadas que llegamos a tener...».
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