La venta de la sede de Bonifaz recrudece la guerra interna en el PSOE

La voluntad del actual secretario general de poner a la venta la planta baja y los dos pisos que el PSOE ocupa en la calle Bonifaz para sanear las cuentas del partido ha caído como una bomba de relojería en la militancia, desconocedora de la medida adelantada ayer por El Diario. Pero, sobre todo, ha causado estupor en la antigua cúpula socialista, cuya gestión económica se ha visto cuestionada por la actual Ejecutiva socialista, que, al investigar las cuentas heredadas, ha detectado supuestas irregularidades que comprometen seriamente a las anteriores secretarias generales, Dolores Gorostiaga y Eva Díaz Tezanos. Esa auditoría interna, que fue enviada a Ferraz a primeros de año, concluye que dejaron pagos sin justificar por valor de 90.000 euros.

«Es una maniobra de distracción que intenta ocultar su incapacidad para gestionar el partido y unos malos resultados electorales, lo que constituye una gran mezquindad», respondió ayer Díaz Tezanos, que ha exigido a Zuloaga, máximo responsable del partido, que salga a clarificar la enajenación de la sede. «La militancia está muy preocupada y no se merece este espectáculo, que está basado en luchas de poder internas. Es el secretario general quien debe dar explicaciones», reclama la exdirigente socialista.

Gorostiaga coincide en el diagnóstico, pero va más allá: «Se trata de una manera burda de tapar un mal resultado electoral, sobre todo atacando lo único y lo más importante que tiene una persona y tenemos Eva y yo, nuestra honorabilidad, que nadie ha puesto en duda excepto nuestros propios compañeros, y eso es gravísimo».

Las dos socialistas, ahora militantes de base, fueron desalojadas de Bonifaz en el último Congreso celebrado en julio de 2017. La nueva Ejecutiva regional entró a saco en la sede y lo primero que hizo fue fiscalizar las cuentas del partido y crear una comisión para expurgar los gastos. Esa comisión, presidida por Eduardo Echevarría, a la sazón presidente del partido y en la actualidad delegado del Gobierno, concluyó meses después que se realizaron pagos por valor de 90.000 euros sin justificar, un informe interno que el primer trimestre de este año ha sido remitido al Comité de Ética y Garantías de Ferraz, órgano presidido por la ministra en funciones María Isabel Celaá.

Todos estos movimientos internos de la Ejecutiva de Zuloaga para escrutar las cuentas heredadas se han ejecutado con el máximo hermetismo, la misma reserva que rodea a la operación de compra-venta de la sede.

«El partido de la transparencia no ha informado en ningún momento de esto, a pesar de las asambleas abiertas que están llevando a cabo», ironiza Díaz Tezanos. «Cuando cambiaron el cabeza de lista al Congreso nos enteramos por el periódico, y ahora que quieren vender el patrimonio del partido, también», apostilla Gorostiaga, para quien «la solución no es vender, sino gestionar bien. Decir que no les gusta la ubicación es el colmo de los colmos».

Las dos exdirigentes defienden su gestión y la limpieza de sus cuentas, que aseguran han pasado todos los filtros internos y externos. Según Gorostiaga, el PSOE de Cantabria está sometido a auditorías constantes de la Comisión Ejecutiva Federal. «Tanto en los años de mi mandato, como en el de Eva, la Ejecutiva Federal ha revisado las cuentas y ha hecho las auditorías correspondientes. No se puede formalizar ningún tipo de crédito ni hacer ninguna compra sin la autorización expresa de Ferraz», explica.

Por su parte, Tezanos señala que «las cuentas del partido están aprobadas en los Comités Regionales, lo que ahora no es norma, y auditadas por Ferraz y por el Tribunal de Cuentas con absoluta transparencia. Todas y cada una de las decisiones que se han tomado en mi mandato se han hecho por los órganos competentes y de manera colegiada, todo, empezando por el recurso del Hospital Valdecilla y contra el contrato de colaboración público-privada», que se perdió y supuso al PSOE 75.000 euros en costas judiciales. Por eso cree que «es intolerable» que «se hagan labores de inspección de unas cuentas que están aprobadas por los órganos pertinentes con absoluta transparencia», se quejó.

Este periódico intentó sin éxito contactar con Pablo Zuloaga. Fue la secretaria de Organización del partido, Noelia Cobo, quien confirmó que la posibilidad de vender la sede se enmarcaría en el objetivo de «optimizar recursos» y, sobre todo, porque el espacio «no es el más cómodo», aunque «no por problemas económicos».