La venta de test de antígenos se triplica en dos semanas

Rita de la Plaza, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, cree que «debemos tener en cuenta que nos encontramos ante una clara octava ola de covid». Y entiende que el test de antígenos de las farmacias es el principal indicador para saber cómo evoluciona el virus. «No solo por las ventas, que se han incrementado muchísimo, también por las pruebas que se realizan en las propias farmacias y cuyo resultado se transmite al SCS».

«Empezamos a notar este nuevo repunte en las ventas el pasado 23 de junio, hace dos semanas», explica María Jesús Cortijo desde la farmacia Cortijo Bringas, en la Alameda de Oviedo, en Santander. Aunque reconoce que «los últimos cuatro días han sido los peores». «Vendemos setenta pruebas diarias», dice mientras observa los datos de ventas en el ordenador. «Además, casi todas las pruebas que realizamos en la farmacia son positivas». Igual que en el establecimiento Fernández Abascal. «Los resultados de los test los enviamos al Servicio Cántabro de Salud a través de la aplicación 'Cañía' y hemos notado un alto índice de positividad», explica Casero, que achaca esta onda de contagios «a la vida social que se multiplica en verano» y, sobre todo, «a la ausencia de mascarillas en interiores desde hace unos meses». «Estamos -añade- en un punto en el que el virus se está gripalizando no solo en la conducta de la gente. También las nuevas variantes presentan síntomas más leves y duran menos días, pero también son más contagiosas».

Precisamente por eso, la presidenta del Colegio considera que se debería «volver a utilizar la mascarilla en espacios concurridos». De hecho, se han cumplido dos meses y medio desde que dejó de ser obligatoria en interiores -a excepción de transporte público y centros de salud- y De la Plaza asegura que «también se han incrementado» las ventas de tapabocas en los últimos días. Otra vez. Rapado lo corrobora y, además, considera que se deberían extremar más las precauciones. «La tendencia es hacerse una prueba al mínimo síntoma. Que no está mal, pero no vale solo con eso. También deberíamos tener mucho más cuidado previamente», concluye Rapado.

La respuesta coincide entre los farmacéuticos: no hay un grupo de edad concreto que responda a este aumento de casos. «Esta ola ha afectado a todo el mundo por igual. No es como en otras ocasiones que los principales afectados eran principalmente los jóvenes», explica Casero. «También se debe tener en cuenta que muchas personas compran pruebas para sentirse más seguras. Vuelven de vacaciones y, antes de ir a trabajar, prefieren asegurarse. O también antes de visitar a familiares de avanzada edad». Cortijo lo confirma: «Hay un poco de todo, vienen personas de todas las edades que tienen síntomas o que han estado en contacto directo con positivos».